«José Viñals, responsable financiero del Fondo Monetario Internacional (FMI), recomendó ayer al Ejecutivo español que tenga listas medidas de ajuste adicionales en el caso de que el objetivo de recorte del déficit -hasta el 6% en 2011- no se cumpla. «Puede llamarlo plan B o puede llamarlo de otra manera», dijo en un encuentro con un grupo de periodistas españoles.»
Viñals dejó meridianamente claro que la alternativa no es deseable: "Los mercados tienen tolerancia cero en todo lo relativo al déficit. Esaña se ha comprometido a un objetivo de rebaja. Si se registra cualquier desviación, deben arbitrarse las medidas de corrección necesarias en el menor tiempo posible". Es decir, más ajustes como los ya aprobados vía ingresos (subida de impuestos) o vía gastos (recortes de sueldo a los funcionarios, congelación de las pensiones y drástica reducción de las inversiones, por ejemplo), aunque Viñals no entró a detallar qué tipo de medidas. (EL PAÍS) EL MUNDO.- EL FMI puso ayer en cuestión los Presupuestos Generales del Estado, subrayando que las previsiones del Ejecutivo parecen «optimistas». En realidad, su informe es una seria enmienda al proyecto enviado por el Gobierno al Parlamento, cuyas principales magnitudes considera inverosímiles. El informe tampoco se cree los compromisos del Gobierno español para reducir el déficit, por lo que insta a Zapatero a adoptar «medidas adicionales para reducir la probabilidad de desviaciones». De forma más explícita, el FMI asegura que los elevados déficits fiscales de España y EEUU impedirán «estabilizar la deuda» en ambos países de aquí al año 2015. Economía. El País El FMI quiere un plan B para España Claudi Pérez El FMI quiere que España tenga a punto un plan B para el caso de que se incumplan las metas de reducción del déficit. José Viñals, responsable financiero del Fondo Monetario Internacional (FMI), recomendó ayer al Ejecutivo español que tenga listas medidas de ajuste adicionales en el caso de que el objetivo de recorte del déficit -hasta el 6% en 2011- no se cumpla. "Puede llamarlo plan B o puede llamarlo de otra manera", dijo en un encuentro con un grupo de periodistas españoles. Viñals dejó meridianamente claro que la alternativa no es deseable: "Los mercados tienen tolerancia cero en todo lo relativo al déficit. España se ha comprometido a un objetivo de rebaja. Si se registra cualquier desviación, deben arbitrarse las medidas de corrección necesarias en el menor tiempo posible". Es decir, más ajustes como los ya aprobados vía ingresos (subida de impuestos) o vía gastos (recortes de sueldo a los funcionarios, congelación de las pensiones y drástica reducción de las inversiones, por ejemplo), aunque Viñals no entró a detallar qué tipo de medidas. El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, reclamó también esta semana ese mismo "plan B" pero el Gobierno, de boca del secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, rechazó la solicitud un día después. "Se están cumpliendo nuestras previsiones", se justificó. En su despacho del Fondo, en pleno centro de Washington, el alto funcionario español -hijo de José Joaquín Viñals, que fue director general de Bancaja, y con una larga trayectoria en el Banco de España, institución que dejó hace un año y medio para incorporarse al FMI?explicó que los países que están bajo la lupa de los mercados (Irlanda, Portugal, Grecia y en menor medida España) "no tienen alternativa". "Lo fundamental es cumplir con la cifra prometida, porque los mercados se han empeñado en eso. La evolución económica será mejor [si los Gobiernos se atienen a esa cifra] porque los países que no cumplan corren el riesgo de recibir un castigo serio en los mercados". Respecto a la reforma del sector financiero, el Informe de Perspectivas Globales de otoño, presentado ayer, asegura que países como Irlanda o España han hecho los deberes en mayor medida que Alemania, que tiene graves problemas en sus bancos regionales. Y sin embargo, el FMI señala tanto a las cajas como a los landesbanken alemanes como potenciales fuentes de problemas en el Informe de Estabilidad Financiera, presentado el pasado martes. Viñals es optimista: asegura que el Banco de España "ha hecho las cosas bien" en lo relativo a la reestructuración de las cajas, aunque reclama para el Banco de España "una actitud de vigilancia para que los compromisos adquiridos sigan adelante". Los problemas del sector financiero y las dificultades con la prima de riesgo tienen conexión. "El riesgo país [la diferencia entre el bono alemán a 10 años y el español, una medida del miedo de los inversores hacia los bonos españoles] ha mejorado bastante, pero no lo suficiente. Si se cumple lo prometido, el diferencial con Alemania seguirá bajando y eso beneficiará también a las entidades financieras, cuyo acceso a los mercados está condicionado por las incertidumbres ligadas con el riesgo país". El FMI identifica los problemas del sector financiero como uno de los mayores riesgos para la recuperación en todo el mundo. La banca es "el talón de Aquiles de la recuperación: no es una acusación, es un hecho", según el responsable financiero del Fondo. Viñals aplaude el paso adelante que supone la reforma de Basilea III, que exige más capital a los bancos (a partir de 2018). ¿Demasiado poco y demasiado lento? "Esta es la mayor crisis financiera desde la Gran Depresión. Basilea III supone un gran avance, pero queda camino por recorrer. Hay que regular los derivados -que provocan fallos en cascada cuando las cosas van mal-, las agencias de calificación, los aspectos relacionados con la liquidez global, las entidades demasiado grandes para caer, e incluso más allá de los bancos queda mucho por hacer: también hay que regular otro tipo de entidades que tienen mucha incidencia en el sector financiero", responde con diplomacia. Viñals entiende el enfado de la gente "con la gran banca internacional, que causó la crisis". Pero advierte que no todos los bancos son culpables: "Hay bancos que nos han metido en esto y otros que están sufriendo las consecuencias. Algunos fueron parte del problema, y otros parte de la solución. Cierta banca muy agresiva (que no es la española, por cierto) ha creado grandes problemas para bancos más conservadores, como los españoles, que han dado estabilidad a sus economías", cierra. ******************************* Editorial Recuperación vacilante El Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de emitir un dictamen cauto, lleno de prevenciones, sobre la recuperación económica mundial. Existe, sin duda, porque el Fondo asegura que este año el crecimiento mundial será del 4,8% y del 4,2% en 2011; pero rebaja la previsión para el año próximo en una décima sobre el pronóstico anterior, porque la reactivación parece muy desequilibrada y frágil. Mientras que los países emergentes (China o Brasil entre otros) crecerán este año a una tasa media del 7,1% y del 6,4% el próximo, los industrializados lo harán a ritmos apenas superiores al 2%. Lo que se llama una recuperación con dos velocidades. El análisis del FMI no es nuevo, pero sí pone el énfasis en dos aspectos de la economía mundial que se adivinan como potencialmente peligrosos. El primero es la tendencia a manejar los tipos de cambio de las divisas con criterios autárquicos, que solo puede acabar en el proteccionismo más descarnado. Las intervenciones unilaterales para bajar el tipo de cambio con el fin de favorecer la exportación son enteramente inútiles. Sus efectos se agotan con rapidez. Con buen criterio, algunos economistas, como Dominique Strauss-Kahn, han propuesto que se coordinen las políticas cambiarias de los países con grandes superávits corrientes (como China), que crean burbujas financieras allí donde invierten sus excedentes, con las de los países deficitarios (como Estados Unidos). La idea tropieza con una dificultad obvia: esa coordinación solo podría ejecutarla el FMI en caso de que contara con la autorización de las áreas en conflicto (euro, dólar, yen) y tuviera capacidad para emitir Derechos Especiales de Giro. El plazo mínimo para reorientar el FMI en esta línea no sería inferior a un año y medio. El segundo obstáculo es la parálisis bancaria. El crédito sigue en una fase de contracción que obstaculiza la recuperación mundial, europea y española. Las entidades de crédito no han digerido los costes de la crisis. Tienen que refinanciar una deuda de más de tres billones de euros en los próximos dos años y el peso muerto en sus balances implica que no están en condiciones de financiar la recuperación. Las dudas no son de menor cuantía. O las entidades financieras se recapitalizan con rapidez o la reactivación mundial corre el riesgo de griparse en cualquier momento. En el caso de España, el FMI no revela nada insólito. Supone que este año la economía se contraerá el 0,3%, lo que dice el Gobierno español, pero con sentido común sitúa la tasa de crecimiento en 2011 en el 0,7%, lejos de ese 1,3% que pronostica el Ministerio de Economía sin argumentar en qué se funda un salto desde el -0,3% al 1,3%. En España, como en el resto del mundo, la recuperación solo empezará a carburar cuando bancos y cajas liberen el flujo crediticio. Para eso falta tiempo. Exactamente el necesario para ejecutar el ajuste real de costes implícito en las fusiones financieras, hasta ahora pintadas en un papel, y el que requiera la recapitalización de las entidades de crédito. EL PAÍS. 7-10-2010 El Mundo. Editorial El FMI tampoco se cree las cuentas del gobierno EL FMI puso ayer en cuestión los Presupuestos Generales del Estado, subrayando que las previsiones del Ejecutivo parecen «optimistas». En realidad, su informe es una seria enmienda al proyecto enviado por el Gobierno al Parlamento, cuyas principales magnitudes considera inverosímiles. En cuanto al crecimiento, el FMI predice que España acabara este año con una caída del 0,3% del PIB y para 2011, estima un aumento del 0,7% que contrasta con el 1,3% que prevé el Ministerio de Economía. El informe tampoco se cree los compromisos del Gobierno español para reducir el déficit, por lo que insta a Zapatero a adoptar «medidas adicionales para reducir la probabilidad de desviaciones». De forma más explícita, el FMI asegura que los elevados déficits fiscales de España y EEUU impedirán «estabilizar la deuda» en ambos países de aquí al año 2015. Ello desmiente a Zapatero que afirmó hace un par de semanas en Nueva York que la crisis de la deuda estaba «superada», lo cual es difícilmente sostenible con la propia previsión presupuestaria, que estima que España tendrá que realizar emisiones el año que viene por encima de los 190.000 millones de euros para financiar el déficit y amortizar los títulos que vencen. Si el FMI no se cree las previsiones de crecimiento y déficit, sí que coincide con el Gobierno en que la tasa de paro seguirá en 2011 por encima del 19%, lo que significa acabar el próximo ejercicio cerca de los cuatro millones y medio de parados. El informe advierte que el crecimiento en España se verá muy limitado por la crisis de la construcción, el fuerte déficit presupuestario y la rigidez del mercado laboral, tres factores que pueden hacer que la recuperación en España se produzca más tarde que en otros países de la UE. El diagnóstico del Fondo es muy parecido al realizado anteayer en el Congreso por Miguel Ángel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España, que subrayó la «debilidad» de la recuperación y el riesgo que provoca la falta de control del gasto público. Sin duda el gobernador conocía ya el informe del FMI, cuyo director, Dominique Strauss-Kahn, pedía a Zapatero nuevas reformas en una entrevista publicada el pasado domingo por este periódico. Una de esas reformas es la de las pensiones, que ayer se empezó a discutir en la comisión parlamentaria del Pacto de Toledo. Al parecer, hay consenso entre PSOE y PP en alargar el periodo de cálculo, pero no lo hay en el retraso de la edad de jubilación. Sería muy deseable que los partidos llegaran a un consenso en este asunto, ya que sería muy dífícil para el Gobierno de Zapatero sacar adelante medidas sin un amplio apoyo de la Cámara, como sucedió con lo acuerdos de 1995. El mensaje lanzado por el FMI es que la economía española necesita reformas más profundas que las realizadas por Zapatero, que probablemente no serán suficientes para sacar a España de la crisis. Una de las asignaturas pendientes es la de podar un sector público sobredimensionado e ineficiente, con un fuerte despilfarro en comunidades y ayuntamientos. Ésta debería ser una de las prioridades del Gobierno porque no es asumible que los ciudadanos se aprieten el cinturón y las prestaciones sociales se vean recortadas mientras las autonomías siguen dilapidando recursos y aumentando su deuda. Las negras perspectivas para 2011 obligan a Zapatero a frenar esa espiral de gasto que, como señalaba el gobernador del Banco de España, imposibilita el equilibrio de las cuentas públicas. Si el presidente no es capaz de asumir esta tarea, sería mucho mejor la convocatoria de elecciones después del próximo verano para ahorrarnos a los ciudadanos un mayor deterioro de la ya dramática situación. EL MUNDO. 7-10-2010