Una generación de lujo que extiende sus éxitos a todo el cine hispanoamericano y que compite frontalmente con Hollywood. A ellos se suman actores como Diego Luna o Gael García Bernal, entre todos han puesto en marcha Chá Chá Chá Films, y su primera producción será «Rudo y Cursi», una película dirigida por el joven Carlos Cuarón, y que llegará a nuestras pantallas el próximo día 24. A la espera de poder ver este nuevo film, la propia decisión de unirse en un proyecto colectivo para aglutinar fuerzas a favor del cine en castellano, es una decisión que todos los amantes del séptimo arte en general, y del cine hispano en particular, vamos a celebrar.
“Y tu mamá también” fue quizás la elícula que marcó ese punto de no retorno en el que se ha situado esta generación de cineastas mexicanos. “Los charolastras” –mote que el guionista Carlos Cuarón y hermano del director, puso al grupo de amigos- han vuelto a encontrarse ocho años después de la película que los llevó a tener una proyección internacional, que culminó con una nominación al Oscar al mejor guión original y que continuó con las meteóricas carreras del director y los protagonistas del filme que relanzó a Maribel Verdú.La película ha sido la primera producida por Los tres amigos -Guillermo del Toro (El laberinto del fauno); Alejandro González Iñárritu (Babel); y Alfonso Cuarón (Hijos de los hombres)-, a través de Chá Chá Chá Films, la productora que presentaron a bombo y platillo en Cannes 2007. Sumen los nombres de Luna y García Bernal -que también contribuyen a través de su productora, Canana- y poco más hace falta a la promoción. El éxito de taquilla parece estar asegurado.Al parecer en el film “Rudo y Cursi” se utiliza el marco global de la carrera hacia el fútbol profesional, para tejer una historia de amistad y hermandad, que pretende ser un retrato mucho más profundo de las contradicciones actuales en México. La corrupción, el narcotráfico y la violencia, camufladas bajo la tapadera del deporte por excelencia.Directores eclécticos, que lo mismo trabajan en España (El Laberinto del Fauno, El Espinazo del diablo), en Inglaterra (Hijos de los Hombres), en Estados Unidos (Babel, Hellboy) o en su México natal (Amores Perros), pero que siempre hacen un cine comprometido, de ese que no deja indiferente al espectador, y que llega a las entrañas sea cual sea la parte del mundo en la que se está proyectando.Ahora nos dan un nuevo ejemplo de cómo actuar en un mundo globalizado, pero sobre todo monopolizado por el star system americano y sus redes de distribuidoras y salas de exhibición, que se yerguen como la nueva censura enmascarada. Crear este “sistema de estrellas” (en castellano) paralelo, unir sus fuerzas y producir ellos mismos las películas que les gustaría ver. Un ejemplo que el resto de productores deberían seguir, especialmente los españoles, para instaurar definitivamente este nuevo cine hispano altamente competitivo a nivel internacional, y que se desprende airadamente de los complejos de inferioridad que nos han dominado en épocas pasadas.