El elemento sorpresa era casi inexistente. Las expectativas en Nueva Delhi durante un tiempo ha sido que, tarde o temprano afectaría a Beijing. Las ofensas verbales de la India se estaban convirtiendo en un hecho cotidiano y una molestia para Beijing. En los últimos meses no ha pasado ni un solo día en que cualquiera de las influyentes secciones de la comunidad estratégica de la India o de los medios de comunicación en inglés, atados por el cordón umbilical al patrocinio financiero del stablishment indio, no cayera en algún ataque injurioso a las políticas de China y su conducta hacia la India.
El comentario afirma que Nueva Delhi se estaba "desorientado en cuanto a la toma de decisiones", ya que alberga la idea de que los EEUU está viendo la India como un contraeso a China. Nueva Delhi también se torna susceptible a la estrategia de EEUU para "atraer a la India lejos de Rusia y China y, mientras tanto, alimenta la ambición de India para que contenga la fuerza de China con la fuerza de su siempre creciente venta de armas a la India". DIARIO DEL PUEBLO.- India es gran país, y nadie lo niega. Pero al parecer los hindúes siempre temen que se lo pase por alto. En los últimos año a medida del fortalecimiento del poderío económico de India, el nacionalismo hindú crece en forma correspondiente. Cada vez más India no tolera críticas y divergencias del mundo exterior. Muchos hindúes incluso manifiestan concepto de un hegemonismo muy incompatible con el poderío de su país. Un clara prueba de ello son sus repetidas provocaciones contra China en el problema fronterizo. China. Diario del Pueblo El concepto de hegemonismo ha perjudicado a India India es gran país, y nadie lo niega. Pero al parecer los hindúes siempre temen que se lo pase por alto. En los últimos año a medida del fortalecimiento del poderío económico de India, el nacionalismo hindú crece en forma correspondiente. Cada vez más India no tolera críticas y divergencias del mundo exterior. Muchos hindúes incluso manifiestan concepto de un hegemonismo muy incompatible con el poderío de su país. Un clara prueba de ello son sus repetidas provocaciones contra China en el problema fronterizo. Para hallar la causa de ello es preciso remontar a la época colonialista que ha dejado en India su secuela en el verdadero sentido de la palabra. La India en la época del dominio colonialista de Gran Bretaña tenía una extensión territorial muy grande, abarcando los países y regiones como India, Pakistán, Birmania, Bengala y Nepal. Después de la retirada inglesa del subcontinente de Asia meridional, India piensa que puede heredar este patrimonio como algo natural. De ahí que una víctima del hegemonismo comience a soñar su conversión en hegemonista. Precisamente por este concepto, India persiste en no dar respuesta a las concesiones hechas por China en las negociaciones chino-hindúes sobre el problema fronterizo, y con mayor razón no abandonar la sicología de predominio en su trato con países vecinos como Pakistán. Pocos hindúes no conocen una frase acuñada por Jawaharia Nehru, primer ministro de India en el período inicial de la república: “India no acepta un papel secundario en el mundo, y debe ser o una potencia llena de color y sonido o permanecerse en un cerrado mutismo.” No es censurable soñar por convertirse en una “potencia”, pero los hindúes son excesivamente temerarios y precipitados en su afán por convertirse en potencia, y además, dotan de vez en cuando su afán de concepto de hegemonismo. Las condiciones reales determinan que esta sicología no puede sino colocar a la propia India en una situación embarazosa. El concepto de hegemonismo perjudica tanto a ella misma como a los demás. En la historia India siempre estaba sometida a la dominación de etnias extranjeras, y carece de experiencia de “autonomía”. En el proceso de su emergencia la mayor necesidad de India es aprender cómo ser una potencia independiente, buscar fórmulas para resolver los problemas sumamente complejos internos como la convivencia étnica y religiosa. No dejar que los ataques terroristas perturben la tranquilidad social, desarrollar la economía, y trabar apropiadamente el problema de pobreza de una gran cantidad de sus habitantes. A juzgar por las condiciones geopolíticas de India, también se puede ver que el concepto de hegemonismo es sumamente negativo. India está rodeada por aguas en los tres lados, y tiene la característica de península. Su capacidad de expansión está condicionada por diversos factores derivados de ello. La cordillera del Himalaya al norte es una barrera natural, que impide su expansión hacia el Norte. En su Oeste está Pakistán, país poseedor de armas nucleares y que tiene disputas fronterizas y quejas históricas con India. Es difícil para India extender su influencia a Asia Central pasando por encima de Pakistán. Es una lástima que después de su independencia, India mantenga en su política exterior el concepto estratégico de “trabar amistad con los países lejanos y atacar a los cercanos”. Desató sucesivamente guerras con sus dos grandes vecinos China y Pakistán, y hasta ahora no ha zanjado la polémica. Si India realmente quiere convertirse en una potencia mundial, esta estrategia suya es sin duda alguna de corta visión e inmadura. La enemistad con los vecinos no puede sino dificultar su paso en el proceso de desarrollo. Es precisamente por ello que hasta hoy India todavía “no ha jugado un papel que corresponde a su extensión territorial en el escenario internacional”. La situación en el mundo de hoy ha sufrido un vuelco total. Para ser una potencia “llena de color y sonido”, es necesario en primer lugar basarse en el mejoramiento de las relaciones con sus vecinos, sin la mínima manifestación de precipitación y arrogancia. Para India, es un paso obligado para convertirse en potencia mejorar las relaciones con sus vecinos como China y Pakistán. En el momento actual, China está impulsando activamente las negociaciones pacíficas para resolver la disputa fronteriza con India, y ésta debe dar una respuesta positiva como medida para el mejoramiento de su entorno. Esperamos que India tenga una visión más profunda y sea más perspicaz DIARIO DEL PUEBLO. 15-10-2009 Hong-Kong. Asia Times El Dragón escupe fuego sobre el Elefante M K Bhadrakumar El elemento sorpresa era casi inexistente. Las expectativas en Nueva Delhi durante un tiempo ha sido que, tarde o temprano afectaría a Beijing. Las ofensas verbales de la India se estaban convirtiendo en un hecho cotidiano y una molestia para Beijing. En los últimos meses no ha pasado ni un solo día en que cualquiera de las influyentes secciones de la comunidad estratégica de la India o de los medios de comunicación en inglés, atados por el cordón umbilical al patrocinio financiero del stablishment indio, no cayera en algún ataque injurioso a las políticas de China y su conducta hacia la India. Sin embargo, cuando el miércoles llegó finalmente el momento de la reacción acumulada de China fue más curioso. Beijing eligió un día muy especial en su agenda diplomática para hacerla. Los primeros ministros de Rusia y Pakistán, Vladimir Putin, y Yousuf Raza Gilani, y el subsecretario de Estado de los Estados Unidos, Kurt Campbell, se encontraban en visita oficial a Beijing. De hecho, Campbell había llegado en una importante misión para preparar la visita del presidente de EEUU Barack Obama a China el próximo mes. Beijing dio el punto de vista de que su polémica actual con Delhi es menos bilateral que geopolítica. De hecho, el comentario del miércoles del Diario del Pueblo sobre la India recurrió a unas palabras que no se han oído en el diálogo a través del Himalaya desde hace muchos años. El día anterior, el Ministerio de Relaciones Exteriores chino proporcionó en dos declaraciones el "telón" para el comentario del Diario del Pueblo. La primera declaración centró su atención en la reciente campaña mediática contra China, y pidió a Delhi ser "favorable a promover el entendimiento mutuo", en lugar de publicar informes falsos sobre las tensiones fronterizas. La segunda declaración es sustantiva, y expresó que Pekín estaba "seriamente insatisfecho" por la visita del primer ministro indio hace 10 días el estado de Arunachal Pradesh (que China reclama como su territorio). El portavoz chino dijo que "China y la India no han alcanzado ningún acuerdo formal sobre la cuestión fronteriza. Exigimos que la parte india, preste atención a las graves y justas reivindicaciones de la parte china y no provoque incidentes en la región en disputa, con el fin de facilitar el desarrollo saludable de las relaciones China-India ". La reacción de la India llegó en cuestión de horas y se situó al nivel más alto de formulación de la política exterior. El ministro de Relaciones Exteriores SM Krishna rebatió la declaración de China, diciendo: "Bueno, independientemente de lo que otros dicen, la posición de la India expresada por el gobierno es que Arunachal Pradesh es una parte integral de la India. Nos basamos en eso". Agregó que Nueva Delhi estaba "decepcionado y preocupado" sobre la objeción de China. El telón de fondo diplomático se vio, evidentemente, electrificado cuando el Diario del Pueblo devolvió el golpe. Rompiendo, literalmente, la política de la India. Dejando de lado los detalles, se ocupó de evaluar lo que para Beijing es el tema central –la obsesión de la India con la condición de superpotencia nacida de sus arraigados complejos de "haber estado siempre bajo la dominación extranjera … a lo largo de la historia" y su "temeridad y arrogancia" hacia su vecinos. "El sueño de la superpotencia se mezcla con la idea de hegemonía, que coloca al gigante de Asia del Sur en una situación difícil y resulta en repetidos fracasos", señaló el comentario. Lo más llamativo de los comentarios de China fue que se hizo eco de una crítica generalizada que es muy a menudo expresada por los vecinos de la India. El comentario trataba de establecer un denominador común entre China y las preocupaciones de los vecinos de la India sobre la creciente ola de nacionalismo indio en la última década con sus desagradables manifestaciones para la cooperación regional. “Es una lástima que después de su independencia, India mantenga en su política exterior el concepto estratégico de ‘trabar amistad con los países lejanos y atacar a los cercanos’… Si India realmente quiere convertirse en una potencia mundial, esta estrategia suya es sin duda alguna de corta visión e inmadura”, dijo el comentario. Beijing cuenta seguramente con que casi sin excepción, los vecinos de la India levantan su voz con preocupaciones similares y están buscando estrechar los lazos de amistad con China para equilibrar la actitud arrogante con que la India los considera a ellos. En efecto, el comentario de China aprovechó el aislamiento casi total en que la India se enfrenta hoy en la región de Asia meridional. Curiosamente, el Diario del Pueblo dio seguimiento al asunto mediante la publicación de un segundo artículo el jueves, esta vez diciendo con dureza a Delhi un par de cosas. En una de ellas subrayó que Nueva Delhi está seriamente equivocada si estima que China podría ser empujada a un acuerdo fronterizo con la India a través de tácticas de presión. Afirmó categóricamente que la controversia fronteriza podría solucionarse o dar un importante paso adelante para acercamos a una solución final "sólo a condición de que ambos [China e India] están dispuestos a deshacerse de los tradicionales y profundos malos entendidos". Dos, el comentario afirma que Nueva Delhi se estaba "desorientado en cuanto a la toma de decisiones", ya que alberga la idea de que los EEUU está viendo la India como un contrapeso a China. Nueva Delhi también se torna susceptible a la estrategia de EEUU para "atraer a la India lejos de Rusia y China y, mientras tanto, alimenta la ambición de India para que contenga la fuerza de China con la fuerza de su siempre creciente venta de armas a la India". Más importante aún, el comentario llegó a la conclusión de que, aunque China y la India "nunca van a suponer un enemigo mortal para los demás", si el stablishment indio y un "puñado de irresponsables de las instituciones y los medios de comunicación" no se contienen, "un resbalón accidental en la frontera, puede desembocar en una guerra ", que ninguna de las partes desea. Es muy obvio que Pekín ve la mano del stablishment de la India detrás de la injuriosa campaña en los medios de comunicación contra de China de los últimos meses. Cómo las tensiones se han disparado es otro asunto. En lo inmediato, un punto de inflamación se presenta cuando el gobierno indio aprueba una visita del exiliado líder espiritual tibetano, el Dalai Lama, en noviembre a Arunachal Pradesh. Sin duda, si la visita se lleva a cabo, la relación entre China y la India va a caer en picado en un estado profundamente gélido del que puede costar mucho tiempo a los dos países superar. Lo curioso es que esto se lleva a cabo en un momento en que la geopolítica de la región y el desarrollo del mundo como un todo atraviesa un período de transformación de gran trascendencia. Dado el hecho de que el poder mundial de China es una realidad establecida, la India puede arrinconarse ella misma, al no optar por un entendimiento mutuo con Pekín, precisamente en un momento en que la agenda de temas mundiales y regionales de seguridad está muy cargado. Por el contrario, si Delhi presta atención a las sensibilidades chinas sobre las peregrinaciones del Dalai Lama en noviembre, será acusado por el campo nacionalista indio de actuar bajo presión de China. Un elemento de grandilocuencia, por desgracia, está entrando en la relación entre China y la India, que va en contra de su maduración en la última década. Del mismo modo, un signo de interrogación ahora envuelve el análisis de la India, que recibe a los Ministros de Relaciones Exteriores de Rusia y China en las próximas semanas, en el marco del formato trilateral. Lo único seguro es que el equilibrio dentro del formato ha sido perturbado. Rusia y China han venido desarrollando una intensa asociación estratégica; los lazos tradicionales de la India con Moscú se han debilitado considerablemente en el marco del actual liderazgo en Delhi pro-Estados Unidos y, ahora, el proceso de normalización de la India con China ha sufrido un grave retroceso. Al mismo tiempo, Rusia ha comenzado un intento serio para dar forma a una trayectoria positiva a su relación con Pakistán que languidecen para sacarla del pozo de una negligencia benigna inyectando cierto dinamismo en ella. China, por supuesto, goza de una "amistad desde siempre" con Pakistán. Las políticas de la India se basan en la suposición de que un enfrentamiento de intereses entre China y Estados Unidos es inevitable dado que la emergencia de China como potencia mundial se ha vuelto imparable, y Washington tenderá a usar a Delhi como un contrapeso frente a Pekín antes de lo que la mayoría de la gente podría pensar. Ciertamente, hay inquietud en Delhi sobre las políticas regionales de la administración de Barack Obama, que ya no se basan en un acuerdo con la India, creando una situación en que la preeminencia y la primacía están en primer lugar en la alianza de los Estados Unidos con el archirrival de la India, Pakistán. Pero Nueva Delhi espera que Obama en última instancia, tendrá que prestar atención a los intereses comerciales de EEUU y por lo tanto la India tiene una carta de triunfo en el creciente mercado que ofrece al sector empresarial de América; a diferencia de Pakistán, que es un caso perdido, en el mejor de los casos, una lata de gusanos en el peor. En pocas palabras, India se proyecta para ser el mayor comprador de armas del mundo con un mercado que se estima en 100 mil millones dólares, presentándose a sí misma a la explotación de los fabricantes de armas estadounidenses (…) Delhi espera plantear gradualmente una elección existencial a Obama a través de un lenguaje que el stablishment político EEUU entiende perfectamente: los intereses comerciales de su complejo militar-industrial. Una cosa está clara. Potentes grupos de presión de la India han estado trabajando azotando una histeria de guerra y la xenofobia contra China. El Washington Post presentó un informe fechado en Nueva Delhi acerca de las travesuras de estos “peces gordos” indios que están formados fundamentalmente por funcionarios de defensa jubilados de India y burócratas de alto rango que actúan como agentes comisionistas para las grandes fabricantes de armas estadounidenses. Hubo un momento en que la capacitado personal militar indio jubilado se retiraba a las estancias de las frescas colinas y pasaba el ocaso de su vida jugando al bridge o dando largos paseos y deleitando a sus visitantes con sus historias de guerra mientras tomaban whisky. Hoy en día, lo inteligente entre los generales retirados y los altos burócratas es establecer su residencia en los suburbios de Delhi y de noche se transforman en "pensadores estratégicos" y comienzan a pensar en red con algunos de thinks-tanks norteamericanos, mientras prueban una nueva oportunidad en la vida como agentes o comisionistas para los fabricantes de armas. Con todo, es prácticamente seguro que estos grupos de presión pueden esperar una ganancia inesperada del aumento de las tensiones entre China y la India (…) La actual élite política de la India no necesita realmente ninguna inspiración en esa dirección, pero de todos modos, un grado de responsabilidad pública a veces puede ser necesario. Transparencia Internacional ha concedido a la India la distinción de ser uno de los países más corruptos del planeta y es un secreto a voces que el programa de adquisiciones de armas de la India ofrece un ancha avenida para desviar la riqueza nacional. Si el mercado indio de material militar vale 100 mil millones de dólares, es bastante comprensible que un tren de comisiones se prepare para las elites indias. El comentarista del Diario del Pueblo podría, sin sospecharlo, haber agitado el andén del tren. Y eso es exactamente lo que las elites indias y los “peces gordos” querían. Ahora, todas las miradas se vuelven hacia la visita del primer ministro indio Manmohan Singh a Washington en noviembre. Obama ha hecho saber que Manmohan será el primer mandatario en ser homenajeado con un banquete de Estado durante su presidencia. Los americanos son muy experimentados con el ego indio del Himalaya y por ahora saben muy bien dónde y cómo hacerle cosquillas a las vanidades indias. La forma en que den rienda suelta a los sueños de los indígenas y recojan los frutos de sus esfuerzos serán observados con detenimiento no sólo por multitud de indios (…), sino también por paquistaníes, chinos y rusos. ASIA TIMES. 17-10-2009