Mientras la Casa Blanca y el Kremlin negocian una «paz» imperialista que les permita repartirse Ucrania, los misiles de Putin siguen cayendo sobre las ciudades, causando decenas de muertos entre la población civil.
Ayer domingo 13 de abril, los misiles balísticos rusos hicieron llover fuego y muerte sobre el centro de la ciudad de Sumy (255.000 habitantes), una ciudad del nordeste de Ucrania, asesinando al menos a 34 personas -todas ellas civiles- y causando más de cien heridos, en uno de los ataques más cruentos en muchos meses.
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Dos días después de la visita del enviado de Trump a Moscú, que se entrevistó en el Kremlin con Putin para negociar -por supuesto, sin ucranianos- el destino del país invadido, el presidente ruso mostró cual es su verdadera voluntad de «paz».
A las 10:15 de la mañana, cuando había más gente en la calle celebrando el Domingo de Ramos, un doble ataque balístico golpeaba el centro de la ciudad de Sumy. No había objetivos militares, ni siquiera instalaciones energéticas o de valor estratégico. Sólo se trataba de causar un baño de sangre entre la población civil. Se utilizaron municiones de racimo para maximizar la dimensión de la masacre.

“Rusia golpeó el centro de la ciudad con misiles balísticos. Justo cuando había mucha gente en la calle, justo cuando la gente iba a la iglesia para celebrar el Domingo de Ramos”, informaron los rescatistas ucranianos en redes sociales.
El último balance ofrecido por el servicio de emergencias ucraniano dio cuenta de 34 muertos, incluidos dos niños. Otras 117 personas resultaron heridas, entre ellas, 15 menores.
Entre las nuevas víctimas mortales de los misiles de Putin hay una familia entera o la pianista Olena Kohut, del Teatro Nacional de Sumy.
«Mamá, me hirieron», se escucha decir a una niña pequeña, con la cara ensangrentada, en los brazos de su madre, que trata de tranquilizarla, en un video que se ha hecho viral. Los bomberos han advertido que el número de fallecidos podría seguir aumentando conforme avanzan las labores de rescate.
Según las autoridades locales, dos misiles Iskander-M/KN-23 fueron lanzados alrededor de las 10:15 de Ucrania (08:15 BST) y ambos impactaron en los alrededores de la Universidad Estatal de Sumy.
«Este edificio del Centro de Congresos se alquila con mucha frecuencia y se utiliza para diversos cursos, círculos y clases magistrales. De hecho, era un centro educativo para toda la ciudad»
Las autoridades han reportado que al menos 51 edificios resultaron dañados, entre ellos cuatro instituciones educativas, más de 30 automóviles y tranvías, así como cafeterías, tiendas y cinco edificios de apartamentos.
El ataque en Sumy es el segundo ataque a gran escala que se cobra vidas civiles en poco más de una semana, tras un letal ataque con misiles contra la ciudad natal de Zelensky, Kryvyi Rih, el 4 de abril, que mató a unas 20 personas, incluidos nueve niños.

