El expolio exterior

El caso del Banco Americano de Santander

Nada mejor que adelantar un sólo dato para empezar a buscar la respuesta. En los presupuestos generales del Estado de 2011 «los de este año todaví­a no se conocen con este nivel de detalle», la mayor partida de gastos del Estado fue el pago de la deuda pública: un total de 73.995 millones de euros. Por comparación, el gasto en subsidios de desempleo, en un año que llegamos a los 5 millones de parados, fue un 60% inferior, 30.474 millones de euros.

Es decir, pagamos por intereses y amortizaciones de la deuda pública casi dos veces y media más de lo que el Estado dedica a quienes se han quedado sin trabajo. El saqueo de la deudaNosotros, con un dinero público que sale de nuestros bolsillos, pagamos 73.995 millones, ¿pero quién se lleva esa enorme cantidad de dinero cada año?Según los últimos datos publicados por la Secretaría General del Tesoro, a lo largo de 2011 los dos grupos que poseían la mayor cantidad de deuda pública eran, por un lado, los bancos españoles, con un 16,93% directo. Pero al que en realidad hay que sumar una buena parte del 15,99% que tienen las entidades de seguros, fondos de pensiones y fondos de inversión españoles controlados mayoritariamente por esos mismos bancos. Lo que quiere decir que, aproximadamente, la banca española posee directa o indirectamente alrededor del 25% de la deuda pública.«Entre el 40 y el 50% de las acciones del Santander son propiedad de grupos financieros yanquis» Por otro lado están los inversores extranjeros, es decir, los Bancos centrales de otros países, las entidades financieras, fondos de inversión o de pensiones,… de capital extranjero que a 31 de diciembre de 2011 controlaban el 50,8% del total de la deuda pública española. Antes de nuestra entrada en la zona euro, ese mismo capital extranjero poseía apenas un 14,46%. Una simple regla de tres permite deducir fácilmente que de los casi 74 mil millones pagados en concepto de deuda pública el pasado año, la banca española se embolsó, de forma directa o indirecta, 18.498 millones. Por su parte, el capital extranjero se llevó nada más y nada menos que 37.589 millones de euros. ¡Un puñado de grupos financieros mundiales se llevan cada año más dinero del que reciben 5 millones de parados españoles! ¿Pero no decían que en España no había dinero y que estábamos obligados a endeudarnos porque la crisis había disparado el gasto en desempleo?De ese gran capital extranjero, Francia se lleva la palma, dado que controla el 26% de la deuda en manos extranjeras. Le sigue el Benelux con el 15% (aunque dado el carácter de semi-paraísos fiscales de Holanda y Luxemburgo, probablemente sus poseedores reales sean otros, predominantemente anglosajones) y Alemania con el 7,8%. ¿Pero es este el destino real del dinero pagado por la deuda pública en 2011? ¿Es pensable que en el negocio de la deuda pública española, los grandes reyes de las maquinaciones financieras mundiales, o sea Wall Street, no esté presente, no saque ningún beneficio?Para encontrar la respuesta a esta pregunta será necesario que nos adentremos en un intricado laberinto: el de la relación entre la banca y los grandes monopolios españoles con los mayores grupos financieros internacionales, y en particular con el gran capital norteamericano.El Banco Americano de SantanderUno de los secretos mejor guardados de la economía española es el montante de beneficios que el capital extranjero, sus grupos financieros y sus multinacionales instaladas aquí, sacan cada año de España. «JP Morgan Chase tiene 18 veces más acciones del Santander que la familia Botín» Las multinacionales porque no suelen presentar públicamente los datos desagregados de los beneficios que obtienen en cada país. Y aun cuando lo hicieran, tampoco reflejaría la realidad al quedar ocultos buena parte de ellos en conceptos de transferencias tecnológicas, pagos de royalties a la casa matriz, consolidaciones y transferencias entre las distintas filiales a fin de presentar mayores beneficios en aquellos países donde la fiscalidad les es más favorable y pérdidas en aquellos que, como el nuestro, permiten mayores deducciones fiscales,…En el caso de los grupos financieros, el ocultismo es todavía mayor. Para comprobarlo, bastará analizar sólo un caso, pero suficientemente revelador por tratarse del banco más poderoso de país, el Banco de Santander.De una forma invisible, en los últimos 10 años la entrada del capital norteamericano en el Banco Santander ha sido tan masiva como discreta, ayudado por la legislación española que sólo obliga a declarar públicamente las acciones que se poseen, cuando éstas superan el umbral del 5% concentradas en un mismo tenedor. Algo fácilmente evitable cuando distribuyes tus acciones entre una serie de grupos custodios y subcostudios, aparentemente sin conexión pero realmente conectados, a través de una indescifrable maraña, a un único grupo de control y gestión. Actualmente, se calcula que siete grandes grupos financieros de origen norteamericano poseen entre el 40% y el 50% de las acciones del Santander. En primer lugar está Chase Nominees, propiedad del gigante JP Morgan-Chase, verdadero corazón de la oligarquía yanqui que suma la potencia financiera de los Rockefeller y los Morgan, con el 12,51% de las acciones del banco. Al que hay que sumar el 6,91% que posee EC Nominees, otro fondo de inversión suyo.Ya a más distancia le siguen el State Street Bank, con el 9,60%; The Bank of New York Mellon, otro de los históricos grupos financieros de Wall Street, con el 5,57%; Capital Research and Management Company con el 4,87%; Blackrock Investment con el 4,78% y Fidelity Internacional con el 1,06%. Aunque también presente en el reparto accionarial, la participación del gran capital europeo es, en comparación, irrelevante, reducida al 3,18% que posee el francés BNP Paribas y el 2,97% de Credit Suisse.Pese a que su familia sólo posee el 1,07% de las acciones del banco, Emilio Botín continúa al frente del Consejo de Administración del banco gracias a la relación de alianza –pero también de dependencia– que mantiene con estos grandes grupos financieros yanquis. A él le tienen confiada la gestión día a día del banco, e incluso como en el caso de JP Morgan-Chase la custodia de sus acciones. No forman parte del Consejo de Administración del Banco, ni siquiera suelen asistir a las Juntas de Accionistas (aunque sí delegan su voto, hasta ahora en Botín). Pero el Consejo de Administración, y el propio Botín, son perfectamente conscientes no sólo de que tienen que responder con beneficios para que su gestión no sea puesta en entredicho, sino de que no pueden tomar ninguna decisión importante sin antes consensuarla con ellos. Mucho menos hacer algo que vaya en contra de sus intereses globales.Lógicamente, que el 50% de las acciones del Santander sean propiedad norteamericana, quiere decir que a ellos también van a parar el 50% de sus beneficios. Y el Santander no es, en absoluto, un caso aislado. Sino moneda corriente en el resto de la banca y los monopolios españoles. Lo que nos permite tener una comprensión más cabal del grado de expolio exterior al que estamos sometidos.

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