Escrito casi a borbotones, en «los días de la catarsis trágica» del brutal asesinato de Miguel Ángel Blanco, este libro (cuya primera edición vio la luz en 1997, hace ahora doce años) es bastante más que un análisis lúcido y apasionado sobre el nacionalismo vasco. Es un verdadero ajuste de cuentas con una ideología que es, a la vez, expresión y causa de una epidemia psicosocial muy arraigada en el País Vasco. Una epidemia que está lejos de ser erradicada, pero que podría sufrir estos días, si pierde el control del gobierno vasco, una derrota simbólica de enorme envergadura.
Quizás desde la "Psicología de masas del fascismo", de W. Reich, no se había llevado a cabo una cata tan honda en la base sicológica de un movimiento de masas como la que hace Jon Juaristi en su ensayo "El bucle melancólico: Historias de nacionalistas vascos". A través de sus líderes más emblemáticos (desde el fundador Sabino Arana hasta Xavier Arzallus) el autor identifica el germen patógeno que se reproduce por debajo del discurso oficial: el perverso mecanismo melancólico que se alimenta a sí mismo, conectado con un irresuelto conflicto edípico de proporciones casi bíblicas. Con las consecuencias devastadoras que conocemos: la expansión de la idea de autoinmolación heroica como salida expiatoria ante la culpa; el derramamiento de sangre y el sacrificio de la vida propia y ajena ante el altar del terrible dios/padre/patria.El libro alcanza por momentos profundidades que están vedadas al mero análisis "objetivo", y que sólo quien sabe que está tratando con su propia sustancia, con los pliegues más íntimos de sí mismo, es capaz de evocar, y eso con la ayuda de una extraordinaria sensibilidad de narrador y poeta.Hablamos de ajuste de cuentas, pero en primer lugar consigo mismo y con su gente de quien fue militante de la primera ETA y vástago de una familia vascohablante y nacionalista de la Euskadi profunda. La obra alcanza así casi la cualidad de una autobiografía colectiva en carne viva en la que los recuerdos personales se entremezclan con los acontecimientos familiares y los hechos políticos, para tejer una densísima trama cuyo envés, el soporte humano de toda la retórica nacionalista queda palpìtantemente a la vista. No en vano la obra se subtitula "historias de nacionalistas vascos".El sueño milenarista de la Arcadia sabiniana ha devenido en una completa pesadilla, pero yo me acuerdo -parece querer decir Juaristi- y quiero levantar mi memoria como un puño antes de que sea demasiado tarde. Es, por tanto, algo más que un ensayo -un gran ensayo-: es un vibrante alegato contra la mentira, la culpa y la muerte. Escrito desde el ojo del huracán y exponiéndose a las consecuencias: hace muchos años que Juaristi vive, como otras decenas de miles de vascos, "exiliado" de Euskadi.Merece la pena, pese al paso del tiempo, leer o releer este libro de Juaristi (que, además, se lee de un tirón, como una narración apasionante), porque su contenido de verdad sigue íntegro y su valor sigue siendo imperecedero. Y porque el simple hecho de hacerlo es ya un acto de apoyo, solidaridad y resistencia contra las fuerzas oscuras. En el País Vasco y fuera de él.