Hablar hoy de Siria es hablar de un enorme genocidio, de la crisis humanitaria más gigantesca y compleja del mundo. Tras 6 crueles años de guerra, con más de 250.000 muertos y con 1,5 millones de heridos, el conflicto ha obligado a desplazarse de sus hogares al 60% de la población, creando 8 millones de personas desplazadas dentro de Siria y 4,8 millones de refugiados en los países vecinos. La mitad de ellos son niños. Estos son algunos datos de la llaga que lacera Oriente Medio y tiñe de sangre el Mediterráneo.
Según los datos de ACNUR, después de 6 años de conflicto, el panorama es desolador: más del 59% de los sirios han tenido que dejar su casa por miedo a perder la vida. El último recuento arroja la cifra de 4.815.868 sirios que han huído del país buscando refugio en los países limítrofes. Según el desglose de Amnistía Internacional, Turquía acoge a 2,5 millones de refugiados de Siria, más que ningún otro país del mundo; Líbano acoge a unos 1,1 millones de refugiados de Siria, lo que equivale a alrededor de una de cada cinco personas de la población del país; Jordania acoge a unos 635.324 refugiados sirios, lo que equivale aproximadamente al 10 % de su población; e Irak, donde hay ya 3,9 millones de personas internamente desplazadas por su propia violencia, acoge a 245.022 refugiados; por último, Egipto acoge a 117.658 refugiados de Siria. «Estos son algunos datos de la llaga que lacera Oriente Medio y tiñe de sangre el Mediterráneo»
Pero ésta es sólo el tercio de los desplazados. Por cada sirio que ha huído del país por la guerra, dos de ellos, 8 millones de personas, viven desplazadas dentro de Siria y 13,5 millones necesitan ayuda humanitaria urgente dentro de Siria. De ellas, 4,5 millones de personas viven en zonas sitiadas y de difícil acceso. Dentro de las fornteras del país en guerra, 16 millones de seres humanos no tienen acceso a fuentes de agua potable, y 2,6 millones no tienen alimentos.
Los datos son aún más estremecedores si enfocamos la lupa en los niños. Según UNICEF, 8 de cada 10 niños sirios (unos 8,4 millones) necesitan ayuda humanitaria, incluyendo tanto a los que aún viven dentro de Siria como a los refugiados en países vecinos. “Es como si todos los niños de España estuviesen en peligro”, dice la organización. La larga guerra ha hecho que 1 de cada 3 niños sirios (unos 3,7 millones) no conocen otra cosa que la violencia, el miedo y el desplazamiento. De hecho, más de 300.000 de estos niños han nacido como refugiados, fuera del que debería ser su hogar. Por no mencionar la escandalosa cifra de los más de 10.000 niños que se han “extraviado” en los campos de refugiados europeos, víctimas de alguna oscura y sórdida trama mafiosa, ante la pasividad de las autoridades europeas. Hablar hoy de Siria es hablar de ignominia y de números que cantan dolor. Cada uno de ellos es un ser humano.