En un informe publicado por Unicaja y elaborado por Analistas Económicos de Andalucía, las previsiones son que el paro rozará el 30% a finales de 2009, con una situación económica en grave depresión y una caída prevista del Producto Interior Bruto (PIB) del 3,9%. Esa tasa de paro significa que 1.200.000 personas no podrán trabajar, un crecimiento de 315.000 parados en un año. El paro en Andalucía se ha convertido en un terrible agujero negro. Porque las cifras tienen carne y tienen sangre. Porque es la herencia de un régimen caciquil «modernizado», que representa Chaves, el «gran cacique». Un «reinado» que podrá «celebrar» sus 30 años con el 30% de sus ciudadanos en paro.
El deterioro de la economía andaluza saca a la luz el rostro real del modelo de crecimiento económico que se ha desarrollado en ese régimen caciquil. La crisis ha acentuado gravemente la debilidad del sector industrial. Mientras la construcción sigue sufriendo el drástico desinfle del sector inmobiliario. Y la situación afecta ya severamente al sector servicios, siendo una de las Comunidades más afectadas or el descenso del turismo. Todo ello, se manifiesta tanto en la caída del consumo de los hogares como de la inversión y de los intercambios comerciales. El modelo de desarrollo caciquil se apoyó en su inicio en unas estructuras propias del subdesarrollo económico durante el régimen franquista para llevar a cabo su “modernización” impulsados en las dos últimas décadas por la Expo 1992. Mediante el mantenimiento de planes de empleo PER, que han sido pan para hoy y hambre para mañana; mediante la invasión especulativa en el sector de la construcción; y mediante el control de las cajas de ahorros y la corrupción generalizada en las administraciones autonómica y locales. Sobre esta base se ha forjado la burguesía burocrática regional andaluza, íntimamente unida e integrada por los grupos agrarios caciquiles, los sectores promotores e inmobiliarios y las castas político-administrativas. Así, en el sector de la construcción la caída del empleo será más dura que en 2008, cercana al 30%, mientras que para los servicios se estima un descenso del 12% y 16% en la demanda hotelera y en el tráfico aéreo, respectivamente. Así, se prevé que el Valor Añadido Bruto (VAB) del sector servicios baje más de un 2%. Igualmente se apunta que la destrucción de empleo más acusada será en las provincias costeras, y en la actividad económica durante el primer trimestre del año ha destacado las caídas de la producción en dichas provincias respecto a las interiores. Ello es debido a que el fracaso de ese modelo basado en la construcción y el turismo golpea con más fuerza donde es más dominante y el sector industrial más débil.