Los factores de guerra se extienden por Oriente Medio

EEUU y Reino Unido bombardean Yemen

Los ataques estadounidenses y británicos contra objetivos hutíes en Yemen representan la entrada en una nueva fase del conflicto en Oriente Próximo

La guerra de Gaza ya se contagia, todavía de manera contenida, a otras zonas de Oriente Medio, aumentando el peligro para la Paz Mundial.

EEUU y Reino Unido han realizado hasta 73 bombardeos sobre diferentes posiciones hutíes en Yemen, en represalia por los ataques y abordajes de los rebeldes yemeníes contra buques comerciales. Se trata de una severa advertencia no sólo contra estas milicias chiíes, sino sobre todo contra su gran valedor y financiador, Irán.

Los ataques estadounidenses y británicos contra objetivos hutíes en Yemen representan la entrada en una nueva fase del conflicto en Oriente Próximo y su expansión a otros puntos fuera de Gaza, y ponen a una región ya de por sí explosiva más cerca de una conflagración a gran escala de consecuencias imprevisibles.

Los bombarderos norteamericanos y británicos despegaron desde sus bases del Mediterráneo Oriental, rumbo a sus objetivos yemeníes. A los ataques se unió el Dwight Eisenhower, uno de los dos portaaviones de la US Navy que desde hace meses EEUU ha desplegado para apoyar las operaciones de Israel. Por último, otro submarino estadounidense también descargó sus misiles mar-tierra. En el ataque han colaborado, con misiones de inteligencia y apoyo logístico fuerzas de Australia, Bahréin, Canadá y Países Bajos.

Infografía de El País

La coalición anglonorteamericana ha bombardeado aeródromos y posiciones militares de la capital yemení, Saná, la ciudad portuaria de Al Hudeida y las provincias de Saada, Damar, Taiz y Hajah, todas ellas en el norte y el oeste del Yemen. También golpearon unos cuarteles militares en la localidad de Saada, bastión de los hutíes próximo a la frontera con Arabia Saudí. Tras los ataques, los portavoces hutíes han clamado venganza, asegurando que tanto Washington como Londres “soportarán las terribles consecuencias de esta flagrante agresión”.

El verdadero destinatario de este mensaje en forma de ataque aéreo es Teherán, principal proveedor de los rebeldes hutíes en entrenamiento, armas e inteligencia. Es bien conocido que Irán les proporciona todo un arsenal de drones y misiles con un alcance de hasta 1.200 kilómetros, así como la información por satélite de la localización de los buques a asaltar.

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¿Quiénes son los rebeldes yemeníes?

Washington en el avispero hutí

Miembros de las milicias huties en Yemen

El 19 de noviembre, un escuadrón de encapuchados capturó en el mar Rojo el buque Galaxy Leader, vinculado a un multimillonario británico-israelí. Los ataques a barcos con destino al canal de Suez, una vía por la que transita alrededor del 12% del comercio mundial, han afectado ya a mercantes de 50 países en 27 ataques perpetrados hasta el momento, provocando el cierre de la navegación por el Mar Rojo -con pérdidas estimadas de 400 millones de dólares a la hora- y que los navíos tengan que rodear toda África para llegar a Europa.

Se trata de las milicias hutíes, un movimiento chií alineado -como Hamás en Gaza y Hezbolá en Líbano- con el Irán de los ayatolás, y que controla el 30% del territorio de Yemen. En 2015 tomaron la capital y derrocaron al presidente yemení, sostenido por Riad y por occidente, lo cual provocó una devastadora y brutal intervención armada de Arabia Saudí y Emiratos Árabes, apoyada por EEUU, con cerca de 380.000 muertos y millones de refugiados.

Los hutíes cuentan con unos 100.000 partidarios, una minoría de los 33 millones de yemeníes, pero a finales de octubre anunciaron que abrían un “tercer frente” contra Israel —además del de Gaza y el que enfrenta a Israel con el partido-milicia chií libanés Hezbolá- algo que les ha hecho recuperar algo de su maltrecha legitimidad frente a su propia población y a escala regional, al presentarse como adalides de la causa palestina, casi sagrada para muchos musulmanes.

Los hutíes controlan el estratégico puerto en el mar Rojo de Hodeida, desde donde han lanzado gran parte de los ataques contra las embarcaciones que navegan en el Mar Rojo. Pero esta ciudad también es críticamente importante, ya que a través de ella llegan a Yemen la mayor parte de los suministros, incluida la ayuda humanitaria, que necesitan más de 21 millones de personas (cerca del 70% de la población).

La intervención armada de EEUU y Reino Unido incomoda sobremanera a Arabia Saudí, la hasta hace pocos años acérrima enemiga de los hutíes y de sus valedores, Irán. La razón es que -por mediación china entre Riad y Teherán en 2023- los saudíes habían firmado una tregua con los hutíes y aspiraban a firmar con ellos la paz, saliendo de una guerra costosa y que no estaban ganando en absoluto pese a la devastación causada.

A pesar de su abrumadora superioridad militar, es muy difícil que EEUU pueda acabar con los hutíes sólo con ataques desde sus buques en el mar, que a su vez son contestados con enjambres de drones -mucho más baratos que los misiles- por parte de los rebeldes. Las defensas de la US Navy los derriban con facilidad, pero sus proyectiles antiaéreos se agitan enseguida. Sostener la Operación Prosperity Guardian por mucho tiempo puede ser muy costoso y poco efectivo.

Por otra parte, derrocarlos con una intervención a gran escala en Yemen sería todavía más peligroso y contraproducente, como bien saben los saudíes, y activaría una respuesta a gran escala de todo el Eje de la Resistencia, la red de milicias aliadas de Irán, una escalada que Washington quiere evitar.

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Israel ataca Líbano tratando de arrastrar a Hezbolá a una espiral de guerra

Lanzando cerillas al polvorín libanés

El asesinato del número dos de Hamás en Beirut mediante un ataque con drones y el de un comandante de Hezbolá por parte de Israel colocan a Líbano aún más cerca de la guerra.

Un proyectil incendiario de fósforo blanco de artillería israelí estalla sobre una casa en al-Bustan, localidad libanesa fronteriza con Israel.

Hezbolá es un pez mucho más grande y espinoso que Hamás. Con cerca de 100.000 combatientes y un enorme arsenal de misiles suministrados por Irán, Hezbolá es la milicia más poderosa del mundo, mucho más que el Ejército libanés.

A pesar de la brutalidad del genocidio gazatí, hasta ahora la milicia chií se ha contenido, incumpliendo su promesa de una “respuesta sin límites” si las tropas israelíes entraban en la Franja. A pesar de los ataques israelíes, Hezbolá ha limitado sus respuestas a ataques esporádicos con drones y misiles a las tropas de Tel Aviv.

Israel busca arrastrar a la milicia libanesa a una espiral de violencia, forzando así una guerra en Oriente Próximo contra Irán y sus aliados, que obligue a EEUU a intervenir.

Hezbolá no busca iniciar un conflicto regional con Israel, solo disuadir a los israelíes de ir más allá. No lo hacen porque Líbano pasa por un momento muy frágil, inmerso en una profunda crisis agravada por la explosión del puerto de Beirut en 2020, y con la presidencia de la República vacante desde octubre de 2022. Entrar en guerra abierta con Israel pondría en cuestión su propio poder en Líbano, muy impopular entre amplias capas de la población.

Pero los ataques israelíes pueden hacer que salte una chispa descontrolada. El gobierno de Netanyahu -y tras él los sectores más belicistas de la clase dominante norteamericana- buscan arrastrar a la milicia libanesa a una espiral de violencia, forzando así una guerra en Oriente Próximo contra Irán y sus aliados, que obligue al Pentágono a intervenir a mayor escala.

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