“El arte de patear el perro y acariciarlo después”

EEUU contra el gobierno de López Obrador

Han sido ocho días de amenazas a golpe de tuit. Por mucho que el gobierno de AMLO represente una línea que busca recuperar soberanía y dignidad frente a los dictados de la superpotencia, México se encuentra profundamente maniatado por las redes de la dependencia económica, comercial y financiera respecto a EEUU. Las exportaciones a su poderoso vecino del norte representan la cuarta parte del PIB mexicano, y cualquier insinuación de poner aranceles en el Río Grande hace saltar todas las alarmas en el DF.

En esta ocasión, el pretexto buscado por Trump es la acusación de que AMLO no hace nada por frenar la inmigración irregular hacia EEUU. A principios de año, haciéndose eco de la fraternidad de la mayoría social mexicana hacia los migrantes centroamericanos que cruzan México esperando llegar al sueño americano, las autoridades mexicanas les proporcionaron agua y comida y un permiso de trabajo y tránsito renovable por un año. Durante esos primeros meses las deportaciones cayeron un 38% respecto a la etapa de Peña Nieto. Ahora, por orden de Trump, todo eso debe acabar o la economía mexicana chillará de dolor.

O quizá quede resentida de todas maneras. Porque cada trato comercial que rompe Trump busca un único objetivo: llegar a un nuevo acuerdo aún más ventajoso para los intereses de la burguesía monopolista norteamericana, aún más draconiano y leonino para el país vasallo que ha chantajeado. Una fuente de la cancillería mexicana resumió la estrategia de Trump como “el arte de patear el perro y acariciarlo después”.

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