La segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Ecuador, que se celebrarán el próximo 11 de abril, se prevé ajustada. Hay mucho en juego -para la superpotencia y la oligarquía- en estos comicios marcados por la pandemia, la polarización y la inestabilidad. Pero las expectativas de victoria para la izquierda antihegemonista, representada por la candidatura del correísta Andrés Arauz, son excelentes.
En esta decisiva segunda vuelta se enfrentan dos proyectos diametralmente opuestos para el país andino.
Por un lado, el que representa el heredero de los gobiernos de Rafael Correa, Andrés Arauz, candidato de Unión por la Esperanza (UNES), un camino de retorno a las políticas de redistribución de la riqueza y de defensa de la soberanía nacional de Ecuador -y de América Latina- frente a la intervención y el saqueo de la superpotencia norteamericana.
Por otro lado, el camino que defiende el banquero Guillermo Lasso, candidato de CREO- PSC, un miembro puro de la oligarquía financiera criolla, alineado y sumiso con los dictados de Washington, y que representa la absoluta continuidad de los cinco años de gobierno entreguista y antipopular de Lenin Moreno.
Las clases populares de Ecuador tienen una extraordinaria oportunidad de alcanzar una histórica victoria, de infligir una sonora derrota a los sectores más reaccionarios y vendepatrias de su oligarquía y a los centros de poder hegemonistas, sumando su triunfo electoral a la catarata de reveses que están dando a EEUU los pueblos en pie de América Latina.
Y de momento, tienen viento de cola. Casi todas las encuestadoras de Ecuador dan ventaja al candidato progresista sobre el banquero. La demoscópica Clima Social da una intención de voto del 34% para Arauz, por solo el 27% para Lasso. La encuestadora Perfiles de Opinión le otorga al candidato correísta un 37,9%, con ventaja sobre Lasso (30,2%). Eureknow ha sondeado que Andrés Arauz ganaría los comicios generales con el 48% del electorado, mientras Lasso obtuviera el 41,50%. Hasta un estudio de Omar Maluk -un encuestador vinculado al empresario bananero y exministro de economía Álvaro Noboa, aliado de Lasso- da a Arauz un 53,8% de los votos y al candidato derechista un 46,2%.
Son sólo encuestas, y el veredicto final se librará en las urnas. Hay mucho en juego y las fuerzas reaccionarias y los centros de poder no se quedarán quietos. Pero las expectativas para los intereses de las clases populares de Ecuador son excelentes. Toda América Latina, y todos los progresistas y revolucionarios del mundo permanecen expectantes.