Hasta 300 economistas y expertos universitarios de todo el mundo se han unido para firmar un manifiesto de apoyo a Grecia. En el documento, instan a Gobiernos europeos e instituciones internacionales a emprender negociaciones «de buena fe» con el Ejecutivo heleno para resolver la cuestión de la deuda griega.»Llamamos a los Gobiernos de Europa, a la Comisión Europea, al Banco Central Europeo y al Fondo Monetario Internacional a respetar la decisión del pueblo griego de elegir una nueva vía», indica el texto publicado por el diario digital francés Mediapart.El manifiesto, titulado Estamos con Grecia y con Europa, está respaldado por expertos de las Universidades de Cambridge (Tony Lawson), Columbia (Stephany Griffith-Jones), California (Clair Brown), Complutense (Alfonso Palacio), o de la Escuela francesa de Estudios Superiores en Ciencias Sociales (Jacques Sapir).
El Gobierno griego, en su opinión, tiene razón al sostener que es necesaria una profunda reorientación «porque las políticas aplicadas hasta ahora son un completo fiasco y no han aportado ni recuperación económica, ni estabilidad financiera, ni empleos, ni siquiera inversiones extranjeras directas». Para los firmantes, han perjudicado a la sociedad griega y debilitado sus instituciones, con un enfoque «pura y simplemente nefasto» que no ha resultado en ningún progreso que convenga preservar.»Grecia necesita medidas humanitarias inmediatas, un salario mínimo más elevado, creación de empleo, inversiones y medidas que permitan restaurar y mejorar servicios básicos como la sanidad y la educación», sostiene ese grupo de economistas, que defiende dotar al país de un sistema fiscal «más robusto y progresivo».El Ejecutivo heleno, según subrayan, está en lo correcto al exigir la quita de su deuda, «que es insostenible y no será nunca reembolsada pase lo que pase». «Un nuevo inicio para Grecia permitirá relanzar la actividad, aumentar los ingresos y crear empleos, y beneficiará de esa forma a los países vecinos», argumentan los firmantes, según los cuales está en juego no solo la suerte de ese país, sino «el futuro de Europa en su conjunto».El manifiesto subraya que una política de amenazas y chantajes equivale a un «fracaso moral, político y económico del proyecto europeo», por lo que solicita a los líderes europeos que rechacen toda tentativa de intimidación hacia el Gobierno y la población de ese país. Los dirigentes europeos, según concluyen, deben «reconocer la elección democrática decisiva efectuada por el pueblo griego en circunstancias extremadamente difíciles, proceder a una evaluación realista de la situación y emprender sin demora la vía de una negociación razonable». Las muestras de apoyo al Gobierno griego han recorrido varios países europeos. No ha sido extraño ver manifestaciones de solidaridad en las ciudades que han visitado en los últimos días el primer ministro heleno, Alexis Tsipras, y el ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis. Este viernes, por ejemplo, ha sido convocada una concentración en apoyo al pueblo griego frente a la sede de la Comisión Europea en Barcelona. La protesta podrá seguirse en Twitter con el hashtag #catalunyaambgrecia.
Reunión extraordinaria del EurogrupoLos ministros de Economía y Finanzas de los diecinueve países de la zona del euro se reunirán finalmente el próximo día 11 de febrero de forma extraordinaria en Bruselas para abordar la situación en Grecia. Será un día antes de que los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) celebren una cumbre informal, que será a su vez la primera de Alexis Tsipras como jefe del Ejecutivo de Grecia. El encuentro del Eurogrupo tendrá lugar por la tarde y será el primero al que asista el nuevo ministro heleno de Finanzas, Yanis Varoufakis, quien ya se ha reunido con algunos de sus homólogos en la «gira europea» que ha hecho el nuevo Gobierno griego. Los diecinueve ministros de la eurozona escucharán las propuestas griegas sobre el futuro de la asistencia europea al país, que, según pretende Atenas, pasa por un acuerdo puente hasta junio.Ello da tiempo para negociar un acuerdo global, en el que Atenas aspira a una reestructuración de la deuda, con un canje de dos nuevos tipos de bonos, unos indexados al crecimiento nominal y otros perpetuos que reemplazarían a los bonos griegos en manos del BCE. El acuerdo puente es necesario porque la parte europea del rescate, ya prolongado una vez, expira el próximo día 28.En las reuniones de esta semana en París, Londres, Roma, Bruselas, Fráncfort o Berlín con Tsipras y Varoufakis, los distintos Gobiernos, en mayor o menor medida, han recordado a Atenas que tiene que cumplir con los compromisos adquiridos por el anterior Gobierno y seguir con las reformas en el país. En algún caso también se ha admitido que hay que respetar el resultado electoral.El encuentro en el que la falta de sintonía con Grecia fue más evidente se produjo este jueves en Berlín entre Varoufakis y su homólogo alemán, Wolfgang Schäuble. Esta cita se produjo un día después de que el BCE anunciara que dejará de aceptar los bonos emitidos o garantizados por Grecia en sus operaciones de refinanciación. Los bancos griegos podrán, no obstante, acceder a la liquidez a través del Banco de Grecia, mediante el programa de provisión urgente de liquidez.