Dos sectores, dos luchas, dos victorias

Los estibadores con una amplia trayectoria de organización y lucha, pelean por lograr sortear el decreto del gobierno impuesto por Bruselas y a la patronal del sector para garantizar sus puestos de trabajo. Mientras otro sector, el de “las Kelly”, que afecta a 600.000 empleadas de hogar en toda España, consigue una victoria gigantesca logrando que sus reivindicaciones entren en el Parlamento.

Nueva victoria de los estibadores

Los estibadores han decidido desconvocar las huelga tras los avances conseguidos en la defensa de sus derechos laborales y la protección de sus empleos.

Tras varios meses de luchas y negociaciones, los estibadores han podido debilitar a la patronal, y han logrado firmar acuerdos con la mayoría de las empresas del sector, para garantizar sus empleos en contra de la reforma laboral ordenada desde Bruselas e impuesta por el gobierno.

Todo comenzó el 23 de mayo, cuando se firmó un preacuerdo entre ambas partes por el cual los estibadores aceptaban rebajarse un 10% sus salarios, a cambio de que la patronal garantizase el 100% del empleo de los estibadores actuales, quitando prejubilaciones voluntarias.

Pero el 1 de junio, fecha para cerrar definitivamente el acuerdo, Anesco decidió romper el pacto de manera unilateral. A partir de ahí, empezaron nuevas movilizaciones, como los paros los días 5, 7, 9, 14, 15, 19, 21 y 23. Todas ellas, movilizaciones que han tenido un 100% de seguimiento y participación y que ya han supuesto 150 millones de euros de pérdidas, según el Ministerio del Interior.«Los estibadores han logrado firmar acuerdos con la mayoría de las empresas del sector, para garantizar sus empleos.»

Sin embargo, la movilización de los estibadores ha ido más allá de hacer huelgas. Al mismo tiempo que se celebraban los paros, los sindicatos han ido reuniéndose con empresas de la patronal por separado y firmando acuerdosm con Best, Setram, Coma y Ribas, Sammer, APM Terminals, TTI Algeciras… Estas empresas garantizan el empleo de los estibadores a cambio de que éstos siguiesen trabajando para ellas incluso en los días de paro, cosa que los estibadores han cumplido, trabajando incluso en los días de paro.

El efecto ha sido demoledor: la división se ha hecho patente entre las diversas empresas de la patronal, entre las que han pactado por su cuenta con los estibadores para evitar sufrir más pérdidas, y las que todavía quieren seguir imponiendo sus condiciones. Y el resultante ha sido la marcha de Anesco de Bérge, Erschip y Algeposa, las empresas más reacias a llegar a un acuerdo con los estibadores.

La nueva Anesco, con Javier Vidal a la cabeza, ha pedido tiempo a los estibadores para reestructurar a la patronal, a cambio de prometer entre bambalinas que se apoyará la propuesta de los estibadores.

Ingenuos seríamos todos si pensásemos que todo ha acabado. El gobierno y la UE no se van a quedar de brazos cruzados, y ya se empiezan a mover los resortes para revertir la situación. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) se ha comprometido a analizar los acuerdos y alerta de la posibilidad de multas hacia las empresas y sindicatos que hayan llegado a un acuerdo. Una provocación en toda regla.

Los estibadores han ganado una batalla. Pero la guerra está lejos de terminar.

Las Kelly en el Parlamento

El PSOE acaba de presentar una proposición no de ley para ser debatida en la Comisión de Empleo y Seguridad Social. El objetivo es que se ratifique el Convenio 189 de la OIT para el trabajo decente para el colectivo de empleadas de hogar.

El pasado 16 de junio fue el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar. CCOO registró un escrito para que se ratifique de una vez el Convenio 189 de la OIT.

Se trata de un Convenio aprobado en junio de 2011, siendo la primera norma internacional para este colectivo, y ya ha sido aprobado en 22 países, 6 de ellos de la UE. Con este Convenio, se permitiría que pudiesen entrar dentro del Régimen General de Seguridad Social. Y se abriría las puertas a que también entrasen dentro del Estatuto de Trabajadores.

Las empleadas del hogar son un colectivo prácticamente invisible en la sociedad. El 28% de las empleadas de hogar en la Unión Europea se localizan en nuestro país, lo que supone un 3’4% del empleo nacional. El 14’4% de los hogares en España cuenta con una empleada del hogar de manera regular. Se calcula que hay más de 600.000 empleadas del hogar pero sólo un tercio cotiza en la Seguridad Social.«En España hay más de 600.000 empleadas del hogar pero sólo un tercio cotiza en la Seguridad Social.»

Formado mayoritariamente por mujeres (más del 90%) y la mitad de ellas inmigrantes, las empleadas de hogar carecen de derechos laborales y en varios casos viven en condiciones de semi-esclavitud. La finalidad que se persigue con la aprobación del Convenio 189 es poder equiparar a las empleadas de hogar con el resto de trabajadores y trabajadoras de España.

Haciéndose eco de la situación, el PSOE ha recogido el guante lanzado por CCOO y ha presentado la proposición no de ley para ratificar el convenio. Los portavoces tras esta iniciativa, Carlota Merchán y Rafael Simancas, expresan que con esto buscan «extender los derechos laborales de los trabajadores que trabajan en hogares privados» y «corregir la discriminación que sufren en condiciones laborales y derechos humanos».

Aplaudimos esta iniciativa, y nos sumamos a la exigencia de que el Convenio 189 sea ratificado. El colectivo de las empleadas de hogar ha pasado ya demasiado tiempo marginado. Es hora de que sus reivindicaciones y derechos salgan a la luz, de una vez por todas.

2 comentarios sobre “Dos sectores, dos luchas, dos victorias”

  • No es casualidad que en ambos sectores, la movilización, la persistencia, y la organización para enfrentarse a la patronal, proviene de sindicatos (La coordinadora de la estiba) y movimientos de trabajadores (Las Kellys) ajenos a los dos sindicatos mayoritarios, que son los que claudican o firman directamente vergonzantes convenios que atacan los propios intereses de los trabajadores.
    Ejemplos a no seguir son los de los sectores de comercio y hostelería, por poner los dos ejemplos más sangrantes.

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