Las retribuciones de los consejeros de las empresas que cotizan en bolsa subieron el año pasado un 8,2 %, hasta los 344.000 euros de media. Mientras que la mayoría de los trabajadores no llega a los 1.000 euros al mes. El sueldo más frecuente es de 15.500 euros brutos, 900 euros netos al mes.
Según el informe de retribuciones de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la retribución media por Consejo de Administración de las empresas cotizadas fue de de 3,5 millones de euros, por los 344.000 euros de media por consejero, casi 1.000 euros al día, más que el sueldo mensual de la mayoría de los trabajadores.
Las retribuciones de esta privilegiada minoría subieron en 2015 un 8,2%, más de 7 veces la subida salarial del 1,1% pactada en los convenios.
Una subida del 1,1% de la que sólo pudieron disfrutar el año pasado una pequeña parte de trabajadores. Según un estudio de Adecco e Infoempleo, el 73,8% de las empresas reconocieron haber congelado o reducido el sueldo de sus trabajadores. Y sólo el 23,9% haber incrementado el sueldo de sus trabajadores.
Además casi el 60% de las empresas aplicó salarios más bajos a los trabajadores de nueva incorporación, entre un 15% y un 50% por debajo de los trabajadores que ya estaban en plantilla. Incluso un 2,8% reconoce haber rebajado más de un 50% el sueldo de los nuevos trabajadores en sus empresas.
Seguramente estos altos ejecutivos no tendrán escrúpulos en justificar estas rebajas de salarios o que una subida del 1.1% -apenas 10 euros al mes para un salario mileurista- es excesiva, mientras para ellos una subida del 8,2% -más de 28.000 euros al año- será un “precio justo”.
La redistribución salarial para que nadie cobre menos de 1.000 euros netos al mes, imponiendo un tope salarial máximo de 10.000 euros al mes, no sólo es de justicia contra la superexplotación laboral y un abismo social cada vez más profundo bajo la política de recortes y saqueo al 90% de la población, sino que es una medida que también actuaría como uno de los motores de la recuperación económica, al aumentar el poder adquisitivo de millones de trabajadores.