Las medidas aprobadas en los tres primeros consejos de ministros de Rajoy dibujan con claridad lo que debemos esperar este año del nuevo gobierno. Para el 90% de la población «incluso aunque Rajoy haya tenido los reflejos políticos suficientes para dejar fuera, sólo en parte, a pensionistas y parados», más recortes y ajustes, nuevas y mayores rebajas de salarios y rentas, más paro y empobrecimiento. Y esto, como dijo la vicepresidenta, es sólo «el inicio del inicio».
Para los bancos, tanto españoles como extranjeros, nuevas y masivas inyecciones de dinero público. El primer decreto firmado por el nuevo gobierno crea un fondo de 195.000 millones de euros en forma de garantías y avales. De ellos 103.000 son directamente para las necesidades de la banca española. El resto es la aportación que los españoles tenemos que hacer al fondo de rescate europeo para asegurar que bancos alemanes y franceses cobren los suculentos intereses de la deuda pública de los países rescatados o por rescatar. Para Washington y Berlín, la garantía de que con Rajoy, como con Zapatero, sus mandatos serán obedecidos sin rechistar y sus exigencias cumplidas a pies juntillas. Un año difícil y duroLa composición del nuevo gobierno de Rajoy es un indicio revelador de que están dispuestos a ejecutar las medidas impuestas por el FMI y Bruselas hasta el final y cueste lo que cueste. «Para Washington y Berlín, la garantía de que con Rajoy sus mandatos serán obedecidos» Con Guindos (un hombre directamente amamantado por Wall Street) al frente de Economía, Morenés (conocido por su vinculación con el complejo militar industrial yanqui) al frente de Defensa y Fernández Díaz y Cosidó (dos típicos representantes del ala más derechista) al frente de Interior y de la Policía, el sector más duro y prohegemonista de PP parece haber tomado, por el momento, la iniciativa. Por su composición y por las primeras medidas adoptadas, el nuevo gobierno no demuestra tener la más mínima duda en seguir aplicando, en lo principal, la misma política que Obama y Merkel le dictaron a Zapatero, aunque quizás todavía con mayor firmeza, amplitud y consecuencia. Hay relevo en el gobierno, pero continuidad en las recetas.Y lo que anuncian para después de marzo, una vez que hayan pasado las elecciones andaluzas donde el PP pretende repetir el éxito electoral del 20-N, puede llegar a dejar pequeño todo lo que hemos visto hasta ahora: un recorte superior a los 20.000 millones de euros en tan sólo nueve meses. Lo que inevitablemente no sólo va a afectar dolorosamente a los intereses más fundamentales (sanidad, educación,…) de la gente, sino que pone a la economía española en rumbo de profunda recesión y mayor destrucción de empleo. Vienen tiempos difíciles y duros.¿Derechas frente a izquierdas?En esta nueva situación, con un PP situado con cómodas mayorías absolutas que le dan un poder gubernamental y territorial sin precedentes, y con su sector mas duro y prohegemonista llevando la iniciativa, las tentaciones de azuzar la división entre “derecha” e “izquierda” van a ser inevitables. Y tendrán seguramente en el PSOE –ávido de recuperar parte del terreno perdido– su ariete principal.
Pero no debemos dejarnos arrastrar por la confusión. La experiencia histórica nos ha demostrado sobradamente que la principal línea de demarcación que divide a las fuerzas políticas y de clase en España no es derecha e izquierda, sino su posición ante la intervención y el control de las principales potencias imperialistas sobre nuestro país. Es decir, su carácter pro o antihegemonista.«El principal error sería dar la batalla por perdida de antemano» Suárez (un hombre de derechas que provenía del aparato del régimen franquista) fue objeto de una feroz campaña de acoso y derribo orquestada por Washington –y que estuvo a punto de poner fin a la democracia el 23-F– porque se oponía al mandato norteamericano de meter a España en la OTAN a cualquier precio. Por contra, Felipe González, un hombre tan aparentemente de izquierdas que en aquellos momentos se decía defensor de la República, fue el encargado de ejecutar el imperativo mandato de Reagan. ¿Acaso no ha sido Zapatero el más fiel y servil ejecutor de las medidas impuestas por el FMI y Bruselas?No leer cualquier acontecimiento a la luz de esta línea de demarcación capital, buscando siempre aislar al máximo a nuestro enemigo principal y unir todo lo que pueda ser unido para golpear en el centro de su proyecto, es caer en la más completa de las confusiones y extraviar inevitablemente el rumbo. Ni derecha ni izquierda, ni PP ni PSOE son bloques monolíticos, sin fisuras. Nuestro blanco principal son aquellos que, en la derecha o en la izquierda, están dispuestos a ser fieles gestores de los intereses de bancos y multinacionales y ejecutar sin rechistar los planes de saqueo que tienen para nosotros Washington y Berlín. Nuestras tareasCiertamente, el doble triunfo electoral del PP les facilita a ellos las cosas. Pero no es menos cierto que también a lo largo de 2011 el pueblo hemos acumulado mayores fuerzas para dar la batalla.El principal error que cometeríamos las fuerzas populares es darla por perdida de antemano, y adoptar una política puramente de resistencia, con el único objetivo de tratar que la “purga” de las recetas que van a aplicarnos sea lo menos dolorosa posible. A pesar de los triunfos del PP, el bipartidismo, el modelo político cuyo control permite al hegemonismo una intervención decisiva para imponernos sus dictados, ha sufrido dos severos golpes consecutivos a lo largo de 2011, perdiendo 4,5 millones de votantes. Lo que pone de manifiesto un notable agrietamiento, fruto del creciente rechazo de sectores cada vez más importantes de la población.También la aparición del 15-M a mediados de año, y su consolidación y extensión posteriores marca la irrupción de un fenómeno cualitativamente nuevo en la vida política española. De forma todavía incipiente, pero febril, en torno al 15-M se están aglutinado toda una serie de sectores sociales cuyo rechazo a los recortes y ajustes ha dado un salto cualitativo, adoptando una forma rupturista. Que expresa no sólo su rechazo y voluntad de lucha, sino la existencia de un mar de fondo de un calado muy superior, en el que el mismo régimen de dominio oligárquico-imperialista está puesto en cuestión.Al mismo tiempo, a medida que los ataques contra el 90% se recrudecen y aumenta el rechazo activo entre el pueblo, se está produciendo una destacable convergencia de las posiciones de distintas fuerzas políticas en torno a la línea de frente amplio por la redistribución de la riqueza, la ampliación de la democracia y la defensa de la soberanía nacional. Algo que se pudo ver con toda claridad en el debate de investidura de Rajoy. Partir de estos nuevos elementos favorables para los intereses populares y nacionales que han surgido el pasado año para plantearnos objetivos de conquista este año. Esa es la línea a seguir. La de dar más, mayores y más rápidos pasos hacia la formación del frente amplio de unidad que necesitamos. Ahora es el momento de lanzarse a crear agrupaciones de base del frente amplio en cada barrio, en cada pueblo, en cada centro de trabajo o estudio. A medida que ellos avanzan en sus ataques, están surgiendo desde abajo, desde la gente, todo tipo de movilizaciones, campañas y alternativas. Tenemos que pasar a promover y encabezar decididamente estas luchas e iniciativas con el objetivo de unir al 90% de la población en ellas. Y en ese proceso de lucha establecer sólidas relaciones entre las fuerzas políticas, sindicales y sociales a nivel local. Al tiempo que intensificamos las relaciones entre todas las fuerzas que nos oponemos a sus planes a fin de avanzar en la unidad.Esta es la clave para transformar una situación mala en una buena. Para convertir un año de ataques y dificultades en un año provechoso para los intereses de la mayoría del pueblo. No hay nada que pueda detener la fuerza de millones de personas cuando se unen para luchar por un objetivo común.Esa es la línea y el camino que, por nuestra parte, estamos decididos a seguir. Y al que llamamos a sumarse activamente a todos aquellos que creen que sí podemos echar abajo los planes de nuestros enemigos si nos unimos en un frente amplio por la redistribución de la riqueza, la ampliación de la democracia y la defensa de la soberanía nacional.