En las últimas décadas, la desigualdad en la distribución de la renta ha aumentado de forma significativa. Con datos referidos a 2008, en el conjunto de las economías avanzadas, las agrupadas en la OCDE, la renta media del grupo comprensivo del 10% más rico es aproximadamente nueve veces la correspondiente al 10% que dispone de la renta más baja. La principal razón de la ampliación de esa brecha ha sido la creciente diferencia en las rentas salariales, representativas del 75% de los ingresos de los hogares. La desigualdad ha ascendido incluso en las economías tradicionalmente consideradas más igualitarias, como Alemania, Dinamarca y Suecia, donde la relación antes comentada es de 5 a 1. En Italia, Japón, Corea y Reino Unido, las diferencias son más abultadas, de 10 a 1. Y mucho más en Israel, Turquía y EE UU, donde esa diferencia es de 14 a 1. En Chile y México son 25 veces. Fuera de la OCDE, esas diferencias se multiplican hasta 50 veces, como en Brasil, a pesar de la reducción clara durante la última década.