11 de septembre. Diada en Catalunya

¡Derecho de autodeterminación SÍ! ¡División y fragmentación NO!

Ha llegado el momento de afrontar los problemas de cara. ¿Qué Artur Mas presenta a «España» como el muro que niega a los catalanes su «derecho a decidir? Demos la vuelta a la situación. Que se celebre la consulta ciudadana, que todos los catalanes hagan oí­r su voz a través de las urnas. Defendamos en ese referéndum que el fortalecimiento de los lazos de unidad es el único camino para defender los intereses comunes. Y que salga a la luz cuál es la verdadera realidad de Catalunya. Que la mayorí­a que no respalda la división ni la fragmentación pueda pronunciarse. Y podamos cerrar una herida que algunos, dentro y sobre todo fuera de España, utilizan para imponernos oscuros intereses.

¡Derecho de autodeterminación Sí!

Defendemos el derecho de autodeterminación. Siempre lo hemos hecho. Es una posición de principios. No depende del “cálculo político”. Los pueblos tienen derecho a decidir su futuro.

En plena transición, Unificación Comunista de España defendió el ejercicio del derecho de autodeterminación de las nacionalidades históricas para fortalecer la libre unidad del pueblo de las nacionalidades y regiones de España.

Hoy, esta posición es la mejor respuesta a la ofensiva de fragmentación que, antes en Euskadi y ahora en Catalunya, vuelve a golpearnos.

Este “onze de setembre”, la Diada en Catalunya, pretende dar nuevos bríos a los vientos de división. La Assemblea Nacional Catalana, entidad organizadora de la manifestación del pasado año, impulsa ahora una “cadena humana” por la independencia que cruce Catalunya de punta a punta. «¿Acaso una “independencia” comandada por Artur Mas no sería en beneficio de una inmensa minoría? ¿Acaso sería “independiente” una Cataluña que estuviera sometida a los mandatos de Merkel o del FMI?»

Y Artur Mas, encabezando a los sectores más rabiosamente independentistas de la clase política catalana, se dispone a sacar jugosos réditos de una situación que nunca imaginó.

Es hora de que quienes nos oponemos a la división y la fragmentación tomemos la iniciativa.

Un personaje tan significativo en Catalunya como Francesc de Carreras, que participó en la fundación de Ciutadans, defiende públicamente que “es la hora de la audacia”.

Ante la carta enviada por Artur Mas a Rajoy, reclamando negociación para “que los ciudadanos catalanes sean consultados sobre si desean separarse de España y constituir un Estado independiente”, Francesc de Carreras responde que “si fuera Rajoy no dudaría un instante y aceptaría el reto: pondría inmediatamente en marcha los mecanismos necesarios para llevar a cabo la consulta”.

Añadiendo que “quizá es la última ocasión para resolver limpiamente un grave problema”. Y concluyendo que “somos muchos los que deseamos votar no a la independencia, pero queremos votar”.

Esta es una posición mucho más mayoritaria de lo que parece en la sociedad catalana. Según una encuesta de El Periódico, el 75,1% de los catalanes considera que el gobierno de Rajoy debería autorizar la consulta. Pero preguntados sobre “qué tipo de organización territorial debería tener Cataluña”, el 50,2% se muestra favorable a opciones no secesionistas.

La negativa cerrada a que se celebra cualquier tipo de consulta donde la sociedad catalana pueda pronunciarse sobre su vinculación con el resto de España no hace sino dar aliento a los sectores más rabiosamente independentistas.

Que la sociedad catalán se pronuncie nos beneficia a quienes defendemos la unidad. Porque existe una mayoría opuesta a la división que ahora apenas posee cauces de expresión.

¿Quién gana con la división?

¿Por qué, de repente, y en uno de los momentos más difíciles de la historia reciente, ha estallado “el problema catalán”?

Hoy mismo, se publica una reveladora entrevista con Bernd Lucke, cofundador de Alternative frür Deutschland (AfD), más conocidos como los “halcones” alemanes.

Son un pequeño partido, pero muy influyente por sus íntimas conexiones con el Estado y la clase dominante alemana.

En esta entrevista, Lucke anticipa que “en España los salarios tendrían que bajar otro 30%”. Y concluye que Grecia y Andalucía no podrán seguir en el euro, pero que “Cataluña, País Vasco y el norte de Italia sí podrían hacerlo”.

Esta posición coincide con el estudio publicado hace unos meses por la Fundación Ebert, vinculada a la socialdemocracia alemana y uno de los principales “think thanks” de la burguesía germana.

En él se contemplaba que uno de los posibles escenarios del futuro de la UE sería una disgregación que daría lugar a “una Europa matriz con Alemania en el centro y un euro restringido a las economías más sólidas”.

Precisando como ejemplos más claros de ese nuevo mapa político europeo el caso de “Cataluña y la Italia del norte”. En esta variante, “no son los Estados los que rompen con la unión monetaria, sino las regiones prósperas las que rompen con los Estados para intentar incluirse en una zona de integración central”. Por supuesto bajo hegemonía alemana.

Hace unos meses, David Fernández, cabeza de lista de las C.U.P (Candidatures d´Unitat Popular), y diputado en el Parlament, declaraba en una entrevista que “un nuevo país sin justicia social es otra jaula. El nuevo Estado de Mas no puede ser un lander de Alemania, sometido a las directrices del FMI y de Merkel”.

Estamos completamente de acuerdo con David Fernández y las C.U.P en este punto. La verdadera línea de demarcación no está entre “independentistas” y “españolistas”. Sino entre quienes quieren una Cataluña convertida en un protectorado alemán y plenamente rendida a los mandatos del FMI y de Merkel, como Artur Mas, y quienes defendemos una Cataluña que, como el resto de España, no esté subordinada a la intervención y el saqueo de las grandes potencias imperialistas.

Mucho más unidos de lo que parece

El gobierno de Artur Mas acaba de aprobar un nuevo recorte por valor de 1.300 millones. Lo que supondrá un tijeretazo del 20% en sanidad, del 10,3% en educación, del 14,4% en protección social…

¿Seguro que las bases de ERC están de acuerdo con esta “vía hacia la independencia”? ¿O les votaron precisamente para que se enfrentaran a los recortes que proponía Artur Mas?

El cabeza de lista de las C.U.P., David Fernández, es mucho más explícito: “La diferencia entre CiU y la CUP es la misma que hay entre la Duquesa de Alba y Diego Cañamero, representante de los jornaleros andaluces. O entre un trabajador precario de Vallecas y Emilio Botín”.

Esta es la batalla que nos interesa a los catalanes. Construir una amplia mayoría contra los proyectos de intervención y saqueo del FMI y de Merkel, que enriquecen a La Caixa al mismo ritmo que empobrecen a la mayoría de los catalanes.

Si desde Unificación Comunista de España defendemos la libre unidad del pueblo de las nacionalidades y regiones de España, es porque la unidad nos proporciona la fuerza necesaria para conquistar la soberanía y la libertad, en beneficio de la inmensa mayoría de la población.

¿Acaso una “independencia” comandada por Artur Mas no sería en beneficio de una inmensa minoría?

¿Acaso sería “independiente” una Cataluña que estuviera sometida a los mandatos de Merkel o del FMI?

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