En el año 2000, Unificación Comunista de España acudimos a la primera gran manifestación organizada por Basta Ya en Donosti. Con una gran pancarta roja con la hoz y el martillo, y un lema rotundo: “Defender la libre unidad de las nacionalidades y regiones de España es revolucionario”.
Al finalizar la manifestación cantamos la Internacional, puño en alto. Y se sumaron emocionados muchos de los antifascistas vascos que se jugaban su vida que se enfrentaban al terror de ETA y al fascismo étnico de los Arzallus e Ibarretxe.
Lo hicimos porque, como comunistas, somos los más consecuentemente antifascistas. Y porque esa es la histórica tradición de la izquierda en defensa de la libertad y la unidad.
Este es el problema. La conciliación ante el fascismo étnico de una parte de la izquierda y su disposición a considerar “progresista” todo lo que signifique fragmentación están íntimamente unidos.
Se ha difundido que España se ha convertido en “una potencia imperialista”, cuando es en realidad desde hace 200 años un país dominado sometido a los dictados de las potencias más fuertes en cada momento.
Todavía hoy importantes sectores de la izquierda defienden a los “afrancesados”, los que se sumaron al invasor napoleónico, bajo el argumento de que el dominio de una potencia extranjera “ilustrada” nos salvaría de nuestro atraso y fanatismo.
La globalización imperialista exige la fragmentación, necesita separar y enfrentar a los pueblos oprimidos entre sí.
Ésta es una historia común con todos los pueblos iberoamericanos. Primero el imperialismo inglés y después el gigante yanqui, utilizaron el fraccionamiento de la comunidad iberoamericana para extender sus dominios. Separaron Panamá de Colombia para construir y ocupar militarmente un canal que les permitiera el dominio de dos océanos. A esto se reducía la identidad que los «patriotas panameños», organizados por Washington, esgrimían contra la «opresión colombiana».
Sin embargo la izquierda en España casi nunca ha tenido en cuenta que la intervención exterior de las potencias imperialistas constituye el origen principal del saqueo y la explotación que se ejerce sobre el pueblo español. Aquí se ha perseguido al cura, sin tocar al Vaticano; se ha ido contra el banquero o el industrial local, olvidándose de los monopolios franceses e ingleses del pasado o de las grandes multinacionales americanas o alemanas del presente; se ha combatido al guardia civil, despreciando el papel de las fuerzas de intervención extranjeras, de las bases militares yanquis o del mando norteamericano en la OTAN sobre el Ejército español. Y se ha apreciado el carácter antifranquista de la lucha de ETA, sin reparar que la fragmentación de España era el sueño apetecido de los principales explotadores de su pueblo.
Todavía hoy una parte de la izquierda reviste los ataques contra la unidad bajo banderas progresistas. Y no solo en Cataluña o Euskadi. Teresa Rodríguez, coordinadora general de Podemos Andalucía, ha declarado que “Andalucía es un pueblo que tiene aspiraciones políticas”, y por tanto “de alguna manera también es una nación”.Y el nuevo documento programático de Podemos Aragón considera que España es un «país de países» y que uno de ellos es precisamente Aragón. Elogiando los “procesos soberanistas”, entre ellos el catalán, como “ iniciativas constituyentes que afirman la soberanía de los pueblos”.
Recuperemos la memoria histórica de la izquierda. Por ejemplo la defensa y el fortalecimiento de la unidad frente a cualquier tipo de división.
Fue Pasionaria quien afirmó que “ni la burguesía francesa ni el capitalismo inglés deseaban el triunfo de la España popular por múltiples razones, entre otras, por su constante enemiga hacia España, a la que necesitaban pobre, atrasada, para imponerle tratados ominosos y pactos leoninos”.
Y en 1937, el Comité Central del PCE afirmaba que “la cuestión de las nacionalidades queda, así, unida indisolublemente a la cuestión general de toda España de conquistar su independencia y su libertad frente al imperialismo. (…) La la ganaremos solamente (…) si, reconociendo y respetando las libertades nacionales de los pueblos, sabemos soldarlos en la unidad indestructible de la España popular y antifascista”.
kenobi dice:
Si nos quieres dividiiiiir,ya sabes mi paraderoooo,en el frente de combate con todos mis compañerooooos.Eso cantabamos también en San Sebastián.Y sale en la tele Arzalluz con el «De Verdad» en la mano,esa misma noche en la EiTB diciendo :»y me llaman nazi»,con las risas de toda la UCE:»di que si Xavier,tú haznos propaganda».Para anécdota buena la de Marcelo Armengot,que escribe algún artículo que otro en la sección de «ciencia»,que tooodos los dias le ofrecía el peródico al mismísimo Arzalluz:»toma compañero,contra ETA y contra tí»,hasta que un buen dia le dice:»venga Xavier,ésta vez te lo quedas,que sales en la portada» y el Arzalluz,con la mala follá que tiene,rodeado de guardaespaldas se da la vuelta enfurecido y grita:¿pero a vosotros qién os paga? a lo que le contesta Marcelo:»nadie Xavier,ya sabes que nos autofinanciamos»,jajajajajajajajaja,es que me contaba la historia y se me saltaban las lágrimas
Rafael dice:
Es la propuesta del Partido y es la línea a seguir si la RP de China tiene su Tíbet nosotr@s tenemos a l@s independentistas terroristas vasc@s