Diseño y sexismo

Deconstruyendo el Diseño

Es necesario repensar el diseño desde una perspectiva de género, cambiando unos estándares que sólo están a la medida del hombre, o que consideran lo masculino como el "estándard"

En el sector se suele decir que un buen diseño de producto es el que no se nota. Y en gran medida es verdad. La mayoría de personas solo se fija en cómo están diseñados los objetos si funcionan mal. Pero muchos malos diseños, diseños sexistas, capacitistas, racistas… no llaman la atención a la mayoría de la población, porque son realidades que tenemos normalizadas.

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Para el hombre

Hoy en día podríamos decir que ya no se diseña a propósito exclusivamente para el hombre. Bajo muy pocas circunstancias se hacen estudios de marketing profesionales diferenciando entre hombres y mujeres. En su lugar, se habla más del poder adquisitivo y los deseos de consumo, lo que te permite vender a mayor cantidad de personas. Una forma rara en la que te iguala el capitalismo.

Sin embargo, sigue siendo una realidad que al diseñar de forma unisex, se considera lo estandar lo masculino.

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A la medida del hombre

Dependemos de la investigación científica, especialmente de la antropometría, la ciencia que mide el cuerpo humano y sus proporciones, para crear. La mayoría de los cuerpos que se estudian en ella han sido, y son, hombres. Así que también son esas las medidas que usamos al diseñar.

Y, si bien las diferencias biológicas entre sexos son mínimas, son relevantes, sobre todo si diseñas objetos peligrosos como vehículos, herramientas y mobiliario.

En el caso de los automóviles, las mujeres tienen menos accidentes de tráfico que los hombres, pero sufren más lesiones porque no se hacen pruebas ni con dummies de choque femeninos, ni con dummies infantiles. Según los estudios de Criado Perez (en su libro Invisible Women: Exposing Data Bias in a World Designed for Men), las mujeres tienen un 71% más de probabilidades de sufrir lesiones moderadas, 47% de lesiones graves, y 17% de que el accidente sea mortal. Eso, sin contar, el alto riesgo de aborto accidental en altos meses de embarazo.

Muchas herramientas tienen un peso y tamaño cómodo para la mayoría de los hombres, pero no para las mujeres, lo cual se traduce en un peor agarre y mayor riesgo de accidente. A su vez, dificulta la inserción de mujeres en sectores que usan esas herramientas, como la construcción, la fontanería, la cocina… Y, si miramos al sector médico, de mayoría femenina en España, se añade el peligro de poner en riesgo las vidas de los pacientes.

En el caso del mobiliario, el peligro es más sutil: las mesas, bancos, sillas… son más grandes o anchas, y, especialmente en la infancia y en las oficinas, fuerzan a una mala postura, haciendo daño a la larga. Apunto a que puede ser uno de los factores que influyen en que las mujeres sufran más dolor lumbar que los hombres, siendo este un problema de salud crónico muy acuciado en España.

Esto obviamente nos afecta en todo: calzado, uniformes, tecnología, IA, arquitectura… ¡Afecta hasta a los bolígrafos! Pero no podemos desarrollarlo todo aquí.

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Falta de mujeres

Las mujeres son mayoría en sectores creativos. Las facultades de arte y diseño están llenas de nosotras y de media nos graduamos más y con mejores notas. Sin embargo, de acuerdo con EUIPO (European Union Intellectual Property Office), las diseñadoras consiguen menos trabajo. Un 69% de mujeres contra un 80% de los hombres, y, además, cobramos un 13% menos de media. En 2021 solo el 24% de los diseñadores europeos eran mujeres, pocas veces siendo jefas, y en gran medida a media jornada.

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Qué hacemos al respecto

En la academia debemos analizar y criticar a nuestros profesores y al temario que estudiamos y exigir referentes femeninas, pues las hay y muchas.

Y como consumidores debemos ser conscientes, no solo de que existe tecnología que puede proporcionar datos precisos sobre todas las formas y tamaños de cuerpos, sino de que al exigir que se diseñe pensando en las mujeres, las empresas tienden a tomar dos caminos: segmentar el proceso de diseño, creando productos específicos generalmente más caros, o tomar los diseños hechos con medidas masculinas y hacerlos más pequeños. No buscamos eso, buscamos diseños ergonómicos y personalizables: sillas y mesas que se puedan elevar, mangos de herramientas intercambiables, uniformes hechos a medida, pruebas de seguridad en las que se tengan en cuenta variedad de cuerpos…

Los objetos unisex no son útiles siempre, no existen cuerpos iguales. Advocar por personalizar, nos ayuda a todos.

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