El diplomático estadounidense Richard A. Boucher, secretario general adjunto de la OCDE, la organización que agrupa a los 34 países mas industrializados del mundo, sorprendía la pasada semana a los asistentes a un seminario sobre la primavera árabe, organizado en Marsella por la Asamblea Parlamentaria de la OTAN, con una declaración tan insólita como degradante. «Nadie quiere ser hoy como España. España solo vale para toros y vino tinto», afirmó.
Habría que preguntarle al señor Boucher si las multinacionales de su país son de su misma opinión, pues que sepamos no han mostrado hasta ahora la más mínima intención de dejar de explotar a conciencia a las decenas de miles de trabajadores españoles que trabajan en sus factorías instaladas en España, de las que sacan multimillonarios beneficios cada año. Al contrario, se han cuidado muy mucho de reunirse en secreto con Rajoy en La Moncloa para exigirle una reforma laboral “extremadamente agresiva” que les permita aumentarlos todavía más.Cómo tampoco tenemos constancia de que los fondos de inversión de Wall Street hayan dejado de invertir en las grandes empresas del IBEX 35. Más bien lo que está ocurriendo es que con la crisis se han lanzado a comprar más acciones y controlan ya el 45% de la bolsa española, de la que sacan también suculentas ganancias. Ellos si consideran que España “vale” al menos para otra cosa más que “para toros y vino tinto”, para saquear a conciencia nuestra riqueza a medida que personajes como Boucher denigran y degradan ante el resto del planeta a nuestro país. Degradar para saquear. En esta sencilla ecuación se resume la sustancia de la crisis. Si bancos y multinacionales se dedican al saqueo, la tarea de degradar se deja en manos de personajes como Boucher. A quien, por cierto, la inocultable ascendencia francesa de su apellido, que en español castizo significa Carnicero, viene como anillo al dedo.