Carceller y Oetker son los nombres de dos de las familias con más poder en la industria de la alimentación de Europa. Una vez imputada la familia gallega ( Fernández de Sousa), la catalana se ha hecho con el control de Pescanova apoyada por su socia alemana.
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El grupo catalán Damm se edificó sobre los negocios del petróleo y la gasolina de la familia Carceller. Damm está representado en el consejo de Pescanova por José Carceller Arce. Su hermano Demetrio Carceller es vicepresidente de Sacyr. Además de sus participaciones en las cotizadas Damm, Sacyr y Pescanova, los Carceller poseen el 9,75% de Ebro Foods (también en Bolsa).
El grupo alemán Oetker es uno de los mayores grupos empresariales de Europa creado en 1891. Dueño de 400 compañías, actualmente emplea a 26.406 personas, el año pasado ingresó 10.942 millones de euros, un 9,3% más que en 2011. La división más importante del grupo es la naviera, representa el 50% de la facturación total del grupo. Oetker también está presente en el mercado español a través de las plantas químicas Budenheim Ibérica en Zaragoza y Budenheim Altesa en Valencia.«Con los alemanes tras el grupo Damm, no está asegurado el futuro de Pescanova con intereses gallegos»
Oetker posee el 25% de Damm. En el consejo de administración de la empresa catalana está August Oetker desde hace 12 años y Ernst F. Schröder encargado de la división financiera de la empresa alemana. Los Oetker también tienen un asiento en el consejo de administración de Ebro Foods,
Ahora mismo no está garantizado el futuro de Pescanova con intereses gallegos. Otra vez el ejecutivo autonómico dice que se protegerán los puestos de trabajo directos e indirectos de Pescanova, 1.500 en el conjunto de Galicia. No es la primera vez que esto no se cumple.
En Puerto de Sagunto (Valencia) la empresa alemana ThyssenKrupp ha cerrado Galmed, una planta de la industria del acero con beneficios todos los años, enviando al paro a sus 165 trabajadores y destruyendo otros 500 puestos de trabajo indirectos.
Otra vez una estrategia de las grandes empresas alemanas para hacerse con el control de sectores económicos rentables y estratégicos de nuestro país con la pasividad de nuestros gobernantes. Esperemos que Pescanova no tenga el mismo final.