Mientras el Gobierno endeudó en el 2009 a cada español en 2.600 euros (un total de 228.310 euros por minuto), los presupuestos del 2010 parecen los de una empresa con beneficios punteros y ahorros suficientes en época de prosperidad. Pero la realidad es que el Estado gasta un 75% de lo que recauda a través de los impuestos, cargando la deuda en las espaldas de todos nosotros. El problema no es sólo el gasto dislocado para lo que es una «empresa en crisis», sino sobretodo en qué se gasta. La reducción drástica del 20% de los gastos superfluos del Estado es una exigencia urgente.
A rincipios de año lanzamos desde estas páginas las “Diez Medidas contra la Crisis” entre las que se encontraba la reducción del 20% de los gastos superfluos del Estado. Ésta misma medida formó parte de las cinco principales que se publicaron en el manifiesto “De Verdad contra la Crisis” publicado en dos de los principales periódicos de tirada nacional y reproducido en multitud de páginas en Internet. Pero si ésta era una exigencia urgente entonces, ante los presupuestos del Estado del 2010 ha de convertirse en un clamor de indignación. Parece que el Gobierno consciente del chorreo de dinero que se permite frente al empeoramiento de las condiciones de vida de la población, que son ya insostenibles para una parte importante, haya decidido “que si no quereis caldo, tomad dos tazas”. Por mucho que Zapatero se empeñe en reivindicar que sus políticas son “contra los poderosos” y que “cada segundo del día” no hace otra cosa que pensar en cómo salir de la crisis, la realidad es una; y no es que le desmienta es que parece una losa titánica sobre nuestras cabezas. Por poner solo algunos ejemplos: Quizás uno de los gastos más sorprendentes sea el del Congreso de los Diputados y el Senado, que tienen previsto gastarse casi ¡39 millones en material de oficina!. Con las subvenciones que se otorgan a los partidos políticos y el sueldo de los señores diputados, no estaría demás pedirles que se pagasen ellos los bolígrafos y las fotocopias de documentación a escote. En esta misma línea están las partidas destinadas a la Fundación Mobilitat Sostenible i Segura, de 100.000 euros, cuya visita por parte de cualquiera puede causar una dura impresión… a parte de encontrar artículos de los que solo existe el título, es inevitable preguntarse para qué sirve esta página y en qué se ha gastado el dinero. El conjunto de partidas de los presupuestos de estas características suman más de 6.000 millones de euros, casi la cuarta parte de lo que el Gobierno ha destinado a los susidios por desempleo. Pero las partidas más significativas son las destinadas a sostener la estructura política, cuya rentabilidad puede valorarse de “muy positiva”, aunque no precisamente para el conjunto de ciudadanos. En primer lugar el dinero dirigido a financiar a las fundaciones de los partidos: 450.756 euros del Ministerio de Educación, 6,1 millones de euros del Ministerio de Cultura, 2,2 millones de Exteriores y ¡81,2 millones del Ministerio del Interior!… A parte de este gasto se incluyen las subvenciones a la Fundación Ortega y Gasset del Grupo Prisa que suman más de 1,5 millones. Después están los 8,9 millones que el Ministerio del Interior destina a “los procesos electorales”, además de otros dos millones más para “gastos electorales”. 11 millones de euros que se supone que se gastarán en las autonómicas catalanas… que se sepa es el único proceso electoral para el 2010. Dinero éste que recibirán, de nuevo, los partidos políticos y que, al igual que el que se inyecta en sus fundaciones, no entra dentro de las muchas subvenciones que “estrictamente” que se les otorga como tales. Pero como dice el dicho, “dame pan y dime tonto”. Claro, pan, pan, lo que se dice pan, no es. Más bien son nuestras horas de trabajo, las que deberían estar empleándose en crear riqueza y empleo para salir de la crisis.