El colapso del régimen sirio de Bachar Al-Assad

Damasco y su castillo de naipes

El retroceso de Rusia e Irán -junto con el odio y el hastío que gran parte de los sirios sienten hacia el corrupto y brutal régimen de Al Assad- es la principal razón del derrumbe del castillo de naipes de Damasco.

Trece años de guerra civil en Siria se han precipitado en apenas diez días. Los llamados «rebeldes» han entrado casi sin resistencia en Damasco y han derrocado al temido régimen de Bachar Al Assad, que ha huido de la capital, abandonando el país.

El régimen de medio siglo de los Assad, sostenido en los últimos años por el poder militar de Rusia y de Irán, ha colapsado como un castillo de naipes ante el embate de una mezcolanza de grupos armados, fuerzas ‘proxys’ de diferentes potencias.

¿Cómo se explica este abrupto y precipitado final del régimen de Al Assad? ¿Qué fuerzas y potencias hay implicadas en Siria?

El colapso ha sido súbito. El 28 de noviembre, una alianza entre dos grupos armados, los fundamentalistas de HTS, sucesores de Al Qaeda e ISIS, y el Frente para la Liberación Nacional (FLN) vinculado a Turquía, comenzaban una operación relámpago que rápidamente capturaba Alepo y Hama.

El régimen de Al Assad se atrincheraba y prometía contraataque y reconquista, pero los insurgentes apenas encontraron resistencia, con gran parte de las tropas gubernamentales negociando su rendición. En la madrugada del 8 de diciembre, los «rebeldes» estaban entrando en Damasco, y el sátrapa Al Assad huía en avión con destino Moscú.

A muchos les sorprendió lo rápido (tres meses) que cayó Afganistán en manos de los talibanes en 2021. Pero cincuenta años de dominio de la familia Al Assad sobre Siria han colapsado en apenas diez días.

.

Un conflicto congelado, pero nunca resuelto

Entre estos dos mapas de Siria hay apenas doce días de diferencia

El mundo parecía haberse olvidado de la guerra civil Siria. Este conflicto, instigado por la administración Obama en 2011 -que, al calor del impulso de las «Primaveras Árabes» trató de canalizar mediante grupos armados ‘proxys’ el rechazo de amplios sectores de la sociedad siria contra el brutal y corrupto régimen de los Al Assad- nunca consiguió su objetivo.

El apoyo militar de Rusia -que en Alepo desplegó su criminal ‘doctrina Grozni’, bombardeando brutalmente a la población- , de Irán y de los libaneses de Hezbolá fueron claves para la pervivencia de Al Assad. El régimen de Damasco controlaba dos tercios del territorio, todas las principales ciudades del país y los corredores terrestres que las conectaban. En la zona costera de Tartús, dos bases rusas actuaban de bastión naval del Kremlin en el Mediterráneo Oriental, pero también de salvavidas militar de Al Assad.

Pero el conflicto no había terminado: la mitad de la población malvivía en las zonas bajo el control de tres grupos enemigos de Al Assad: la región en torno a Idlib, controlada por los yihadistas de HTS; varias regiones anexas a la frontera otomana controladas por el Frente Nacional para la Liberación (FNL) respaldados por Ankara, y la esquina nororiental del país, incluyendo buena parte de la frontera con Irak y Turquía, controlada por las milicias kurdas respaldadas por Washington.

.

¿Quiénes son los grupos armados que han derrocado al régimen?

“Cirugía plástica”. Kamal Sharaf (Yemen)

En primer lugar tenemos a los fundamentalistas de Hayat Tahrir al Sham (HTS, Organismo para la Liberación del Levante), con raíces en Al Qaeda y el ISIS, aunque hoy traten de borrar ese sangriento rastro. Este grupo, que cuenta con el patrocinio más o menos descarado de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Qatar, pero también (encubiertamente) de Israel y EEUU, está dirigido por Abu Mohamad al Yolani y lleva años esforzándose en mutar de grupo terrorista a ser una opción «presentable» (para las potencias occidentales y para la población siria) para gobernar el país, e infiltrándose en el ejército y la administración, atrayendo a desertores de Al Assad, rebeldes de otras facciones y yihadistas extranjeros, siempre salafistas y hostiles a Irán.

Yolani ahora reniega de su pasado en Al Qaeda y Daesh («un error de juventud») y lleva años reuniéndose con drusos y cristianos de Idlib, permitiéndoles celebrar misas. Los no musulmanes no son sus iguales, pero sí les da cierta protección. Esta «tolerancia», sea real o impostada, es lo que explica que a diferencia de en años pasados, ahora las localidades controladas por minorías se hayan rendido pacíficamente al rápido avance del HTS.

En segundo lugar tenemos al Frente para la Liberación Nacional, armados y financiados por Turquía desde hace años, instrumentalizando a estos «rebeldes» no sólo contra el régimen de Damasco, sino para impedir que los kurdos consoliden un corredor terrestre en el norte de Siria. El grado de control de Erdogan sobre el FLN es tal que sus guerrilleros han sido desplegados en otros conflictos donde Turquía tiene intereses, como Libia o Azerbaiyán.

En tercer lugar tenemos a las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias, bajo dominio kurdo, que controlan los territorios al norte del Éufrates con el respaldo de Washington, donde hay una docena de bases militares de EEUU. Este grupo, con múltiples lazos con el Partido Comunista del Kurdistán (PKK) que Turquía considera una amenaza existencial, puede haber sido “amortizado” por EEUU. Trump ha anunciado que dejará de apoyarlos, quizá dando vía libre a Erdogan para que los aniquile.

Detrás de estos tres grupos podemos rastrear la influencia -más o menos directa, más o menos interpuesta- de Washington y sus aliados en la región.

.

Sin Rusia, sin Irán, sin Hezbolá… sin sostén

Oliver Schopf

Una semana antes de que los acontecimientos se precipitaran y la guerra se reactivara, Bashar al Assad parecía estar a punto de lograr una normalización diplomática de Siria. Había conseguido el reingreso en la Liga Árabe. La UE, encabezada por Italia, estaba aflojando la presión, buscando la posibilidad de deportar de vuelta a los refugiados.

Pero todo era un espejismo. Los enemigos del régimen de Damasco han estado esperando las condiciones de máxima debilidad de Al Assad, el contexto internacional más apropiado, para asestarle un golpe rápido, coordinado y mortal.

Tras mil días empantanado en la invasión de Ucrania, Moscú ya no está en condiciones de sostener al régimen de Al Assad. Las fuerzas rusas huyeron de Alepo al segundo día de incursión rebelde. Tampoco Irán ni Hezbolá, muy debilitados a lo largo de los últimos meses, después de una cadena de atentados, bombardeos y magnicidios que han descabezado a buena parte de sus principales cuadros. La Guardia Revolucionaria iraní abandonaba Damasco mientras Teherán negociaba en secreto con HTS las condiciones de la retirada.

El retroceso de Rusia e Irán -junto con el odio y el hastío que gran parte de los sirios sienten hacia el corrupto y brutal régimen de Al Assad- es la principal razón del derrumbe del castillo de naipes de Damasco.

.

¿Quién gana con esta demolición?

Lo ocurrido en Siria en estos momentos beneficia sobre todo a un gran polo de poder: a la superpotencia norteamericana y su gendarme en la zona, Israel.

En primer lugar, una primera ganadora es la Turquía de Erdogan, que tiene sus propios intereses en deshacerse de su enemigo Al Assad, y sobre todo en maniobrar contra los kurdos de un lado y otro de su frontera. Las monarquías árabes del Golfo -Arabia Saudí, Emiratos, Qatar- también tienen ahora una oportunidad a través de los tenebrosos fundamentalistas de HTS de ejercer una enorme influencia en el futuro de Siria.

Pero sobre todo, lo ocurrido en Siria en estos momentos beneficia a un gran polo de poder: a la superpotencia norteamericana y su gendarme en la zona, Israel.

El colapso del régimen de Al Assad deja aislado a Hezbolá en Líbano, y corta por la mitad el principal corredor por el que Teherán ejercía su influencia en Oriente Medio. La guerrilla chií libanesa ya no podrá abastecerse sin límite a través de su frontera norte.

Sin embargo, la situación en Siria es altamente voluble. Un panorama caótico con grupos rebeldes fuertemente armados y hostiles entre sí, apoyados por potencias con intereses contradictorios, y algunos como los yihadistas de HTS con un largo historial de atrocidades. Y aunque es el fin de la brutal dictadura de Al Assad, está por ver qué nuevo régimen se instaura en Damasco.

Deja una respuesta