Casi en secreto y «cocinado» a toda prisa, Hacienda y los Del Pino «histórica familia oligárquica propietaria de la constructora Ferrovial- han alcanzado un acuerdo. Durante años, los Del Pino utilizaron «empresas fantasma» radicadas en paraísos fiscales para eludir el pago de impuestos en España. Pero gracias al pacto, y abonando 200 millones para «regularizar su situación», no serán acusados de delito fiscal. Es sólo un ejemplo de las «trampas» y «chanchullos» «a los que eufemísticamente se les llama «ingeniería fiscal»- que los «muy ricos» utilizan para dejar de pagar los impuestos. Lejos de perseguirlos, la Hacienda pública «ahora con Rajoy y antes con Zapatero- les ofrece todas las facilidades posibles para encubrir sus delitos Incluso cambiando las leyes para que su atraco al dinero público sea perfectamente legal.
Si te llamas Leo Messi y eres un astro del balón, puedes ser un ídolo de masas, pero no tienes impunidad, porque a pesar de tu enorme relevancia social no formas parte del selecto y restringido círculo de los que tienen el poder .«Si formas parte de los grandes nódulos de la oligarquía española, o eres un importante banco o monopolio extranjero, puedes defraudar con la tranquilidad de que jamás te perseguirán»
Por eso es posible que la fiscalía, es decir el gobierno, se querelle contra ti por haber defraudado cuatro millones de euros a Hacienda.
Si eres el gestor de la “trama Gürtell” o el intermediario de la mafia china, tampoco estás a salvo. Es el caso de Arturo Gianfranco Fasana, copropietario de la firma suíza Rhone Gestion. Acusado de ser el “contable” en la Confederación helvética de la Gürtell. E imputado también en la “Operación Emperador”, porque se encargaba de poner en contacto a fortunas españolas con la mafia china de Gao Ping, para que ésta les blanqueara el dinero negro.
¿Por qué se persigue a Fasana? Porque sus clientes son gente muy adinerada –como el empresario Antonio Banús, sobrino del famoso promotor inmobiliario que da nombre al puerto de Marbella- pero están muy lejos de poder considerarse siquiera un escalón marginal de las élites españolas.
Los mismos medios que han abierto sus portadas con la noticia de la imputación de Messi por delito fiscal, callaron cuando el implicado era Emilio Botín, condenado a pagar 200 millones -50 veces más de lo que Hacienda reclama al astro argentino- para regularizar un dinero evadido a paraísos fiscales.
En realidad el “escándalo Messi” es una gigantesca operación de imagen. Dada la proyección internacional del futbolista, todos los grandes medios mundiales se han hecho eco de su imputación. El gobierno español persigue a los defraudadores. Y el ministro Wert se ha encargado de declarar que “la ley es igual para todos, aunque seas el número uno”.
Mienten. Si formas parte de los grandes nódulos de la oligarquía española, o eres un importante banco o monopolio extranjero, puedes defraudar con la tranquilidad de que jamás te perseguirán.
La familia Del Pino –que controla el 45,5% de Ferrovial, un gigante de la construcción y de las infraestructuras- canalizaron durante años el cobro de los dividendos de sus acciones hacia Porman Baela, cuyo único accionista es la sociedad holandesa Sobla Beleggingen BV. Además, otras inversiones eran desviadas a través de otras sociedades holandesas (Lester Loriner y Polar Capital) o luxemburguesas (Vial Holding).
Holanda y Luxemburgo ofrecen una bajísima tributación y un alto nivel de secreto bancario. No son considerados “paraísos fiscales” –como las Islas Caimán- pero actúan como tales en la “civilizada” Europa.
Utilizaban a sus “tapaderas” holandesas para no pagar los impuestos que sí deberían abonar en España. Y luego transferían el dinero a sus Sicavs, que sólo tributan el 1%.
Este método de evasión fiscal no es excepcional, sino habitual. Y está además protegido legalmente.
La reforma del impuesto de sociedades, aprobada por el gobierno de Zapatero, permite este tipo de prácticas bajo la excusa de “evitar la doble imposición entre países europeos”.
En realidad, el único objetivo de estas sociedades en Holanda y otros países del entorno es evitar la tributación en España.
Pero además, Gestha –el principal sindicato de los inspectores de hacienda- denuncia que que «en España, si tienes un 5% o más de una sociedad y ésta reparte dividendos, la cantidad cobrada está exenta y sólo tributa en la declaración de la renta. Pero si tienes menos del 5% de una sociedad o sólo 100 o 200 acciones de una empresa, como tiene el común de los mortales, la retención por dividendo es del 27%, sin perjuicio de que después se tenga que saldar cuentas con Hacienda con la declaración de la renta. Es un agravio comparativo y una desigualdad hacia la clase media intolerable».
Si a pesar de todas estas “facilidades legales” el montante del robo es demasiado alto para ser ocultado… Hacienda te abre la puerta… pero sólo si eres un “gran defraudador”.
Por eso, sin luz ni taquígrafos, los Del Pino y Hacienda han firmado un “acta de conformidad” por la que, al abonar 200 millones que compensen los impuestos no pagados, se paraliza el inicio del juicio y se evita la imputación por delito fiscal.
Lo mismo pasó con la familia Botín. Las revelaciones de la “lista Falciani” –que destapó la cuentas secretas de muchos oligarcas- desveló que los Botín sacaron de España 2.000 millones en 1.939, camuflándolos durante más de 70 años en Suíza.
Nadie levantó la voz. Se alcanzó un acuerdo y se evitó el juicio y el escándalo público.
Estos amaños con banqueros y oligarcas van en contra de la Hacienda pública. Según la ley, en casos de delito fiscal se puede imponer como multa una cantidad que puede llegar a multiplicar por 24 el monto de lo defraudado. Sin embargo, a los Botin y Del Pino se les aplicó un “trato especial” que solo contempla una cuota de compensación por lo no tributado del 10%.
Es decir, se les podría haber exigido que pagaran por sus fechorías 4.363 millones de euros. Pero solo pagaron 200 millones cada uno.
Por no hablar de los miles de millones que algunos monopolios extranjeros han dejado de pagar en España, radicando sus cuentas en Irlanda o cualquier otro país que exige menor carga impositiva.
Gracias al trato de favor a sólo dos familias oligárquicas que habían defraudado, se dejaron de ingresar 3.963 millones en impuestos. Más que la suma de todos los recortes en educación.
¿A cuánto asciende el fraude de toda la oligarquía y todos los bancos y monopolios extranjeros en España?
Leo Messi o los implicados en la Gürtell y en los amaños con la mafia china deben pagar por sus delitos.
Pero es un gigantesco engaño que se nos ofrezca la imputación a Messi como ejemplo de que “en España se persigue a los defraudadores”, cuando en realidad los que más impuestos evaden gozan de la protección del Estado.