Y un grupo de vascos valientes se organizaron para dar la batalla contra el fascismo.Conviene recordarlo ahora. La lucha contra el terror no puede tener como únicos protagonistas a los aparatos del Estado (la policía, la justicia, los partidos…). Sino que debe estar encabezada por la participación y movilización de toda la sociedad.
A finales de los años noventa, un grupo de intelectuales vascos publicó un valiente manifiesto donde se denunciaba que “se ha organizado y extendido en Euskadi un movimiento fascista que pretende secuestrar la democracia y atenta contra nuestros derechos y libertades más esenciales”.
Y se llamaba a “luchar pacífica y contundentemente contra ETA y quienes amparan, promueven y se benefician de su proyecto totalitario”.
Fue entonces cuando se empezó a derrotar a ETA.
Las gigantescas movilizaciones contra el asesinato de Miguel Angel Blanco fueron un antes y un después. Y un grupo de vascos valientes se organizaron para dar la batalla contra el fascismo.
Creando un movimiento antifacista que ganó apoyos en la sociedad vasca, con organizaciones como Foro de Ermua, Basta Ya, Covite, AVT, Fundación Libertad…
Ahora se afirma que lo que permitió acabar con el terror de ETA fue la eficacia de la actividad policial, la actividad de la justicia contra el entorno etarra, o la colaboración internacional en la lucha contra el terrorismo.
Todos estos fueron factores importantes, pero hasta la irrupción de la rebelión democrática no habían sido capaces de crear las condiciones para la derrota de ETA. Habían debilitado a la banda, pero no eran capaces de combatir y romper el “humus social” que sostenía y amparaba el terror.
Porque la lucha contra el fascismo, y la batalla contra el terror de ETA sin duda lo es, no puede ganarse si no es con la lucha popular y la movilización ciudadana.
El paso decisivo se dio cuando se ganó la batalla en la calle por la libertad, en un largo proceso que culminó en las multitudinarias manifestaciones de Basta Ya en Donosti.
Cuando se desplegó un combate frente a todas las ideas que justificaban el terror, criminalizaban a las víctimas y sembraban la ambigüedad y la equidistancia.
Y también, cuando se señaló como responsables del terror no solo a ETA o HB, sino sobre todo a los jelkides peneuvistas que encarnaban el nazifascismo étnico, desembocando todo ello en la gran movilización contra el plan Ibarretxe.
Una batalla que tiene un doble valor. Porque se realizó contra el poder establecido, y porque se hizo en unas condiciones extraordinariamente difíciles, enfrentando amenazas, ataques, condenando al exilio a muchos y asesinando a otros.
Nombres como Fernando Savater, el recientemente fallecido José Ramón Rekalde, Agustín Ibarrola, Rosa Díez, Elías Querejeta, Maite Pagaza, Pablo Setién. Otros -como Mario Onaindía, Jon Juaristi o Mikel Azurmendi- que militaron en ETA durante el franquismo y luego se enfrentaron al fascismo que supone el terrorismo.
Muchos de estos nombres procedentes de la izquierda, pero que también se unieron a militantes y cuadros del PP vasco que se jugaron, literalmente, la vida.
La rebelión democrática fue capaz de dar organización al rechazo al terror y el nacionalismo étnico que se estaba convirtiendo en un clamor en la sociedad vasca. Y que recibieron el apoyo de todo el pueblo español. Fortaleciendo con ello la unidad en la lucha conjunta por la libertad.
Ellos, los hombres y mujeres que en Euskadi rechazaron y se enfrentaron al fascismo etnicista, son los héroes de esta historia.
Conviene recordarlo ahora, cuando todavía debemos seguir dando batallas para ganar definitivamente la lucha contra el terror. Que no pueden tener como únicos protagonistas a los aparatos del Estado (la policía, la justicia, los partidos…). Sino que debe estar encabezada por la participación y movilización de toda la sociedad.
kenobi dice:
Hooombre,es que lo de M.A.Blanco fue una canallada,vamos que asesinarlo tan sólo por ser del PP,ya está bien,no me extraña que se movilizara todo Euskadi.Pues si,el artículo tiene toda la razón,si no es por la «rebelión democrática» no se acaba con ETA.Si por los aparatos de Estado,como la policía fuera,ETA todavía estaría matando hasta el 2500 d.c