Cargando...Teresa Cunillera, del PSOE y que ocupa la vicepresidencia del Congreso de los Diputados, ha lanzado una airada carta al Director dirigida contra Arturo Pérez Reverte, por su artículo «Esa gentuza». Las verdades, a veces, duelen. Como en este escrito en el que se desenmascara la auténtica naturaleza y las características típicas de la casta política española. Porque expresa el sentir de la inmensa mayoría de los ciudadanos. Que ven a la clase política como un conjunto de malgastadores del dinero público, responsable del despilfarro y de la corrupción. Opinión que se ha reflejado en la última encuesta del CIS a la pregunta de cómo se valora a los políticos. Pérez Reverte ha hecho, simplemente, de portavoz literario, y muy bien, del sentimiento colectivo.
No es cuestión de reseñar todo el artículo orque vale la pena leerlo. Porque hecha la justa salvedad de “que siempre hay justos en Sodoma. Gente honrada. Políticos decentes cuya existencia es necesaria”, pasa a decir las verdades sobre “la casta general”, de “sus irresponsabilidades, sus corruptelas, sus ambiciones (…) y su falta de escrúpulos”. Y, entre otras cosas, “cómo se han trajinado –ahí no hay discrepancias ideológicas– el privilegio de cobrar la máxima pensión pública de jubilación tras sólo 7 años en el escaño, frente a los 35 de trabajo honrado que necesita un ciudadano común. Cómo quienes llegan a ministros tendrán, al jubilarse, sólidas pensiones compatibles con cualquier trabajo público o privado, pensiones vitalicias cuando lleguen a la edad de jubilación forzosa, e indemnizaciones mensuales del 100% de su salario al cesar en el cargo, cobradas completas y sin hacer cola en ventanillas, desde el primer día”. Lo dicho. Las verdades que a los ciudadanos de a pie nos indignan. La existencia de una casta política que vive a costa de nosotros. En la época de las vacas gordas y, también ahora, en plena crisis económica. Hay que terminar con esta injusticia.