La noticia la adelantaba ayer la cadena Ser en exclusiva. Y se ha convertido hoy en el centro de atención de toda la prensa nacional: la crisis de gobierno es inminente y su remodelación más profunda de lo que en un principio se pensaba. Si por un lado resultaba evidente la necesidad de sustitución de algunos de sus ministros más desgastados, lo que no entraba en las previsiones es la entrada en el gobierno de auténticos «pesos pesados» en la estructura orgánica del PSE como el presidente andaluz Manuel Chaves y el segundo secretario José Blanco.
Para el diario El País, la remodelación del gobierno llega en un momento comlicado, cuando acaba de cumplir apenas un año desde su formación y ante unas inminentes elecciones europeas que, por las especiales condiciones económicas, sociales y políticas en que van a desarrollarse, van a convertirse en un test para el gobierno y el PSOE. Pese a ello, al diario del Grupo Prisa le parece bien un cambio en el gobierno que el dote de una “mayor fuerza política”, de la capacidad de articular un discurso creíble en la batalla contra la crisis económica y de, si no evitar la derrota, sí al menos conseguir un resultado digno en las elecciones europeas del mes de junio. Mucho más si, como se asegura n os mentideros madrileños, la remodelación va a dar mas peso político a Rubalcaba, uno de los enlaces históricamente claves entre el grupo mediático y el PSOE y la entrada de un peso pesado de la vieja guardia felipista, como Manuel Chaves, también con históricos vínculos personales y políticos con al alta dirección del Grupo. El diario Expansión, por el contrario, no cree que los cambios ministeriales anunciados vayan a ser el revulsivo esperado, dice, para recuperar la “confianza de los sectores económicos españoles”. Ni ven en Elena Salgado el impulso necesario en economía para hacer frente a la crisis, ni en Chaves alguien creíble para cohesionar las administraciones autonómicas ni en Pepiño Blanco el hombre ideal para limar asperezas con el PP con vistas a un posible pacto de Estado si la situación económica sigue deteriorándose a la velocidad y con la intensidad con que lo está haciendo. Editorial. Expansión CRISIS EN UN GOBIERNO EN CRISIS La gravedad de la crisis parece no haber dejado más salida al presidente del Gobierno que la sustitución de algunos de sus ministros más desgastados. Pasada ya la cita del G-20, con una cifra real de parados que supera los cuatro millones, según los datos de demandantes de empleo, y con unas previsiones de crecimiento en caída libre -el Banco de España acaba de anunciar un retroceso previsto de 3 puntos en el PIB-, a Zapatero no le habría quedado más remedio que admitir lo que ya se había convertido en un clamor entre los agentes sociales: el agotamiento de su vicepresidente económico, Pedro Solbes (…) Sin embargo, no parece que los cambios ministeriales impulsados ahora por Zapatero puedan ser el revulsivo esperado por muchos como catalizador de la recuperación de confianza de los sectores económicos españoles. La ministra Salgado, que sería la encargada de sustituir a Solbes en el cargo, es una persona de confianza directa del propio vicepresidente y no figuraba en ninguna de las quinielas de potenciales ministros de Economía. Reformas encabezadas por ella, como la del vino o la del tabaco, lejos de favorecer el empuje económico de determinados sectores, acabaron convirtiéndose en un foco de críticas a causa de los obstáculos al desarrollo de las exportaciones españolas. Habrá que esperar a ver si Salgado encaja con el perfil de ideas nuevas reclamado por las empresas o, por el contrario, se queda en un nuevo intento de Zapatero de mantener ministros que acepten sus planteamientos de incremento del gasto público y de costes que, por el momento ya han devuelto a España a la etapa de los grandes déficits públicos. El cargo de Manuel Chaves, hasta ahora presidente andaluz, como posible nuevo vicepresidente resulta claramente difícil de entender en esta línea de renovación que sería deseable para un Gobierno que se enfrenta a un cuadro de paro nunca visto en la historia española. Chaves, que ha conseguido para Andalucía el pago de las deudas históricas por parte del Estado y que ha logrado sus pretensiones presupuestarias en su nuevo Estatuto, será ahora el responsable de cuadrar a las comunidades que no han obtenido ese trato beneficioso y de mejorar las relaciones del Ejecutivo con otras CCAA, especialmente con el gobierno de Cataluña presidido por Montilla. La combinación de este nombramiento con la supuesta entrada en el Ejecutivo de José Blanco, ariete del PSOE contra los populares, tampoco parece garantizar la relajación de la tensión política ni el deseable acercamiento al PP en un contexto en el que las grandes políticas necesarias parecen exigir el consenso de los dos grandes partidos. EXPANSIÓN. 6-4-2009 Editorial. El País AIRES DE CAMBIO Las críticas contra el Gobierno por la negación de la crisis y su supuesto quietismo van a tener al fin una respuesta por parte de José Luis Rodríguez Zapatero, según fuentes próximas a la presidencia del Gobierno y al PSOE. El jefe del Ejecutivo regresará de Turquía el martes, después de una semana de fructífera proyección internacional, con una remodelación del Gobierno socialista en la cabeza con la que pretende responder a los dos principales reproches que ha tenido que soportar durante el primer año de su segunda legislatura: el primero versaba sobre la confusión reinante en cuanto al diagnóstico de la crisis, irremediablemente vinculada a la insuficiente capacidad de reacción de su vicepresidente económico y del entero Ejecutivo; el segundo tenía que ver con el escaso peso político de su Gobierno, en el que el protagonismo quedaba casi exclusivamente concentrado en la figura de su presidente. Respecto a la confusión sobre la economía, el último episodio ha sido la diferencia abismal entre las predicciones realizadas por el Servicio de Estudios del Banco de España y las del Gobierno. Mientras el primero daba a conocer el viernes pasado la previsión de una contracción del 3% este año y del 1% en 2010, el Ejecutivo preveía un retroceso del PIB del 1,6% en 2009 y una recuperación del 1,2% en 2010. De confirmarse, con la salida de Pedro Solbes y su sustitución por la actual ministra de Administraciones Públicas, Elena Salgado, Zapatero pretende desprenderse de la imagen de desgaste y de inacción que ha quedado asociada a una personalidad tan amortizada como el todavía vicepresidente económico. Respecto al perfil político de su Gobierno, el baño de notoriedad internacional que se está dando Zapatero, y los éxitos cosechados sobre todo en la reunión del G-20 le permiten abordar ahora la falta de voces con mayor personalidad que acompañen a su protagonismo, hasta ahora casi exclusivo. La probable incorporación de dos personalidades de la propia cúpula del PSOE, su presidente y presidente andaluz, Manuel Chaves, y del segundo secretario, José Blanco, significaría el cierre de filas del aparato socialista, a la vez que la apertura de nuevos horizontes en la presidencia andaluza. El momento elegido para desencadenar la crisis, de confirmarse esta misma semana los planes del presidente, es complicado. Es cierto que este Gobierno, pese a llevar apenas un año en activo, ofrece una imagen de agotamiento, pero los relevos se producirían a pocos meses de las elecciones europeas, en las que unos malos resultados podrían neutralizar muy rápidamente los efectos esperanzadores de la remodelación. Es evidente que las medidas de estímulo contra la crisis no están surtiendo el efecto deseado. Una remodelación como la que se plantea debe ser, al menos, la oportunidad para enfrentar la recesión con mayor claridad ante los ciudadanos y eficacia en la acción del Gobierno. EL PAÍS. 6-4-2009 Editorial. El Periódico LA FOTO CON OBAMA SALIÓ MOVIDA La torpeza política o la mala intención de algún damnificado hicieron que los planes de José Luis Rodríguez Zapatero para reformar el Gobierno fueran filtrados precisamente ayer y taparan informativamente uno de sus mayores éxitos como presidente: la normalización de las relaciones con la Casa Blanca, explicitada en un largo y cordial cara a cara en Praga con Barack Obama. El líder socialista español había preparado meticulosamente el acercamiento al presidente de Estados Unidos después de sufrir durante cinco años el absurdo desprecio por parte del anterior mandatario norteamericano, George Bush. Las relaciones entre España y Estados Unidos han seguido funcionando con normalidad en terrenos comerciales, culturales y de cooperación internacional, pero era una clara anomalía que los máximos dirigentes políticos de ambos países no pudieran establecer un diálogo directo. Y eso era así porque Bush, en su soberbia y en su trasnochada concepción de las relaciones internacionales, nunca quiso tratar al presidente español como lo que era: un aliado que, legítimamente, había retirado las tropas de Irak por considerar que esa guerra era injusta e ilegal. La fotografía de Zapatero con Obama estaba llamada a ser la gran noticia del día. Pues bien, los rumores sobre una crisis de Gobierno cristalizaron ayer en noticias precisas sobre los cambios en los ministerios, que no fueron desmentidas —aunque tampoco confirmadas— por el presidente. Así se dio pábulo a que los relevos se producirán esta misma semana y que serán profundos. Tanto, que afectan al vicepresidente económico, Pedro Solbes, quien según todos los indicios será sustituido por la actual ministra de Administraciones Públicas, Elena Salgado. Se sabía que el relevo de Solbes era cuestión de meses o de semanas, pero ayer trascendió que en el baile entran, además, dos pesos pesados del PSOE: el presidente de Andalucía, Manuel Chaves, y el vicesecretario general del partido, José Blanco. Eso da idea de que Zapatero busca un Gabinete con mayor fuerza política, capaz de articular un discurso creíble en la batalla contra la crisis económica y de mantener un resultado digno en las elecciones europeas del mes de junio, en las que puede producirse una victoria del PP. Si se confirman estas noticias, la crisis abrirá el relevo en Andalucía y dejará fuera de combate a la desgastada ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. EL PERIÓDICO. 6-4-2009 Editorial. ABC UE-EEUU: UNA RELACIÓN ESENCIAL LA relación entre Europa y Estados Unidos es la alianza estratégica más importante del planeta. Es imposible discutir que esa intensa asociación ha dado frutos extraordinariamente importantes para el progreso y la estabilidad. Estados Unidos y Europa representan dos formas diferentes de encarnar los mismos valores de libertad, democracia, imperio de la ley y respeto a los derechos humanos. Es posible que en determinados aspectos aparezcan divergencias concretas, pero en ninguna relación encontrarían ni europeos ni norteamericanos tal grado de complementariedad en lo esencial. Barack Obama ha despertado expectativas gigantescas. El recibimiento que los europeos le dispensan allá por donde pasa es prueba de que la opinión pública es muy sensible a los gestos del norteamericano, lo que permite augurar un periodo de grandes sintonías. Que aparezcan elementos de desacuerdo, como se vio ayer sobre el ingreso de Turquía en la UE, no desmiente todos los gestos extraordinariamente amistosos que se habían visto la víspera en la cumbre de la OTAN. Desgraciadamente, los problemas a los que europeos y norteamericanos debemos hacer frente no desaparecerán solo porque cambien las circunstancias políticas superficiales y tarde o temprano unos y otros deberán hacer prueba de solidez en la defensa de los valores que nos unen. La aspiración que ha expresado Obama con claros aires kennedianos de lograr un mundo sin armas nucleares es una hermosa idea, pero para llevarla a cabo hace falta mucho más que desearla, cuando se contempla la determinación del régimen teocrático de Teherán o de la dictadura norcoreana -puesta en evidencia ayer con el lanzamiento de un misil- de construir las suyas. La receta de Obama de expresar un mayor grado de comprensión hacia el mundo musulmán no es lo que hará cambiar de idea a los ayatolás, sino todo lo contrario, mientras que esa posición nos aboca a considerar que debemos aceptar como algo normal que en el mundo haya seres humanos a los que no se aplican los derechos que nosotros consideramos naturales y universales. En el camino puede haber distintas opciones, pero en el objetivo de extender la democracia y la libertad no debe haber vacilaciones. Frente la acción de otros actores como China, que han introducido una corriente de pragmatismo inmoral en las relaciones internacionales, las democracias se verían amenazadas por un mundo en el que habría cada vez menos gobiernos elegidos por sociedades libres, aunque solo fuera por el interés egoísta de saber que entre democracias los conflictos siempre se resuelven por la negociación y no por la violencia. Del lado europeo, habría sido deseable que la UE hubiera estado pilotada este semestre por un auténtico líder sólido y no por un primer ministro dimisionario de un país presidido por un euroescéptico. No era posible elegir el calendario, pero por el contrario sí hubiera sido posible haber puesto en marcha las reformas institucionales que Europa necesita para ejercer el papel que le corresponde en el mundo. Cuando esto sucede, aquellos que han militado irresponsablemente contra los sucesivos intentos de reforma, deberían hacer un ejercicio de responsabilidad y de autocrítica ABC. 6-4-2009