«Con la sanidad no se juega»: la Marea Blanca denuncia el cierre de 41 centros de salud y la poca inversión de Ayuso en Atención Primaria
Los centros de atención primaria son el talón de Aquiles de la sanidad pública. En ellos los pacientes son atendidos por un médico de cabecera que -con tiempo y atención suficientes- debe poder indagar y descubrir el posible origen de las dolencias, y mandar realizar las oportunas pruebas diagnósticas, o derivar al correspondiente especialista. Todos los expertos dicen que para eso, como mínimo, se deberían dedicar unos 10 minutos a cada paciente. Y en muchos casos -pacientes de avanzada edad y/o con muchas dolencias, cuyos síntomas se solapan entre sí- bastante más tiempo.
Pero tal cosa es irrealizable si las plantillas están recortadas hasta lo imposible, si las salas de espera están llenas… y si encima una pandemia ha sobresaturado los ya colapsados centros de salud. Lo que debería ser la puerta de entrada al cuidado de la salud, una atalaya de detección de enfermedades, se convierte en un embudo.
La atención primaria es la gran maltratada del sistema público de salud. Lo vienen diciendo, año tras año, todos los sindicatos de sanitarios, todas las organizaciones colegiadas, todas las plataformas en defensa de la sanidad. Es en todas las comunidades autónomas, pero especialmente en la Comunidad de Madrid.
Madrid, siendo la autonomía más rica de España, es -solo tras Cataluña- la que menos dinero destina por habitante en la sanidad pública. Y la que menos gasta en salud en relación a su PIB. Madrid ha perdido en una década a más de mil profesionales sanitarios, algo aún más grave teniendo en cuenta que en ese periodo ha crecido en 300.000 habitantes.
No es desidia ni negligencia. Hay una intencionalidad nunca reconocida pero muy explícita. Se degrada la sanidad pública para favorecer a la privada. Madrid es a la vez la autonomía que más fondos públicos destina a los hospitales propiedad de bancos o grandes capitales extranjeros. Como Quirón (del gigante alemán Fresenius), Ribera (de la americana Centene), Adeslas (CaixaBank), Sanitas (R.Unido), Asisa, DKV, Mapfre…
La Atención Primaria, líder en recortes
Madrid es líder, mano a mano con Cataluña, en desinversión de la sanidad pública, la Atención Primaria es el rizo del rizo. «Solo el 25% del presupuesto de la Comunidad de Madrid va para la Primaria», denuncia Luis López Álvarez, delegado del sindicato MATS del Hospital 12 de Octubre. Exige un refuerzo en las plantillas, para lo que harían falta «650 médicos de Atención Primaria, 150 pediatras, 2000 enfermeras y otros 600 trabajadores».
Esta situación se agrava en verano. Con la llegada de la época estival, la Consejería de Sanidad dirigida por Ruiz Escudero ha ordenado que 41 centros de salud -los de los distritos de Latina, Carabanchel, Usera, Villaverde, Chamberí, Barrio de Salamanca, Chamartín y Ciudad Lineal- cierren por las tardes. «Una medida que dificultará la conciliación laboral», denuncia del delegado de MATS. Un manifiesto, firmado por más de 275 colectivos entre plataformas, sindicatos, partidos y asociaciones vecinales, exige detener este atropello.
La Marea Blanca vuelve a las calles.
El domingo 20 de junio, a pesar de las lluvias, la Marea Blanca madrileña ha reunido a miles de personas en la plaza de Callao, marchando luego por la Gran Vía hasta la Puerta del Sol. Los participantes corearon consignas como «con la sanidad no se juega» o «la atención primaria también es necesaria». También se ha denunciado la privatización de la sanidad en la Comunidad de Madrid con lemas como «nada para la privada» y muchas de las pancartas han manifestado su malestar con la recién investida presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a quien acusan de generar esta situación y de perpetuar «un desgaste» en la sanidad tras 25 años de gobiernos del PP en la región.
En la movilización han participado cientos de organizaciones, colectivos y asociaciones de vecinos, o plataformas como la Plataforma de Centros de Salud de Madrid, el sindicato Movimiento Asambleario de Técnicos Sanitarios (MATS), o el sindicato asambleario de los trabajadores del Summa 112.
Y ha contado con el apoyo de las fuerzas políticas de la izquierda madrileña. Por Mas Madrid asistó Íñigo Errejón, Mónica García o Rita Maestre; por el PSOE, Pepu Hernández o José Manuel Franco; por Podemos, Carolina Alonso.
Sara Montero, candidata de Recortes Cero en las pasadas elecciones del 4M, exigió al gobierno de Ayuso «igualar el gasto sanitario madrileño con la media nacional, aumentar en 450 millones de euros anuales el presupuesto sanitario, recuperando los profesionales perdidos y mejorando de forma radical sus condiciones laborales» y puso especial énfasis en «fortalecer de forma prioritaria a la Atención Primaria en los barrios populares, la medicina familiar y comunitaria y la prevención». «Necesitamos una sanidad a prueba de pandemias, y para eso es clave fortalecer la Atención Primaria con el presupuesto, el personal y los medios que hagan falta», afirmó Montero.