Ante la emergencia sanitaria, económica y social generada por el coronavirus, Ciudadanos ha adoptado una posición justa, que favorece los intereses populares: anteponer la unidad con el gobierno a cualquier diferencia o crítica, cerrando filas para aunar esfuerzos para ganar la batalla al virus.
Cuando la representante de Ciudadanos, María Muñoz, subió al estrado del Congreso para respaldar la prórroga del estado de alarma, habían intervenido los líderes del PP y Vox, partidos que votaron a favor de la propuesta del gobierno para a continuación atacarlo de manera frontal. La posición de Ciudadanos fue otra radicalmente diferente.
María Muñoz remarcó tajantemente que “ahora nuestro deber, y el de todos, es mostrar lealtad a los españoles y al Gobierno de la nación. Vivimos un momento histórico y no es momento para los reproches”.
La representante de Ciudadanos criticó la postura de JuntsxCat o ERC, que se abstuvieron acusando al gobierno de “imponer una recentralización”, afirmando que “buscan hablar de su ombligo y no de sus competencias”. Pero también se demarcó de quienes “pretenden imponer una agenda ideológica”, en clara alusión a Vox.
Ciudadanos tiene diferencias con el gobierno, considera que el pleno se debió celebrar de forma telemática o plantea que deben ampliarse las ayudas a los autónomos. Pero, en abierta diferencia con PP o Vox, las eludió en su intervención, planteando que “cada reproche que se lanza en esta Cámara le acompaña mucho más tiempo perdido”.
Esta es la posición rotundamente expresada por todos los dirigentes de Ciudadanos: fortalecer la unidad por encima de las diferencias, y dejar la discusión sobre los errores o responsabilidades para cuando se haya derrotado al coronavirus.
Así lo demostró Inés Arrimadas en una reciente entrevista. Cuando le preguntaron si “Pedro Sánchez debería replantearse su coalición con Podemos”, Arrimadas, a pesar de estar en contra del actual gobierno de coalición, evitó critícarlo: “Ahora es el momento de la unidad. No vamos a incorporar elementos de inestabilidad e incertidumbre para el país. Hay que estar unidos, apoyar a las instituciones y ser propositivos y útiles”.
Una posición que se ha manifestado en múltiples iniciativas. Inés Arrimadas no solo ha anticipado la mano tendida al gobierno para aprobar unos “presupuestos de emergencia”, sino que ha felicitado al gobierno por el “escudo social” de 200.000 millones aprobado: “El gobierno ha dado un paso importante. Hay que dar un mensaje de certidumbre, de que nadie se va a quedar atrás”.
Y la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, de Ciudadanos, ha anunciado que han formado grupos de trabajo con el ayuntamiento de Barcelona, encabezado por Ada Colau, para hacer frente de forma conjunta a la amenaza del coronavirus. Recibiendo la contestación de Jaume Collboni, segundo del consistorio barcelonés, manifestando “nuestro apoyo al pueblo de Madrid”.
Esta es una posición “útil”, y sobre todo justa. Ciudadanos es en esta crisis un factor de unidad, en el conjunto de la sociedad y entre los diferentes territorios del país, frente a Torra o Puigdemont, y frente a las posiciones de la derecha más reaccionaria.
anarkoÑ dice:
Por ejemplo, Suárez fue de centro en el sentido de que supo tomar las cosas en su centralidad, diagnosticando los retos fundamentales más allá de la parcialidad de unos y otros, de «tesis» y «antítesis». Pero esa síntesis suya no fue en absoluto «moderada»:
Defendió la gestación de un aparato militar europeo independiente con respecto de las potencias no europeas que condicionaban y condicionan el Continente.
Normalizó relaciones con Cuba, no en un gesto «izquierdista», sino porque son muchos siglos construyendo condiciones comunes y es visión de Estado no renunciar a esa pieza clave de nuestro ser-en-el-mundo, es decir, de nuestra identidad objetiva.
Contra-atacó la leyenda negra erigida por el movimiento «antinuclear», que se ha visto ser, en la práctica, un arma de deshacer el desarrollo generando mayor dependencia energética exterior.
Se identificó siempre con Conrad Adenauer y con el General De Gaulle, quienes siempre defendieron que cualquier plataforma continental es indisociable al trabajo por un modelo político y social que refleje las ideas y los principios que en la historia han hecho destacar al Continente y le han moldeado su fisonomía de proyección universal:
Preocupación por lo social no desde un punto de vista meramente individual, deconstrucción del fetichismo de «la Cultura» como un todo inatacable en algunos aspectos, poder instrumental pero al mismo tiempo legítimo y vinculante a todos si resulta legitimado por una representatividad social suficiente, centralización de la distribución de excedente en forma de materialidad útil a las poblaciones nacionales pero instaurando siempre vigilancia al peligro del desgajamiento «público» y sobre el dirigismo (actualización de la tesis de «los Cuerpos Intermedios» del Barón de Montesquieu), fin de la tensión histórica entre la visión gala (carolingia) de continuum continental versus la visión alemana de la Mittel Europa como cabeza de puente transcontinental pero también como fuerte de contención contra Turquía, motor de la ciencia y de la libertad pero no en un sentido «occidentalista», sino intentando superar supuestas «territorialidades» de los modos de conocer, etc.
anarkoÑ dice:
Ciudadanos lleva años cayendo en el absurdo de confundir entre ser de centro, y ser «moderado». Ser de centro debería significar ser radical, en la medida en que se considera que la radicalidad (la raíz de los problemas y de los retos) sólo puede ser leída desde el centro. Ciudadanos ha creído que, contra el extremismo progre, derechista, nacionalista o conservador (que no radicalismo), la alternativa sería la «moderación». Y así les va y bien merecido lo tienen si no hacen un poco de autorreflexión crítica.