Estos trabajadores que llevan en algunos casos más de 40 años en la tabacalera, y que han trabajado diariamente con los empleados de Altadis, han sido en los hechos compañeros de estos, pero «legalmente» estaban contratados por otras empresas, que al tener a estos trabajadores trabajando en exclusiva para la tabacalera, ahora dicen que no pueden absorberlos en otros sectores de la empresa, de manera que después de conseguir beneficios a costa de estas subcontratas durante años, ahora los dejan en la calle, ya que ni las medidas de recolocación, ni las indemnizaciones que ha fijado Imperial Tobacco les corresponden, ya que no figuran en la plantilla de dicha multinacional, aunque han estado desempeñando el trabajo en ella diariamente durante muchos años.
De la misma manera tamoco se pueden acoger a las medidas de recolocación que ha ofrecido el Ayuntamiento de Alicante. De manera que son trabajadores que estaban diariamente a las órdenes de los capataces de Altadis, en sus instalaciones, y con su maquinaria, y ahora no dispondrán de los derechos que se les ha dado a los compañeros que realizaban el trabajo con ellos, ¿como han podido permitir esto los sindicatos? Altadis S.A. es una empresa de fabricación y distribución de tabacos, que adquirió este nombre cuando en 1999 al fusionarse, la antigua Tabacalera Española con, la del mismo sector en Francia llamada Seita, en 2008 Imperial Tobacco adquiere el 100% de sus acciones. Es actualmente el tercer fabricante de cigarrillos de Europa, y en el mercado de los cigarros popularmente conocidos como “puros”, dispone de una cartera de marcas prestigiosas de Habanos gracias a su participación al 50% en la empresa mixta Corporación de Habanos, con el estado cubano que adquirió en 2000. Tiene factorías en las principales ciudades del territorio nacional, y es responsable de la fabricación de Marcas como Fortuna, Ducados, Nobel, Royale, Amstedamer, Cohiba, Partagas Don Diego, o Vegafina. Es por tanto una empresa con solvencia sobrada para reconducir a sus trabajadores en caso de que se reconozca como inevitable su cierre a finales del presente año. Este es un caso que retrata con crudeza, dos realidades por desgracia cotidianas en nuestro país, por un lado la actuación de nuestros gobiernos, con respecto al patrimonio industrial propio, que gradualmente ha ido quedando en manos extranjeras, y en la mayoría de casos ha sido mal vendido. Y por otro lado como lo que tanto, sindicatos como empresarios o gobierno, han llamado “flexibilización del mercado laboral para fomentar la estabilidad laboral” es en los hechos la división y estratificación de los trabajadores, con el objetivo de que tengan algunos intereses contrapuestos y no sea posible su unidad. Y lo peor es que las consecuencias las padecen los que nunca tuvieron que ver con esas negociaciones de altas esferas y que producen la riqueza, como por ejemplo los siete trabajadores de los almacenes de Altadis que estaban subcontratados por Transportes Bernal, y que en este proceso acabarán en el paro, a no ser que se admita la denuncia que han presentado por cesión ilegal de trabajadores.