El 10 de julio, la Corte Constitucional de Ecuador ha condenado a Chevron a pagar 9.500 millones de dólares al país por los daños medioambientales contra el Amazonas causados mientras estuvieron operando desde 1964 a 1992.
Se trata de una guerra contra el gigante petrolero norteamericano Chevron-Texaco que lleva ya más de 25 años. Durante los años que Chevron estuvo operativo en Ecuador, abrió fosas en el suelo (llamadas “piscinas”) en donde arrojaba el petróleo de prueba, lodos de formación y agua de perforación. Tapadas posteriormente con tierra para ocultarlas, y sin ningún tipo de medida para evitar, que aun hoy en día, se siga filtrando sustancias tóxicas en el subsuelo y en aguas subterráneas.
Se calculan más de 400.000 hectáreas contaminadas y más de 60.000 millones de litros de agua tóxica arrojada a ríos. Un elevado número de enfermos de cáncer, niños con leucemia y abortos indeseados. Nacionalidades indígenas enteras como los quichua o siekopai han sido duramente afectadas. Miles de animales muertos y terreno completamente incultivable.
Por todo esto y más, 30.000 afectados denunciaron en Nueva York hace 25 años a la empresa monopolista Chevron para reparar los daños. La empresa movió la denuncia a la propia Ecuador: el 14 de febrero de 2011, la justicia ecuatoriana condenó a Chevron a pagar 9.500 millones de dólares. La sentencia fue ratificada dos veces más, en 2012 y 2013, pero Chevron se resistió y llevó la batalla al Constitucional. Hasta que la Corte Constitucional ha dado la razón a los demandantes.
Se ha ganado una importante batalla, pero la guerra está lejos de acabarse. Chevron ha anunciado que no reconoce la sentencia y que no piensa pagar. Al no tener en la actualidad bienes en Ecuador, no se puede obligar a pagar a la petrolera directamente, por lo que el siguiente paso es ganar la batalla judicial en países donde Chevron sí que tiene activos. La siguiente contienda será en Canadá.
La victoria en Ecuador no ha sido en vano. El abogado de los demandantes, Pablo Fajardo, ha afirmado que “es un triunfo del país, es un triunfo del mundo entero, los colectivos que luchamos por un ambiente sano”. Un paso adelante que aumenta las energías de todos aquellos que han sufrido uno de los ataques al medio ambiente más graves del siglo XX. Y no piensan parar hasta que Chevron reconozca los daños, asuma las responsabilidades y pague de una vez por todo lo que ha hecho en Ecuador.
charles kenobi dice:
Es una gran noticia para los pueblos del mundo,ya que ni Nestlé,ni Coca Cola,ni ninguna multinacional paga por sus desmanes.Salvo raras excepciones, los gobiernos rehuyen enfrentarse a las multinacionales violadoras de derechos humanos. Nestlé, Auchan, Trafigura, Vinci, Coca-Cola, British Petroleum, Monsanto, Pfizer, Samsung, Tepco, Barklays, Shell en Nigeria, la israelí Mekorot en Palestina, Glencore Xstrata, Lonmine en Sudáfrica, la española Hidralia Energía, Cocacola en Colombia… no tienen el menor temor de tener que responder por sus actuaciones que violan derechos o destruyen el medio ambiente..Ahora se lo pensarán 2 veces.Vamos,que la multinacional minera Anvil apoyaba a las miliciias que masacraron a centenares de civiles en el Congo.Es un buen artículo para discutir en el artículo de «teoria» sobre la globalización.
ASCO DE USA dice:
Y no olvidemos que muchos ecuatorianos campesinos, ganaderos, etc., murieron al ser «engullidos» por las balsas de petróleo porque la transnacional fue tapándolas con hojas y flora forestal o selvática; por supuesto tampoco pusieron señales de advertencia. Espero que se haga justicia, aunque jamás podrán reparar el dolor causado al pueblo ecuatoriano.