A pocos días de que expire el 22 de mayo el plazo dictado en el Estatut, y que obligaría a una repetición electoral, sigue sin haberse formado gobierno en Cataluña. Junts per Catalunya fija el 14 de mayo como fecha límite para la investidura a distancia del ‘expresident’ mediante la reforma de la ley de Presidencia que aprobó el pasado viernes en el Parlament
Aunque no haya quedado descartado el fantasma de un nuevo llamamiento a las urnas, es previsible que las fuerzas independentistas acabarán proponiendo un candidato que les permita recuperar el control de la Generalitat. Pero van a exprimir todas las opciones, hurgando en una crisis política que amenaza con perpetuarse, con el objetivo de causar el mayor daño posible, creando un escenario donde puedan seguir sembrando el enfrentamiento y la división.
Ya está convocado el pleno del parlament en el que se aprobaría por vía de urgencia una reforma de la ley de la Presidencia que permitiera una investidura “a distancia”. El Consell de Garanties Estatutaries ya ha decretado que es ilegal en fondo y forma. Y el Tribunal Constitucional ha advertido que la Mesa del Parlament incurriría en desobediencia si la utilizan para intentar investir a Puigdemont.«Debemos prepararnos para durante mucho tiempo en la defensa de la unidad y en el combate a los intentos de división»
No es previsible que eso suceda. Pero si que se escenifique un nuevo desafío forzando al parlament a aprobar la reforma.
Este es el juego de riesgo por el que está transitando la política catalana, con unas élites independentistas que aprovechan cualquier escenario para dejar lo más abiertas posibles las heridas.
Los llamamientos a formar gobierno a cualquier precio se multiplican. Un conocido digital independentista ha publicado que los ex consellers Turull, Rull y Forn, junto al ex president de la ANC, todos encarcelados, remitieron a Puigdemont una petición por escrito instándole a desbloquear la situación y evitar una repetición electoral. En la misma dirección se ha pronunciado el líder de ERC, Oriol Junqueras, llamando a aprovechar el resultado del 21-D con la formación de un gobierno independentistas, alegando que “no ganamos nada perpetuando el 155”.
Pero los sectores nucleados en torno a Puigdemont, los más aventureros, han recibido un “balón de oxígeno político” con la decisión de la justicia alemana, negando su extradición por el delito de rebelión. Se encuentran además con un gobierno de Rajoy inmerso en un torbellino política. Y van a hacer todo lo posible por aprovechar esta situación en beneficio propio.«Puigdemont se va a asegurar de que el nuevo gobierno catalán se forme en unas condiciones donde esté garantizada la continuidad del enfrentamiento»
Puigdemont ha convocado a todos los diputados de Junts per Catalunya a una reunión en Alemania. Es previsible que allí se designe a un candidato que pueda ocupar de forma efectiva la presidencia de la Generalitat. Pero Puigdemont se va a asegurar una influencia decisiva sobre el nuevo gobierno, impulsando un ejecutivo en el exilio y guardándose la carta de presentar en un futuro su candidatura, posible si llega a tramitarse la reforma de la ley de Presidencia.
Jordi Sánchez ha recordado que “Puigdemont no es un irresponsable”. Es consciente de que para el independentismo recuperar el control de la Generalitat, de su enorme presupuesto, de su extraordinaria capacidad política, es una necesidad imperiosa. Pero se va a asegurar de que el nuevo gobierno catalán se forme en unas condiciones donde esté garantizada la continuidad de un enfrentamiento que seguirán azuzando y utilizando.
Hay fuerzas que se han empeñado en proteger a Puigdemont, evitando que una estrepitosa derrota del independentismo, que el propio ex president anunció hace pocas semanas con su famoso mensaje de “el plan Moncloa triunfa”, permitiera despejar durante mucho tiempo las amenazas contra la unidad. Para algunos -y el amparo recibido desde la justicia alemana por las fuerzas disgregadoras es más que una pista- es muy rentable mantener abiertas y ensangrentadas las heridas contra la unidad en España.
Suceda lo que suceda con la formación del nuevo gobierno catalán, debemos prepararnos para durante mucho tiempo en la defensa de la unidad y en el combate a los intentos de división.