Las próximas elecciones autonómicas catalanas no serán un «plebiscito por la independencia». Por mucho que Artur Mas intente por todos los medios darle esa categoría. La última jugada ha sido la presentación de una «lista por la independencia», tutelada por el actual presidente de la Generalitat y respaldada por ERC o las organizaciones que han promovido las movilizaciones soberanistas de los últimos años. Pretenden convencernos de que votarles es «decir SI a la independencia». No es verdad. Eso no es lo que se va a decidir el 27-S. Votar por la «lista de Mas» es en realidad votar SI a la continuidad de los recortes y a una mayor sumisión a los dictados del FMI o Merkel.
Porque la “lista de Mas” es en realidad la “lista de la troika”, la alternativa de Washington y Berlín para seguir ejecutando su proyecto sobre Cataluña y el conjunto de España, que no pasa por la independencia sino por profundizar el saqueo sobre el 90% de la población y la intervención sobre el país.
Exactamente lo que la mayoría de los catalanes rechazaron con su voto en las recientes elecciones del 24 de mayo, cuando una marea de casi dos millones de catalanes votaron las opciones políticas que se han manifestado contra los recortes y el expolio y no están encuadradas en el rodillo bipartidista.
«Votar por la “lista de Mas” es en realidad votar SI a los recortes y a una mayor sumisión al FMI o Merkel. Nadie que se llame de izquierdas puede apoyarles»
Expresando con su voto lo que por otro lado dicen las encuestas, que el paro y la precariedad es lo que más preocupa a los catalanes. Según la última encuesta del Centre d’Estudis d`Opinió, el 51% de los catalanes manifiesta que en las elecciones votaría pensando en las propuestas que las diferentes fuerzas hicieran para salir de la crisis.
El movimiento popular del 24-M no sólo debilitó al bipartidismo de PP y PSOE, sino que con ellos también a CiU y Artur Mas, el tercer miembro de la banda de gestores de las políticas impuestas por el FMI y Merkel. Y su discípulo más aplicado. CiU perdió Barcelona, la capital catalana, y se dejó más de 100.000 votos, quedando reducido a poco más que el 12% del censo.
Un Artur Mas debilitado ha tocado arrebato convocando a todas las fuerzas independentistas, utilizando a la Assemblea Nacional de Catalunya y Omnium como arietes para vencer las resistencias de ERC y poder componer una “lista unitaria independentista”, la tabla de salvación que pueda evitar una derrota anunciada si se presentaba en solitario a las elecciones del 27.S que el mismo ha convocado.
Una lista unitaria en la que Mas se ha camuflado en el cuarto puesto, mientras colocan al frente a Raül Romeva, un antiguo diputado de ICV, camuflándose con un barniz de izquierda que siembre confusión y divida a los catalanes con el único objetivo de hacer la respiración artificial a Artur Mas.
¿Cómo es posible que la dirección de ERC se haya integrado en la “lista de Mas”? ¿Cómo puede alguien que se llame de izquierdas respaldar al presidente más antisocial y antipopular de la historia democrática de Cataluña?
Un nuevo gobierno presidido por Artur Mas llevaría más allá los recortes en sanidad, educación, salarios… Recortaría todavía más la soberanía de Cataluña al entregarse a los dictados del FMI o del BCE. Apoyaría, como ya lo está haciendo, el esa “OTAN económica” que es el Tratado que EEUU y la UE negocian con secretos, y la utilización del suelo español como plataforma de agresión de EEUU y la OTAN.
Son “patriotas andorranos”. Que permiten el saqueo de las riquezas catalanas por parte del gran capital extranjero y oligárquico, mientras ponen a buen recaudo su fortuna en cuentas secretas en Andorra o Suiza.
Son “patriotas gibraltareños”. Que defienden la ruptura con España para entregar Cataluña como un nuevo protectorado del FMI y Merkel.
Lo que nos jugamos el 27-S es si el proyecto de intervención y saqueo sobre el 90% de la población impuesto por Washington y Berlín, y del que también se benefician la oligarquía española y la gran burguesía catalana, avanza de la mano de la “lista de Artur Mas”. O si por el contrario la marea ciudadana contra los recortes y el bipartidismo que emergió el 24-M da un nuevo paso adelante.
Para conquistar, en una lucha común con todo el pueblo español, una Cataluña realmente independiente de Washington y Berlín, libre de recortes y donde se redistribuya en beneficio de la mayoría la enorme riqueza que ahora monopoliza una ínfima minoría.