Con la noticia biográfica de Vidal de Nicolás publicada en el número anterior de este papel di por finalizado mi serial “Que trata sobre poetas de la insurgencia” y decidí dedicarme de hoz y coz a las intrigas que me tienen ocupado junto con otros licenciados vizcaínos, gentecilla alegre y desocupada, bienhumorada y traviesa que de morderse la lengua al punto entregarían su alma al Señor y de los que hablaré largo y tendido (una hora menos en Canarias). Con permiso de la autoridad y si el tiempo y mi estado cataléptico lo permiten. Pero los compañeros de Recortes Cero y Unificación Comunista de España del País Vasco me han convidado a que hable de tales enredos pues dizque con toda seguridad temblarán los cimientos del imperio de estar yo y otros sujetos de mi jaez por medio. Mil gracias a los que me han mostrado su sentida emoción por mis avellanadas letras sobre Vidal de Nicolás al que todos tramamos en vida, y, sobremanera, a los compañeros de las tribus bárbaras del paisito vasco y Asturias, con especial mención a Jordi, Mercedes, Nuria Suárez y al catedrático emérito Felicísimo Valbuena. Tras los saludos y complimiento, vayamos, pues, al lío. Por la presente amenazo con volver hasta que la conspicua Dirección de esta prestigiosa publicación me despida con ponderados y razonables fundamentos y nos veamos todos en Magistratura.
La ‘Patafísica y los sátrapas
A mediados del pasado siglo un grupo de literatos franceses cercanos al surrealismo decidieron chotearse y poner como chupa de dómine a la Académie des Sciences, a Les Inmortels de l’Académie y a todo lo que sonara a casposo y culturalmente correcto. Fundaron el Collegium Pathaphysicum que expedía el rimbombante y campanudo título de Sátrapa avec les Sublimes Privilèges que De Droit (“con los sublimes privilegios que le corresponden conforme a Derecho”), es decir, los propios de unos gamberros intelectuales, desvergonzados en lo político y maulas en lo social como eran los tales sátrapas. La movida –la posterior madrileña a su lado fue un seminario de ursulinas, como veremos-, estaba inspirada en la obra póstuma de Alfred Jarry Gestas y opiniones del doctor Faustroll, patafísico. Novela neo-científica (1911) en la que este inminente científico, acompañado siempre de su mascota el babuino Bosse-de-Nage (“Joroba-de-Natación”), desarrolla esta novedosa y revolucionaria Ciencia que da soluciones imaginarias a las cuestiones particulares y excepcionales. Pongamos un ejemplo para entendernos. El doctor Faustroll explica en uno de sus sesudos ensayos la relación existente entre la velocidad centrífuga y la danza dando la solución para que la falda larga no se enrolle en las piernas de las bailarinas y que las beldades no se nos caigan de culada o se dejen los piños en el intento.
Un artículo científico digno de ser publicado en el Mathematical Reviews o Physical Review Abstracts, pero, en realidad, una tomadura de pelo de tomo y lomo no apta para gentes de cerebro más simple que el hidrógeno y sólo para cabezas mal amuebladas, bajo tratamiento psiquiátrico y en edad penal.
Sátrapas famosos fueron Boris Vian, Eugène Ionesco, Joan Miró, Umberto Eco y Julio Cortázar, entre otros, y, más cercano a nosotros, Fernando Arrabal, a quien Dios guarde en su importante salud para que siga bueno. El primero, Vian, escandalizó a la sociedad francesa con sus obras Escupiré sobre vuestra tumba (1946), Que se mueran los feos (1948) y, sobremanera y del mismo año, con su Con las mujeres no hay manera (Elles se rendent pas compte). Por Escupiré… fue multado por la Justicia de la Cuarta República Francesa por ultraje a las buenas costumbres (100.000 francos de la época) y por Con las mujeres…, sobra decirlo, se levantó toda una marea de indignación encabezada por el feminismo de la época que exigió se arrancara el aparato reproductor del autor en ceremonia pública poniendo a los niños en primera fila.
Con estos mimbres tejeré en este papel el cesto del conciliábulo satrapil del que formo parte: Lycée d’Etudes ‘Pataphysiques Supérieures et des Sciences Métaphysiques et Envidoarcentales (Instituto de Altos Estudios ‘Patafísicos y de Ciencias Metafísicas y Medioambientales), cuyo órgano rector tiene un nombre sonoro y peregrino que acojona: Polin Buron du Sorbet Suprême du Lapin Supérieur des Satrapes (Pollín Culón del Sorbete Supremo del Conejo Superior de Sátrapas). Hablare de ello, ya digo, si es que antes no llega el Anticristo o nos cae un meteorito y se va todo al diablo.«Amenazo con volver hasta que la Dirección de esta revista me despida y nos veamos todos en Magistratura.»
PS. Uno de los primeros acuerdos de los fundadores de este Lycée fue dotarse de un toque secreto para darle al asunto un cierto aire masónico y reconocerse y saludarse entre ellos: hurgarse la nariz con el dedo anular, “ese dedo puesto por el Gobierno, bueno para nada y cuya oscura función es llevar el anillo de boda. Eclipsado por la fama y prosapia de sus compañeros de mano: matar pulgas y chinches (dedo pulguero), señalar en derechura y nombrar puestos políticos (el llamado índice o dedazo), quitarse el cerumen de las orejas (meñique), etc. Los Sátrapas vindicamos mayores responsabilidades y competencias para el dedo anular, olvidado y marginado en mitad de la nada como Teruel, Zamora o Cuenca”.