Orizonia se declaraba el pasado lunes en suspensión de pagos. Una histórica empresa del sector turístico español que nació en 1930, ha sido liquidada en poco más de 6 años por el fondo de capital riesgo Carlyle.
En julio de 2006. Carlyle -fondo de inversión ligado al complejo militar-industrial yanqui, cuyas empresas emplean a más de 286.000 personas en todo el mundo y generan ingresos de 87.000 millones de dólares anuales- adquiere a la familia Fluxà la mayoría de sus empresas turísticas. La venta se acuerda por un precio de 850 millones de euros. Como es habitual en los fondos de capital riesgo, no disimulan su objetivo: sanear la empresa, hacerla crecer en valor y venderla a los cuatro o cinco años obteniendo sustanciosas plusvalías.
Pero desde el principio, Carlyle va a dejar claros sus métodos. De los 850 millones de euros, Carlyle sólo desembolsó 150 millones de euros para la compra. El resto, alrededor de 700 millones, se hizo efectivo mediante endeudamiento bancario, poniendo como garantía los propios activos de Orizonia. Es decir, yo compro, pero pago sólo el 17% del precio pactado. El resto lo pido a un conglomerado de bancos (entre ellos Santander, Société Générale y Bankia), a cuenta no de mis activos, sino del patrimonio de la empresa comprada. Si el negocio sale bien, jugosos beneficios. Si no, yo no pierdo nada, pero llevo inevitablemente a la quiebra a la empresa, a la que he endeudado para poder comprarla.
«Orizonia pagaba un canon anual de 25 milones de euros a Carlyle» De las inversiones comprometidas para elevar el valor de la empresa, Carlyle apenas si cumplió con el 18%, mientras vendía importantes activos del holding como Iberocruceros y Rumbo. La recuperación de la inversión inicial de Caryle estaba asegurada desde el momento que el nuevo equipo directivo estableció como prioritario el pago de un canon anual de 25 millones de euros desde Orizonia al fondo de inversión en concepto de “gestión y dirección”
Hasta la llegada de Carlyle, Orizonia mantenía una actividad regular, con una facturación de alrededor de 2.500 millones de euros anuales. Y de hecho, según directivos y trabajadores la crisis habría sido fácilmente superable con algunos pequeños ajustes de no ser por el grado de endeudamiento al que la sometió Carlyle, convirtiendo a los bancos Santander y Société Générale en los nuevos socios de la empresa mediante la capitalización de la deuda.
Son estos tres fondos los que han decidido dejar caer Orizonia, primero por el veto de Société Générale a la oferta del grupo Barceló –a pesar de la disposición favorable de Santander y Bankia– y después al negarse a realizar un préstamo puente de 5,8 millones de euros a la empresa para pagar las nóminas de febrero, la condición que había puesto Globalia para comprar el holding. Su único objetivo: liquidar la empresa, vender sus activos y recuperar todo o parte de la deuda invertida.
El resultado final es un concurso de acreedores que deja a la mayoría de los 5.000 trabajadores en la calle, unos proveedores con 150 millones de euros pendientes de cobro y un sector turístico que pierde al segundo operador nacional.
La actuación combinada del fondo norteamericano Carlyle y del banco francés Société Générale muestran bien a las claras las consecuencias de poner en manos del gran capital financiero extranjero empresas de alto valor para la economía española. Las exprimen al máximo mientras son rentables, y a la primera dificultad la lanzan a la quiebra.
Y mientras tanto, el gobierno haciendo de Don Tancredo ante una quiebra que deja en la calle a 5.000 trabajadores más ¿De Verdad que los ministerios de Economía y de Industria no podían haber ofrecido el crédito puente que la empresa necesitaba para salir del paso e integrarse en Globalia? ¿Hay miles de millones para rescatar a los bancos en quiebra –que, por cierto, despiden a otros 30.000 trabajadores– pero no 5,8 millones para mantener la actividad y el empleo del segundo operador turístico nacional?
Para saber más sobre el grupo Calyle:
http://www.voltairenet.org/article126097.html
mrodrigo@rumbo.es dice:
Estimados amigos,
Quiero aclararos que Rumbo pertenece desde noviembre al grupo suizo Bravofly. Por tanto, os pediría por favor que lo corrigíerais el sumario de la noticia. Rumbo no pertenece a Orizonia.
Gracias y saludos
jonatan dice:
estos son los propietarios de telecable en asturias