El líder del PSE-EE y candidato a lehendakari, Patxi López asistió a un acto político con ciudadanos vascos residentes en Benidorm, provincia de Alicante, donde se calcula que residen la mayor parte de los 8.000 ciudadanos vascos que estando en la provincia de Alicante siguen censados en Euskadi. Por su parte el PP ha anunciado que hará campaña en Gran Bretaña entre la colonia vasca que vive allí y continua censada en el País Vasco. Enterarse que los líderes vascos del PSOE y del PP han planeado buscar votos para las elecciones autonómicas vascas en Benidorm y Londres, sorprende en un primer momento. Pero inmediatamente se recuerda un término dolorosamente acuñado, la diáspora democrática de los vascos. Unos permanecen censados en el País Vasco, otros muchos se han censado en los distintos lugares que, en el resto de España, fraternalmente les acogen.
Durante la etaa democrática, tras la muerte de Franco, más de 200.000 vascos han tenido que abandonar su tierra por la presión del terrorismo, ejercido por ETA, y del nacionalismo etnicista obligatorio, impuesto mediante la utilización desleal de todos los resortes del poder autonómico. Esta nueva diáspora democrática de los vascos, que no se identifican con el nacionalismo, dura ya más de tres décadas. A la ausencia de los asesinados por ETA (casi 900), de los heridos y mutilados (más de 3.000) que con sus familias han dejado Euskadi, se une el exilio de los vascos (más de 200.000) amenazados por ETA o asfixiados por “Guantánamo” político y social que ha propiciado el nacionalismo en el poder. En una región de algo más de dos millonesde habitantes, estas cifras explican por sí solas cómo se ha pervertido el sistema democrático hasta crearse, gracias a sus fisuras legales, un “estado de excepción nacionalista”, un "régimen político” de terror, miedo y silencio, que hace difícil su desalojo en las urnas por su propia naturaleza alegal e intimidatoria. En estas condiciones se ha configurado el actual mapa político del País Vasco, donde no sólo toda la oposición tiene que ir hoy escoltada y no disfruta de las libertades cotidianas para difundir su mensaje político sino por el ejercicio del terror, en sus formas más sutiles y más groseras, sobre toda la población vasca. El censo electoral vascose encuentra gravemente alterado por procedimientos terroristas y coactivos, lo que afecta de raíz a todo el proceso político. Ante esta situación, César Velasco Arsuaga, ex Subdelegado del Gobierno en Álava durante el gobierno de Aznar, y DENAES han lanzado una iniciativa popular para conseguir que los exiliados en otras regiones de España puedan ejercer el derecho al voto en las poblaciones vascas. Piden los cambios necesarios para que aquellos que tuvieron que abandonar el País Vasco que puedan votar. Por unas elecciones vascas realmente libres, un exiliado, un voto.