España está infravalorada por los inversores mundiales. Es uno de los líderes en energía solar y eólica, pero tiene mucho más potencial”. (Larry Fink, CEO de BlackRock)

En el marco del “Forum Sostenible”, el presidente del BBVA, Carlos Torres, mantuvo un encuentro digital con Larry Fink, CEO de BlackRock, el mayor fondo de inversión del planeta y brazo financiero del gran capital norteamericano.

Ambos banqueros reclaman “mayor inversión en tecnologías para descarbonizar el planeta”. Y Fink despliega laudatorios comentarios hacia la economía española. Llamando a invertir en un país que “va a ser uno de los líderes en la transición energética, especialmente en la europea”. Remarcando el enorme potencial español especialmente en energías renovables.

Incluso las buenas palabras de los banqueros son amenazantes. Fink se encargó de aclarar que “defendemos la inversión sostenible no porque seamos ecologistas sino porque somos capitalistas”. En las energías “verdes” hay un gigantesco negocio, y el gran capital norteamericano quiere copar sus ganancias.

Y cuando la cabeza de BlackRock mira a España “con un inmenso entusiasmo” está anunciando públicamente el atraco a nuestras riquezas. Anticipando un nuevo salto en la penetración de un capital norteamericano que ya está aprovechando la crisis energética y el atraco a la mayoría que suponen los disparados precios del gas y la luz para incrementar sus beneficios.

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Palabras medidas

BlackRock es el principal gestor del gran capital norteamericano. Sus activos superan ya los diez billones de dólares. Se encarga de gestionar el capital de bancos, monopolios, fondos de pensiones… para asegurar el máximo beneficio.

Está en el corazón de Wall Street, y extiende sus tentáculos a los principales resortes del Ibex-35, el sancta santorum de la oligarquía española. Es accionista de referencia de todos los grandes bancos españoles, y de grandes monopolios como Telefónica o Cellnex.

Sus comentarios en el encuentro con el presidente del BBVA no fueron un arranque de entusiasmo. Todas sus palabras estaban medidas, y representaban los intereses del gran capital norteamericano.

Como cuando reclamó “adoptar en el corto plazo algunas formas de hidrocarburos como el gas, menos contaminantes que otras”, y se felicitó de que la UE “haya concluido que el gas es verde”.

EEUU se ha convertido este año en el primer suministrador de gas en España y en el conjunto de Europa. Sustituyendo al gas ruso, o en nuestro país al argelino. Hace un año el norteamericano suponía solo el 14% de nuestras importaciones, ahora representa ya el 35,7%.

Un gigantesco negocio, y una nueva forma de dependencia hacia Washington, que Larry Fink defiende con uñas y dientes.

Los mismos intereses están detrás de su loa a las energías verdes: “hay que aprovechar la energía solar en España. Debido al calor, el viento se levanta. Aquí habrá más oportunidades con el viento. Pero también puede ser un líder en muchas otras áreas dentro de la descarbonización”.

En los próximos diez años se duplicará la potencia eólica instalada en nuestro país, y se cuadruplicará la de la fotovoltaica. Un negocio muy rentable, subvencionado además con fondos europeos, en el que el capital norteamericano está tomando aceleradamente posiciones. El fondo Sonnedix, dirigido por el mayor banco norteamericano, JP Morgan, se ha erigido en el líder fotovoltáico en España, a través de una cascada de compras. Y según fuentes del sector el 50% del mercado de la energía solar en España está ya en manos de empresas foráneas, especialmente grandes fondos estadounidenses.

BlackRock es el principal gestor del gran capital norteamericano. Está en el corazón de Wall Street, y extiende sus tentáculos a los principales resortes del Ibex-35.

España vuelve a estar en venta

Todavía resuenan las palabras, a mediados de los ochenta, del entonces presidente francés, François Mitterrand, a los grandes capitalistas galos: “España está en venta, comprénla”. Ahora, Larry Fink le dice lo mismo al gran capital norteamericano.

Y además sale barato, en comparación con las expectativas de beneficios. Aprovechando las dificultades creadas por la pandemia, y ahora las generadas por la crisis energética, y beneficiándose de un dólar fortalecido en relación al euro, el gran capital norteamericano da nuevos bocados a la economía nacional, en un atraco tan enorme como silenciado.

El fondo australiano IFM -en estrecha relación con grandes fondos norteamericanos- ya tiene mando en plaza en Naturgy. Completando el control del gran capital extranjero, y especialmente el norteamericano sobre las grandes eléctricas españolas, como sucede en Iberdrola o Endesa.

Cuando sube la luz, el dinero de ese atraco vuela fuera del país.

Lo mismo sucede con el aumento del precio de la vivienda o los alquileres. El 91% de las operaciones inmobiliarias en España han estado protagonizadas por el capital extranjero. Grandes fondos de EEUU, como BlacStone, Hines, Cerberus o Lone Star son ya los mayores “caseros” del país.

Telefónica ya no es el principal operador de telecomunicaciones de España. La fusión entre MasMovil y Orange da lugar a un líder extranjero en un sector estratégico. En beneficio de grandes fondos anglonorteamericanos como KKR, Cinven y Providence, propietarios de MasMovil… y del Estado francés, el primer accionista de Orange.

Algunos estudios advierten de que los fondos extranjeros están poniendo sus miras en sectores como salud, educación o alimentación. La salud es tratada como un negocio, y el sector privado aumenta su peso cuanto más se recorta la pública. La educación es un sector estratégico, que permite una influencia sobre las élites que se forman. Y la subida del precio de los alimentos aumenta la rentabilidad de traficar con un bien básico.

Esta es una realidad oculta pero que determina nuestras vidas. El cada vez mayor control del gran capital extranjero, especialmente el norteamericano, sobre la economía nacional, aumenta nuestra dependencia y multiplica el grado de atraco que la mayoría sufrimos.

¿Pero quién manda en los medios?

Sucesivos escándalos han puesto sobre la mesa la importancia de la propiedad sobre los grandes medios de comunicación. Se presentan como “informadores objetivos” pero están en manos de grandes bancos y fondos, y difunden las ideas que interesan a sus propietarios.

Es muy bueno que se abra este debate, reforzando la importancia de que existan medios realmente independientes. ¿Pero quién manda en los medios españoles?

Se suele poner el foco sobre personajes como Mauricio Casals, envuelto en las turbias operaciones de Villarejo. Pero Casals es un gestor, enriquecido y con mucha influencia, pero no es el dueño, no es quien manda.

Los grandes medios de comunicación en España están en manos del gran capital extranjero, que controla los dos grandes grupos televisivos, Atresmedia y Mediaset.

Es enormemente revelador comprobar que los grandes medios en España están en manos del gran capital extranjero.

Sucede así con las dos principales televisiones. Atresmedia -Antena 3 y La Sexta- está en manos de DeAgostini, RTL Group, Norgues Bank, Vanguard… Y los dueños de Mediaset -Telecinco y Cuatro- son MediaForEurope, DWS, Credit Suisse… Con BlackRock acaparando una destacada participación en ambos grupos.

Incluso en PRISA -la cadena SER, líder de la radio o el periódico El País– ya no mandan sus fundadores, la familia Polanco. Su principal accionista es desde hace varios años el capital norteamericano, con fondos como CVC Partners o Amber Capital.