José Manuel Ayesa, presidente de la Confederación de Empresarios de Navarra (CEN), ha denunciado la llegada, durante el mes de mayo, de nuevas cartas de extorsión de ETA a los empresarios navarros. En esta ocasión la siniestra «costumbre» de los terroristas que consiste en enviarlas no sólo al empresario amenazado sino también a un miembro indiscriminado de su familia, ha llegado al sadismo de enviarla a una hija de 14 años. Estos «valientes luchadores» utilizan prácticas mafiosas intentando extender el miedo y el terror a toda la familia, usando al máximo el chantaje emocional más inhumano.
Como hienas hambrientas han aumentado las cantidades que quieren obtener de la extorsión, alcanzando los 400.000 euros. Según crece el rechazo social a sus chantajes económicos y están más débiles or la acción policial y judicial, y por la movilización ciudadana, se vuelven más ávidos e intentan ser más depredadores.Y con el sarcasmo que sólo puede proceder de las mentes heladas de fríos burócratas, estas misivas para extorsionar mediante el terror vienen con un nuevo anagrama etarra donde aparece una referencia a que llevan existiendo 50 años. ¿Son acaso funcionarios de una organización de inteligencia y espionaje celebrando el cincuenta aniversario de su creación y los cincuenta años de servicios prestados al Estado? ¿Será lo que realmente hay detrás de esta “organización revolucionaria”?