Malos tiempos para la canciller. Todos aquellos que apoyaron en los últimos tiempos su firmeza frente a las demandas de los países del Sur se le han echado ahora encima, dando a entender que le han metido un gol como una casa porque aquellos que necesitan ayuda son también quienes han definido las condiciones para obtenerla. “La canciller, arrollada (…) demasiado concentrada en la defensa centrocampista, Italia y España la sorprendieron por los laterales” afirma Bild Zeitung. “Alemania se ha quedado en fuera de juego”, escribe en la edición online del Spiegel el ex comisario europeo Günter Verheugen, haciendo referencia a que los socios de Merkel se han hartado de su actitud de maestra de clase y ahora van por su cuenta.Mucho más críticos todavía son los comentaristas habituales de círculos financieros, quienes reprochan a la canciller haber cedido al chantaje ‘descarado’ de Monti y de Rajoy, aprobando exactamente lo contrario de lo que había anunciado horas antes en el pleno del Bundestag: que no habría un fondo europeo de deudas ni una Unión de Transferencias. «¿Por qué no se exige a Italia y España las mismas reformas estructurales que al resto de los socios?», se lee en el Frankfurter Allgemeine Zeitung. «¿Por qué no se reconocen los esfuerzos de Irlanda y Portugal? Si España e Italia no están dispuestos a hacer reformas de verdad, ¿cómo se pretende convencer a los contribuyentes del Norte de los beneficios de una responsabilidad compartida con los consiguientes pagos en transferencias?”