Cristina Kirchner y Lula firmaron una declaración de 33 puntos entre los que incluyeron su convicción sobre «la necesidad de implementar modelos de desarrollo basados en la producción de valor agregados, la generación de riqueza y la creación de empleo como forma de superar las desigualdades sociales».
En medio de la debacle económica mundial, Cristina Kirchner y Lula ratificaron la alianza estratégica entre ambos aíses, pese a los cruces que cada tanto se repiten sobre alguna cuestión comercial. Los presidentes acordaron proponer de manera conjunta la incorporación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) a los debates del G-20 y subir a algunos productos el arancel externo del Mercosur, como protección ante la llegada de productos de afuera. «En la unidad regional, en nuestra complementariedad económica y en esta concepción política está la puerta de salida de la crisis», cerró su discurso en el Palacio San Martín Cristina Kirchner. «La integración es la mejor forma de salir de la crisis», coincidió entonces Lula.El viaje se enmarcó en el mecanismo de integración bilateral que establece que los presidentes se encuentren cada seis meses y hagan un repaso de los proyectos en común. Como le gusta a la Presidenta, cada iniciativa tiene que tener un cronograma y avances concretos. Comentaron ayer, incluso hubo tirones de orejas para los ministros porque algunas cuestiones venían demoradas.Hay proyectos importantes que avanzan. Uno es el de la compra de aviones para Aerolíneas Argentinas a la brasileña Embraer, idea que va ligada a la posibilidad de que del proyecto participe la fábrica militar de aviones de Córdoba, la ex Lockheed. En la misma idea de una producción conjunta para la defensa también está lo del vehículo Gaucho. En otro ambito, la construcción de la represa Garabí, en el alto río Uruguay. Y, analizaron, lo que tuvo un éxito relativo fue la iniciativa para que el comercio bilateral se realice en moneda local. El motivo es el escaso interés que pusieron en ello los bancos privados, por lo que ayer instruyeron a los bancos nacionales para que pongan manos a la obra.Cristina Kirchner y Lula firmaron una declaración de 33 puntos entre los que incluyeron su convicción sobre «la necesidad de implementar modelos de desarrollo basados en la producción de valor agregados, la generación de riqueza y la creación de empleo como forma de superar las desigualdades sociales».Otra muestra de la sintonía fina fue la quinta vez que ambos presidentes se encontraron en el último mes: coincidieron en marzo en San Pablo, en la cumbre progresista de Chile, en el G-20 de Londres y el fin de semana pasado en la Cumbre de las Américas, en Trinidad y Tobago.A propósito de este último evento, en la conferencia de prensa hablaron sobre la relación de Argentina con Estados Unidos y de la participación de Barack Obama. Lula descartó que su país busque mediar entre el gobierno norteamericano y el argentino para que mejoren su vínculo. En ese sentido, creyó ver en «algunos medios latinoamericanos» la intención de crear disputas entre los países presentándolos como más amigos de tal o cual. «Argentina será siempre un país importante», subrayó. «Las relaciones de Argentina con estados Unidos están con total y absoluta normalidad», respondió Cristina Kirchner.En los últimos tiempos la relación bilateral tuvo varios altibajos a propósito de cuestiones comerciales, agudizadas por la crisis. Lula le quitó tensión al asunto y consideró «normales» que se reclamen medidas proteccionistas que podrían enojar al vecino. «Todos los países del mundo reciben presiones de sus trabajadores, que son los primeros en hablar de protección ante la crisis», expresó, pero que en el caso de Argentina y Brasil es un caso hasta de compromiso geográfico.No hubo diferencias tampoco al tocar un tema delicado como el que atraviesa el presidente de Paraguay, Fernando Lugo, con los pedidos de reconocimiento de hijos. «Me parece impropio que opine de la vida privada de otros presidentes», respondió Cristina. Lula le quitó connotación política al entuerto.