Lo que ha sido objeto de discusión durante meses es ya una realidad: Moreno Bonilla, el presidente de la Junta, ha acabado jugando la carta del adelanto electoral. Se celebrarán elecciones en Andalucía el próximo 19 de junio.
¿En qué condiciones se celebrarán estas elecciones? ¿Qué va a ponerse en juego? ¿Cuáles son las consecuencias que pueden depararnos?
Afrontamos una situación difícil y todo apunta a que será todavía más complicada, especialmente para las clases populares.
La invasión imperialista de Ucrania por parte de Rusia ha instalado la guerra en el corazón de Europa. Además de los salvajes crímenes de guerra cometidos contra la población civil, y la grave crisis humanitaria provocada, la agresión de Moscú amenaza la paz y la seguridad en todo el continente.
Y, paralelamente, asistimos a una ofensiva de las grandes burguesías por cargar las pérdidas de la actual crisis sobre una población que todavía arrastramos los recortes ejecutados tras el crack de 2010 y los efectos de dos años de pandemia. A través de una inflación que dispara los precios y rebaja el poder adquisitivo y el bienestar de amplios sectores.
Es en este marco, en el que inevitablemente van a agudizarse las tensiones económicas, sociales y políticas, en el que se celebrarán las elecciones andaluzas. En ellas no solo se decidirá quién ostenta el poder autonómico. Sus efectos van a marcar la política nacional.
Las elecciones en Castilla y León se han situado en el centro del debate político español cuando, para poder mantenerse en el poder, el candidato del PP, Fernández Mañueco, ha abierto por primera vez a la ultraderecha las puertas de un gobierno autonómico.
Los comicios andaluces tienen ya, por su propia naturaleza, una enorme proyección nacional. Andalucía es la comunidad más poblada de España. Seis millones y medio de electores están llamados a las urnas. Representa la tercera comunidad por volumen de PIB -más de 150.000 millones, solo por detrás de Madrid y Cataluña-. Y es también uno de los territorios donde más se sufren los efectos de la crisis, con una tasa de paro del 20,18%, seis puntos más que la ya abultada media nacional.
El peso de Andalucía en el conjunto del país es un hecho indudable. Y, por tanto, lo que suceda en las elecciones andaluzas va a determinar la política española, abriendo un ciclo electoral que mira hacia las generales.
¿Cómo enfrentan esta decisiva cita electoral los diferentes actores políticos?
Las urnas andaluzas van a poner a prueba al gobierno de coalición de izquierdas, que enfrenta un panorama cuanto menos complicado. La agudización de la crisis ha activado, con razón, el malestar social en muchos sectores. Y la política del actual gobierno, al no tocar más que tangencialmente los beneficios de bancos, eléctricas, petroleras… siembra la desmovilización o el rechazo entre sus votantes.
Si el PSOE retrocede en uno de sus grandes feudos, y Unidas Podemos enfrenta un nuevo descalabro, como sucedió en Castilla y León, el gobierno de coalición se debilitaría y el fantasma de un anticipo de las generales arreciaría.
Andalucía va a ser también la primera prueba de fuego para el nuevo liderazgo de Feijóo en el PP. Una victoria holgada de Moreno Bonilla, que le permita gobernar en solitario, reforzaría su camino a la Moncloa. Un resultado que obligue a un nuevo pacto con Vox dinamitaría su imagen de “moderado” y activaría a la mayoría progresista.
Un fortalecimiento de la ultraderecha sería una más que pésima noticia. Vox es una amenaza para nuestros derechos y libertades, y sobre todo es el ariete del saqueo, defendiendo la privatización de las pensiones o la sanidad pública.
Y está todavía por determinar quién va a configurar el espectro político a la izquierda del PSOE, formado por un amplio abanico de fuerzas muy diversas: Podemos, IU, Andaluces Levantaos -con Mas País a la cabeza-, Adelante Andalucía, Recortes Cero, PACMA…. Un sector que en las autonómicas de 2019 agrupó más de 700.000 votos, y que, a pesar de que muchos anticipan su defunción, va a volver a irrumpir en estos comicios.
Las encuestas que ya se han publicado son solo un indicador, y los resultados pueden ser otros muy distintos. La batalla electoral en Andalucía está abierta, y todo puede suceder.
Nos jugamos mucho en estas elecciones andaluzas. La única manera de enfrentar la amenaza de nuevos recortes y de avance de las fuerzas más reaccionarias es impulsar, en Andalucía y en el conjunto de España, una alternativa para Redistribuir la Riqueza, como defiende Recortes Cero, que de verdad defienda los intereses populares.