«A pesar de la inocultable fractura política que divide a los gobiernos de la región, de los diversos diferendos bilaterales que persisten en ella, y con todo y el encontronazo ocurrido en la cumbre de Cancún entre los presidentes de Colombia y Venezuela, Álvaro Uribe y Hugo Chávez, respectivamente, en ese cónclave fue posible anunciar el acuerdo de 33 países de América Latina y el Caribe para constituir una organización hemisférica sin Estados Unidos y Canadá»
Ese nuevo foro dotará a las naciones situadas al sur del río Bravo de funciones que la Organización de Estados Americanos no ha odido cumplir por un motivo fundamental: su supeditación a los designios del Departamento de Estado de Estados Unidos y la asimetría inherente a un foro en el que países pobres y dependientes han debido medirse con el peso económico y diplomático de una nación industrializada del primer mundo (Canadá) y con la aplastante hegemonía de la única superpotencia planetaria (LA JORNADA) DIARIO DEL PUEBLO.- Uno de los importantes resultados fructíferos de la Cumbre de Río, clausurada el martes en Cancún, Sureste de México, lo constituye el acuerdo sobre la creación de un bloque regional de América Latina y el Caribe sin los EEUU ni el Canadá, destinado a promover la integración regional, resolver de mejor manera los asuntos en la zona y fortalecer su posición e influencia en el ámbito internacional. La mayor parte de los países latinoamericanos desean librarse de la influencia estadounidense o neutralizarla, y tener mejor posicionamiento. Esto es un rasgo peculiar de este nuevo organismo que tendrá marginados a EEUU y Canadá. México. La Jornada América Latina: paso histórico A pesar de la inocultable fractura política que divide a los gobiernos de la región, de los diversos diferendos bilaterales que persisten en ella, y con todo y el encontronazo ocurrido en la cumbre de Cancún entre los presidentes de Colombia y Venezuela, Álvaro Uribe y Hugo Chávez, respectivamente, en ese cónclave fue posible anunciar el acuerdo de 33 países de América Latina y el Caribe para constituir una organización hemisférica sin Estados Unidos y Canadá. Si persiste la voluntad política de aquí a los encuentros de Caracas (2011) y de Santiago de Chile (2012), ese nuevo foro dotará a las naciones situadas al sur del río Bravo de un mecanismo equitativo de cooperación, integración, resolución de conflictos, solución de problemas comunes e incidencia en los fenómenos mundiales, funciones que la Organización de Estados Americanos no ha podido cumplir por un motivo fundamental: su supeditación a los designios del Departamento de Estado de Estados Unidos y la asimetría inherente a un foro en el que países pobres y dependientes han debido medirse con el peso económico y diplomático no sólo de economías emergentes (Argentina, Brasil, Chile), sino con el de una nación industrializada del primer mundo (Canadá) y con la aplastante hegemonía de la única superpotencia planetaria. En contraste con esa historia de sometimiento, América Latina han ido forjando por su cuenta, y al margen de injerencias extrarregionales o estadunidenses, instancias multilaterales de probada eficacia en el ámbito de la cooperación económica: la Comunidad del Caribe, el Mercosur, la Comunidad Andina, el Sistema de la Integración Centroamericana. En el terreno de la gestión política y diplomática, los esfuerzos latinoamericanos se han traducido no sólo en la constitución de parlamentos regionales (el Andino, el Centroamericano, el Latinoamericano), sino también en mecanismos de resolución de conflictos, como el Grupo Contadora y su sucesor, el Grupo de Río. No obstante, es mucho el camino que falta por andar desde este acuerdo inicial hasta la fundación y puesta en marcha de la nueva instancia regional. A juzgar por antecedentes históricos, la diplomacia estadunidense buscará torpedear o desvirtuar la organización en ciernes, y la fractura política latinoamericana –ahondada por los recientes giros a la derecha en Chile, Panamá y Honduras– gravitará en forma negativa en el proceso de toma de decisiones requerido para llegar hasta la constitución del nuevo organismo. Es de esperar que los gobernantes de la zona sean capaces de sortear los obstáculos y que el nuevo organismo pueda entrar en operación lo antes posible. Porque si algo cabe lamentar de la declaración de Cancún es que haya llegado apenas ahora y que fije un lapso tan prolongado para la conformación de la nueva instancia latinoamericana y del Caribe. LA JORNADA. 24-2-2010 China. Diario del Pueblo CELC; nuevo bloque de América Latina y el Caribe sin EEUU Uno de los importantes resultados fructíferos de la Cumbre de Río, clausurada el martes en Cancún, Sureste de México, lo constituye el acuerdo sobre la creación de un bloque regional de América Latina y el Caribe sin los EEUU ni el Canadá, destinado a promover la integración regional, resolver de mejor manera los asuntos en la zona y fortalecer su posición e influencia en el ámbito internacional. La mayor parte de los países latinoamericanos desean librarse de la influencia estadounidense o neutralizarla, y tener mejor posicionamiento. Esto es un rasgo peculiar de este nuevo organismo que tendrá marginados a EEUU y Canadá. EEUU se encontrará excluido En la ceremonia de clausura de la Cumbre de Río el martes, el presidente mexicano Felipe Calderón declaró que los países de la región han decidido constituir la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELC) “como un espacio regional propio que reúna a todos los Estados latinoamericanos y caribeños”, con el fin de unificar posiciones diversas para que la región enfrente en bloque la nueva realidad mundial. El establecimiento del organismo tiene como objetivo “consolidar y proyectar a nivel global, mediante la CELC, la identidad latinoamericana y caribeña como fundamento, entre otros, del respeto al derecho internacional, el respeto a la identidad soberana de los pueblos, el no uso ni la amenaza del uso de la fuerza, la democracia, el respeto de los derechos humanos y el respeto al medio ambiente”. La CELC deberá impulsar prioritariamente la integración regional con vías a la promoción de la concertación política, el impulso a la agenda latinoamericana y caribeña de acuerdos globales y el mejor posicionamiento de América latina y el Caribe ante acontecimientos relevantes en el ámbito internacional. La CELC asumirá el patrimonio de la Cumbre de Río y de la Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo (CALC). En tanto no culmine el proceso de constitución de la CELC, se mantendrá un foro unificado en el que participen todos los países de América Latina y el Caribe, que preserve al Grupo de Río y al CALC con sus respectivos métodos de trabajo, prácticas y procedimientos, a fin de asegurar el cumplimiento de sus mandatos. Las reuniones del Grupo de Río y la CALC se realizarán a través de este foro unificado -la CELC-, de acuerdo con los calendarios de reuniones de ambos mecanismos, y se realizarán las cumbres acordadas, en 2011 en Venezuela, y en 2012 en Chile. Como país responsable temporalmente de la secretaría del Grupo del Río y organizador de la Cumbre de Río, México siempre ha abogado por promover el establecimiento de la CELC. El presidente Calderón presentó la propuesta en la Cumbre de Río y la Cumbre de América Latina y el Caribe en 2008. México presentó la propuesta de creación del nuevo organismo regional como uno de los principales temas de la Cumbre de Río. La canciller mexicana Patricia Espinosa había declarado en varias ocasiones que su país promovería la aprobación de la propuesta en la cumbre. México también invitó a los países caribeños, excepto Honduras, a la actual sesión de la Cumbre de Río. Los jefes de Estado y de gobierno de 32 países participaron en la reunión, que llegaron a la coincidencia de crear el nuevo organismo regional sin EEUU ni Canadá. La creación del nuevo bloque muestra la voluntad común La creación de la CELC sin EEUU ni Canadá muestra el vhemente deseo de casi todos los países latinoamericanos y caribeños. Los países de la izquierda como Cuba, Venezuela, Ecuador y Bolivia comparten la opinión en el sentido de que la OEA, controlada por EEUU, no es competente para representar a los países latinoamericanos ni es capaz de resolver los asuntos regionales. El presidente ecuatoriano Rafael Correa afirmó que no hay necesidad de resolver los problemas en Washington. Estos países mostraron mucho entusiasmo por la creación del organismo regional. Y por su parte otros países latinoamericanos y caribeños también son conscientes de la necesidad de consolidar su posicionamiento a nivel global y fortalecer su cooperación.. Según países izquierdistas moderados, la OEA, controlada por EEUU, ha resultado poco efectiva para resolver los problemas regionales. Colombia y otros países de la derecha también abogan por la creación del bloque regional. Consideran que aunque hay varias organizaciones regionales, América Latina no ha exteriorizado su identidad y necesita una alianza que reúna a todos los países de la región. Según la mayor parte de los líderes participantes de la reunión, con el establecimiento del bloque, los países latinoamericanos podrían coordinar mejor sus esfuerzos por resolver los asuntos y disputas regionales y fortalecer la cooperación regional para tener mejor posicionamiento en los problemas de trascendencia en el ámbito internacional y proteger sus intereses en los asuntos internacionales. Los participantes de la cumbre también aprobaron otro acuerdo sobre la ayuda a Haití en su reconstrucción, expresaron el apoyo a la soberanía argentina en las Malvinas, instaron a EEUU a levantar el embargo contra Cuba y llegaron a una coincidencia en el problema del cambio climático. La actual sesión de la Cumbre de Río ha constituido una plataforma de intercambios entre los países regionales y desempeñará un papel cada día más notable. DIARIO DEL PUEBLO. 25-2-2010