Paula Arguedas, cuadro de UCE en el Centro logístico de Ruzafa

“Ahora la prioridad es trabajar y dar soluciones a los problemas de la gente damnificada”

Hablamos con Paula Arguedas, una de las coordinadoras del Centro Logístico La Cantina, que -como el resto de voluntarios- lleva trabajando incansablemente desde que ocurrió el desastre.

Lo que empezó siendo una red de recogida de material promovido por “La Cantina de Ruzafa” -restaurante y sede de Unificación Comunista de España en Valencia-, se ha acabado convirtiendo en un auténtico centro logístico donde más de 800 voluntarios consiguen y envían todo tipo de ayuda a las localidades afectadas, desde agua, alimentos, material de limpieza, pañales, etc… a bombas de achique, personal sanitario o comida caliente… El Centro Logístico La Cantina, ubicado en el barrio de Russafa, se ha convertido en uno de los principales movilizadores de todo tipo de ayuda a la población valenciana ante la catástrofe de la Dana.

Hablamos con Paula Arguedas, del ejecutivo de Unificación Comunista de España en el País Valenciano y una de las coordinadoras del Centro Logístico La Cantina, que -como el resto de voluntarios- lleva trabajando incansablemente desde que ocurrió el desastre.

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Cuéntanos, ¿dónde te pilló la Dana? ¿Aquel día -el martes 29 de octubre- erais conscientes de la magnitud de la catástrofe?

Me pilló en nuestra sede, estábamos discutiendo la actualidad política y a las 20:15 sonó la primera alarma. Sabía que estaba cayendo una cantidad de agua importante, pero no me hacía idea de la magnitud, de hecho en Valencia ciudad no estaba cayendo ni una gota. Veía el pronóstico de que estaba cayendo un diluvio en la margen izquierda pero para nada me imaginaba esto.

A las 20:30 sonó la segunda alarma, entonces valoramos cortar la reunión y que cada uno volviera a su casa, que era una imprudencia seguir en la sede. Yo cuando llegaba aquella noche al metro, vivo en Paterna, el metro ya estaba cerrado (había estado todo el día operativo). Para mí fue una sorpresa la magnitud de la catástrofe.

Ante esta situación, ¿qué decidísteis hacer en la sede de UCE en Valencia? ¿Cómo se inició este gran movimiento de ayuda?

El miércoles (30 de octubre, tras el desastre) estábamos consternados por lo que había sucedido y nos estábamos planteando alternativas y acciones. Ya teníamos “experiencia” por las iniciativas que llevamos a cabo tras la pantanada de Tous de los años 80, cuando se movilizó nuestra organización. El miércoles pusimos el lazo negro y cerramos ‘La Cantina’, por la noche nos planteamos convertir el local, que es muy conocido en el barrio, en un punto de apoyo de recogida de materiales para los afectados, y el jueves por la mañana nos pusimos manos a la obra. Empezamos a pegar carteles por el barrio de que vamos a ser un punto de recogida y nos planteamos iniciativas a desarrollar por la magnitud de todo lo que había pasado.

¿Cuál fue la respuesta de la gente? ¿Cómo están respondiendo los vecinos de Ruzafa ante esta situación?

Es impresionante y emocionante. Desde el minuto uno todo el barrio se ha volcado, el que menos se ha volcado ha estado donando alimentos o los productos que necesitábamos.

Hay miles de anécdotas, que hacen que se me pongan los pelos de punta, desde una persona pobre, sin techo, que gastó lo poco que tenía en donar alimentos, hasta vecinos que nos dejaban su taller para almacenar más productos.

El jueves por la tarde ya teníamos la sede llena de decenas de voluntarios que habían venido a echar una mano en clasificar los productos, empaquetarlos y darles salida. Ahora mismo somos más de 800 voluntarios, ya he perdido la cuenta de la cantidad de furgonetas que hemos movilizado.

Hemos salido a pueblos a llevar comida caliente o a llevar productos. Ha sido brutal. En una de las salidas a un pueblo fui a Aldaia, a llevar productos puerta a puerta, para que les llegase a todos los vecinos. En el pueblo veía a la gente con humor, con las mangueras quitando barro y a la vez intentando mojarte para hacer el cachondeo. En una situación donde lo han perdido todo la gente respondiendo con humor, una cosa sobrecogedora, una lección.

Otra experiencia, en el mismo pueblo, un grupo de pakistaníes con sus banderas, aportando material y codo con codo quitando el barro de las calles. No solo se ha volcado Valencia, no sólo se ha volcado España, se ha volcado el mundo entero. Es emocionante.

¿Si hay un momento para afirmar que en las masas hay un inagotable caudal de energía revolucionaria es ahora, no? ¿Cómo valoráis la respuesta de la gente en Valencia ante esta catástrofe?

Pues como te he dicho, la gente se está volcando absolutamente, en nuestro local aplaudíamos a los ciclistas que llegaban con bicicletas llena de barro porque habían estado en las zonas. Cuando decimos que la gente se ha volcado es que se ha volcado con todo, es que se ha dejado la piel de forma generosa y desinteresada. Con los medios y recursos que tiene en ese momento. A las pocas horas de la catástrofe había gente con coches 4×4 en las zonas cero ayudando. El nivel de implicación de la gente, su voluntad y su energía ha sido brutal. Nosotros todos los días nos hemos visto desbordados por voluntarios que quieren ayudar y aportar.


¿Cuántas personas, están colaborando en el centro? ¿Cómo es la dinámica de trabajo diario? ¿Qué ambiente hay entre los voluntarios? ¿Cómo se coordina un grupo de más de 800 personas?

El ambiente es buenísimo, desde el minuto uno estuvimos difundiendo el punto de unidad y solidaridad en el sentido de que más allá de nuestra posición política, lo primero es ponernos en función de la ayuda.

Fíjate que está colaborando con nosotros, que somos un grupo de voluntarios en torno a un local de inequívoco sello comunista, un señor que es autónomo, que tiene un taller de chapa y que es muy, muy de derechas. Pero cuando nos vio a nosotros implicados en esta tarea nos dijo “con vosotros para lo que haga falta”, nos ofreció su local para que lo usáramos para ampliar el trabajo, aparte nos consiguió otros dos locales y muchas más donaciones. Esa es la unidad de la que te hablo.

El voluntariado lo gestionamos a dos niveles, tenemos un chat de voluntarios donde se van apuntando a las diferentes tareas (seleccionar material, envío de voluntarios a zonas afectadas para limpiar, envío de furgonetas con material específico). Al principio llevábamos el material a naves de los pueblos afectados, ahora ya vamos puerta a puerta, calle a calle, llevando el material necesario, porque hay mucha gente mayor que no se sabe manejar tanto en redes y hay que llegar a ellos. Cada vez nos estamos profesionalizando más, hasta el punto de crear diferentes secciones en los canales de whatsapp.

Los primeros días se mandaron una docena de furgonetas, ahora ya coordináis la recepción y el envío de tráilers, que recogen la ayuda no solo de Valencia sino de otras partes de España ¿Tenéis cuantificado más o menos el volumen de la ayuda que ha salido de La Cantina?

Como mínimo estamos enviando ahora mismo una medía de 20 furgonetas diarias. Aparte estamos almacenando material que será necesario más adelante en 10 locales de Ruzada y 1 de Alaquàs. Por dar una idea, solo hoy nos han llegado 14 toneladas de patatas para preparar comidas calientes.

¿Qué opináis de los recientes episodios de violencia azuzados por sectores de la ultraderecha?

Que son 4 gatos que no representan a la sociedad. Lamentablemente tienen un equipo de redes que hacen su trabajo de puta madre y te dan una visión engañosa. La realidad es otra, que la gente está volcada en ayudar y en solidarizarse con los damnificados. Esta gente son residuales, residuos tóxicos.

Ahora mismo, hay quien está anteponiendo el exigir dimisiones y responsabilidades a trabajar por resolver que la gente y las poblaciones afectadas recuperen sus vidas, ¿qué pensáis vosotros?

Mi posición, y la posición de Unificación Comunista de España, es que no es el momento, ahora lo que toca es arrimar el hombro. Y eso no significa que -como todo el mundo- no estemos indignados, que no compartamos el cabreo de los damnificados con la gestión que han hecho las autoridades, en particular con Mazón, y que no vayamos a exigir responsabilidades. Pero ahora la prioridad es ayudar a los afectados, y para eso hace falta unidad y solidaridad, y no podemos distraernos.

El sábado por la tarde, cuando era la manifestación que ha sido masiva, estábamos descargando un tráiler para seguir proveyendo a la gente para próximas semanas y próximos meses. Ahora es el momento de trabajar y dar soluciones a los problemas de la gente damnificada, no de sacar réditos de ningún tipo. Ya llegará el momento de rendir cuentas y que paguen por lo que han hecho.

A la vez que te digo esto, también te digo que ha sido bueno canalizar todo el desencanto que tiene la gente de las zonas afectadas. En esta manifestación ha venido mucha gente de pueblos, que han llegado andando para demostrar su indignación con la catástrofe sufrida y la poca ayuda que han recibido por parte de la Generalitat. También me parece bien que se haya dado vía libre a toda esa rabia y que se denuncie la mala gestión.

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