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Agobiados por el ébola, esclavizados por la deuda

Apoyándose en las cifras publicadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ONG Médicos Sin Fronteras (OMS) y la Comisión Europea anunciaron a principios de febrero de 2015 que en los tres países más afectados por el ébola (Guinea, Liberia y Sierra Leona) se cuentan más de 25.000 enfermos y más de 9.000 muertos.

Casi un año después del brote de la epidemia los dirigentes del G20 reunidos los días 15 y 16 de noviembre de 2014 en Brisbane, Australia, se declararon por fin «resueltos a no ahorrar ningún esfuerzo para que la comunidad internacional consiguiera acabar con la epidemia y a tomar medidas para arreglar sus costes económicos y humanitarios a medio plazo» ¡Pura propaganda! Esa «ayuda» en realidad sirve para mantener a los países esclavos de la deuda.

En primer lugar, de los 330 millones de dólares de «ayuda» anunciados, 160 millones corresponden a nuevos préstamos. Por lo tanto dichas «ayudas» van a recargar el endeudamiento de Guinea, Liberia y Sierra Leona, que deberán hacer recortes presupuestarios en sus servicios públicos, entre ellos la sanidad, para reembolsar esas «ayudas».

En segundo lugar, de los 170 millones de dólares restantes 100 millones corresponden a falsos alivios de la deuda con respecto al Fondo Monetario Internacional (FMI). Esos «alivios» se reparten entre Guinea, 30,2 millones de dólares anulados de lo que debería pagar en septiembre de 2019; Liberia, a la que se anularán 36,4 millones de dólares de lo que debería pagar en noviembre de 2018 y Sierra Leona, a la que se le anularán 29,2 millones de dólares de los pagos que vencen en diciembre de 2016. Se anunció que los Estados acreedores de esos tres países harán una quita de 70 millones de dólares, pero hasta la fecha no hay confirmación oficial.

Esos alivios denominados «donaciones para deuda» sirven sobre todo al interés de los acreedores de Guinea, Liberia y Sierra Leona, ya que estos países deberán convertir el reembolso de la deuda en su prioridad presupuestaria a pesar de la grave crisis humanitaria que padecen. En efecto, el FMI precisó que «esas donaciones se utilizarán para reembolsar los futuros pagos del servicio de la deuda». Dichos alivios se harán por medio de un nuevo fondo fiduciario, creado por el FMI el 5 de febrero de 2015, denominado «Fondo de asistencia y respuesta a las catástrofes», supuestamente para «proporcionar una ayuda extraordinaria a los países enfrentados a catástrofes naturales graves, incluidas las epidemias potencialmente mortales». Este nuevo fondo sustituye a otro fondo fiduciario para el alivio de la deuda que se puso en marcha en 2010 tras el terremoto de Haití.

El acceso a ese fondo de asistencia está estrictamente condicionado a:

1) Ser un país con rentas muy bajas.

2) La existencia de una epidemia que castigue varias zonas del país con efectos económicos importantes (equivalente al 10% del PIB…).

3) La epidemia debe extenderse más allá de las fronteras del país que solicita «la ayuda».

4) El país debe tener un programa con el FMI. No hace falta decir que esos «alivios de deuda», como todas las «ayudas» concedidas por el FMI, están condicionados a seguir las políticas de ajuste estructural.

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Y en tercer lugar, el importe de esos alivios es mínimo. El total de la deuda de Guinea, Liberia y Sierra Leona se eleva a 3.000 millones de dólares. Por lo tanto es obvio que el alivio de 100 millones concedido por el FMI no es más que un golpe de efecto que no cambiará nada del ciclo infernal del sistema de la deuda.

Por otra parte hay que señalar que de momento el Baco Mundial rechaza cualquier alivio de la deuda de esos tres países, que deberán reembolsarle 11 millones de dólares en 2015.

El CADTM exige la anulación total e incondicional de la deuda de esos países y la concesión de donaciones sin condiciones asociadas.

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