Afganistán: lo que pida Obama

Como el Conde de Romanones, José Luis Rodrí­guez Zapatero podrí­a decir aquello de «yo, cuando digo jamás, me refiero siempre al momento presente». El pasado 4 de abril en Estrasburgo el presidente del Gobierno respondí­a de manera categórica que no era partidario de aumentar el número de las fuerzas armadas española en Afganistán.

Han asado menos de cuatro meses desde entonces y ahora el discurso de Zapatero ha cambiado. Si es preciso, España está dispuesta a aumentar ese contingente de 780 soldados en Afganistán. Los populares apoyarían esa ampliación si se da una justificación por motivos de seguridad de las tropas o por solidaridad con los aliados. En la decisión -muy personal de Zapatero- ha influido de manera sustancial el cambio de estrategia de la Alianza Atlántica en relación con Afganistán. Zapatero habló mucho del asunto con Obama durante la entrevista que mantuvieron el 5 de abril en Praga EL PAÍS. Caja Madrid se prepara para abordar el proceso de reestructuración financiera que se avecina. La segunda caja española ha elaborado un informe sobre el sector a sabiendas de que, quiera o no, va a ser protagonista. Hasta el momento, maneja varias posibilidades de expansión, pero las preferencias son la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) y Caixa Galicia, según fuentes del consejo. Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid, está a la espera de recibir la señal del Banco de España, que en septiembre acelerará la reestructuración del sector con la ayuda del dinero del Fondo de Reordenación Ordenada Bancaria (FROB). El interés de Caja Madrid por la CAM y Caixa Galicia facilitaría las cosas al banco central, que cuenta con las dos grandes cajas (La Caixa y Caja Madrid) y a algunas de las medianas para que capitaneen la integración de las más problemáticas. Crónica. ABC AFGANISTÁN: LO QUE PIDA OBAMA Luis Juncal Como el Conde de Romanones, José Luis Rodríguez Zapatero podría decir aquello de «yo, cuando digo jamás, me refiero siempre al momento presente». El pasado 4 de abril en Estrasburgo, durante la cumbre de la OTAN, los periodistas trataban de saber si la decisión española de enviar unos 500 soldados a Afganistán para apoyar la seguridad en la celebración de las elecciones en agosto era un primer paso para ampliar de manera permanente nuestro contingente en el país asiático. El presidente del Gobierno respondía entonces de manera categórica que no era partidario de aumentar el número de las fuerzas armadas española en Afganistán. «Este Gobierno no es partidario, y no lo va a ser, de ampliar el contingente. Mantengo este principio que ya expresé en la legislatura pasada», afirmó textualmente, dando por cerrada la discusión. Han pasado menos de cuatro meses desde entonces y ahora el discurso de Zapatero ha cambiado. Si es preciso, España está dispuesta a aumentar ese contingente de 780 soldados en Afganistán. La exclusiva de ese cambio de actitud se la ofreció al «New York Times», lo cual hace más fácil que Barack Obama se entere, aunque obviamente el presidente estadounidense ya estaría al corriente de la buena disposición del Gobierno español para atender su deseos. Ya lo dijo el propio Zapatero al rotativo estadounidense: «No es una cuestión de qué puede hacer Obama por España sino qué podemos hacer nosotros por Obama». De momento, cambiar de posición. El PP pide explicaciones En el PP, la portavoz de Defensa, Beatriz Rodríguez Salmones, ha pedido que se convoque con carácter urgente la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados para saber a qué hay que atenerse: si a la postura de hace sólo un mes en que se insistía en que no habría aumento de tropas o a la que ahora han manifestado tanto Zapatero como su ministra de Defensa, Carme Chacón, abriendo la puerta a la ampliación del contingente una vez que pasen los comicios afganos. Los populares, que apoyarían esa ampliación si se da una justificación por motivos de seguridad de las tropas o por solidaridad con los aliados, creen, sin embargo, que hay una «alarmante improvisación» por parte del Ejecutivo, porque nadie del mismo ha explicado las razones del cambio. Los motivos del cambio Fuentes gubernamentales consultadas por ABC señalaron que en la decisión -muy personal de Zapatero- ha influido de manera sustancial el cambio de estrategia de la Alianza Atlántica en relación con Afganistán. Zapatero habló mucho del asunto con Obama durante la entrevista que mantuvieron el 5 de abril en Praga, sólo un día después de anunciar que no habría aumento de tropas, incluso a pesar de que la OTAN estaba dispuesta a asumir la nueva estrategia para Afganistán propuesta por el mandatario estadounidense. El jefe del Ejecutivo prometió a Obama que estudiaría el asunto y ha esperado algún tiempo hasta constatar que, efectivamente, se producía ese cambio de estrategia, pasando de un planteamiento en el que predominaban los aspectos militares -y en el que, según las mismas fuentes, España no creía-, a otro en que contaban también los aspectos civiles. «Nosotros pensamos en que más que apostando sólo por la contención de los elementos insurgentes, la batalla se ganará con la reconstrucción, ayudando a la población y creando riqueza», afirmaron las citadas fuentes. Atención hacia Pakistán También habría influido en el cambio de posición española, el aumento de los esfuerzos de Estados Unidos para abordar el problema de Pakistán, crucial para el futuro de Afganistán, porque desde allí operan muchos de los grupos talibanes. De hecho, España también nombró un «míster Af-Pak» como hicieron los norteamericanos, para ocuparse de los vínculos entre los dos países. La nueva óptica de Washington hacia Oriente Próximo, unida al hecho de que España tendrá la presidencia de la Unión Europea en el primer semestre de 2010, en el que habrá en España una cumbre comunitaria con Estados Unidos, han tenido igualmente un cierto peso en el giro del planteamiento del Ejecutivo español. Zapatero no ha vuelto a hablar personalmente con Obama del asunto desde su encuentro en Praga, pero sí lo hizo Carme Chacón con sus interlocutores estadounidenses -el secretario de Defensa, Richard Gates, y el Consejero de Seguridad Nacional, James Jones- en su reciente viaje a Washington. Y es previsible que el presidente del Gobierno tenga oportunidad de comentarlo con el propio mandatario norteamericano en septiembre cuando coincidan en Nueva York, en la Asamblea General de la ONU o en Pittsburgh, en la cumbre del G-20. ABC. 3-8-2009 Reportaje. El País CAJA MADRID ESTUDIA LA INTEGRACIÓN CON LA CAM Y CAIXA GALICIA M. Á. Noceda / Í. De Barrón Caja Madrid se prepara para abordar el proceso de reestructuración financiera que se avecina. La segunda caja española ha elaborado un informe sobre el sector a sabiendas de que, quiera o no, va a ser protagonista. Hasta el momento, maneja varias posibilidades de expansión, pero las preferencias son la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) y Caixa Galicia, según fuentes del consejo. Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid, está a la espera de recibir la señal del Banco de España, que en septiembre acelerará la reestructuración del sector con la ayuda del dinero del Fondo de Reordenación Ordenada Bancaria (FROB). Pero también deberá esquivar los escollos del proceso electoral abierto en la entidad y que puede complicar cualquier operación. Desde hace más de un año, Blesa mantiene un enfrentamiento con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que quiere desbancarle. El interés de Caja Madrid por la CAM y Caixa Galicia facilitaría las cosas al banco central, que cuenta con las dos grandes cajas (La Caixa y Caja Madrid) y a algunas de las medianas para que capitaneen la integración de las más problemáticas. Para la entidad madrileña, la doble operación es de máxima importancia: es la oportunidad para multiplicar el tamaño, asegurar una caja potente que luche contra la caída de márgenes y la morosidad y alcanzar a La Caixa. Pero, además de las cuestiones financieras, hay otros factores que juegan a favor. Uno, quizá tan principal como el anterior, es que las tres autonomías afectadas están gobernadas por el PP. Dentro del partido, tanto el presidente, Mariano Rajoy, como el portavoz económico, Cristóbal Montoro, ven bien la operación. Por su parte, el líder de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, rechaza que Blesa fuerce una fusión para mantenerse en el cargo. Por otro lado, tanto la CAM como Caixa Galicia forman parte del pelotón de entidades que el supervisor quiere reforzar y los responsables de ambas cajas ya han recibido algo más que señales de que el proceso está abierto. Los informes internos de Caja Madrid se han centrado en Cataluña, Comunidad Valenciana y Galicia. La conclusión es que la fusión interna de las cajas de estas dos regiones es inviable por la excesiva concentración de riesgos (sobre todo inmobiliarios) y por la fuerte reducción de oficinas y de plantillas. En el caso gallego, según Caja Madrid, las fusiones exigirían un ajuste del 20% (cerrar 290 oficinas y prescindir de 1.650 empleados) y del 15% en valencia: 350 oficinas y 2.010 empleados. En esta línea, la asociación valenciana de empresarios ha sugerido que la CAM se una a una caja de otra comunidad. Vistas las cifras, Caja Madrid optó por Caixa Galicia frente a Caixa Nova. Con datos de 2008, Caixa Galicia cuenta con 833 oficinas, de las que 463 (52,4%) están en la comunidad de origen. La plantilla asciende a 4.772, con 5,4 empleados por oficina. Su cuota de mercado es del 18,8% frente al 16,8% de Caixa Nova. En la Comunidad Valenciana, la elegida es la CAM, que es la única con cuotas participativas, un activo muy deseado por Caja Madrid, lo que facilitaría la operación. La CAM, tiene 1.114 oficinas, de las que 485 (un 43,5%) están en la región, y 7.416 empleados (6,6 por oficina). Su cuota es del 11,6% frente al 15,6% de Bancaja, la preferida de la Generalitat. El complejo factor político Todo lo que ocurre en Caja Madrid tiene relación con la política. Pocas entidades están más politizadas que la madrileña. La prueba es el duelo en la cúpula entre el presidente, Miguel Blesa, apoyado por el alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, contra la Comunidad de Madrid. Al final, será Mariano Rajoy quien decida el nombre del presidente de la caja. Algunas fuentes han señalado que la presidenta Esperanza Aguirre quiere cerrar el cambio de presidente (y colocar a Ignacio González, actual vicepresidente del Gobierno regional) antes de que se produzca cualquier fusión. Otros observadores apuntan que Blesa quiere blindarse con las integraciones. Fuentes cercanas a la entidad creen que es posible que Caja Madrid realice la fusión a tres bandas, "pero que no será con Blesa como presidente". En su opinión, Manuel Pizarro, Rodrigo Rato o Luis de Guindos tienen muchas papeletas para acabar en este sillón. Con todas estas incógnitas en el aire, hace unos días Aguirre firmó un pacto de estabilidad con Tomás Gómez, secretario general de Partido Socialista de Madrid (PSM). En poco más de una hora acabó el enfrentamiento de seis años, periodo que este partido llevaba sin ocupar puestos de responsabilidad en la caja. Detrás de este consenso está la posible fusión. Aguirre necesita al PSOE para una operación de este calado y los socialistas madrileños no quieren quedarse fuera cuando llegue el gran momento. Mientras tanto, PP y PSOE diseñaron las líneas del negocio financiero de la entidad sin consultar a ningún ejecutivo. "Ha sido como la nacionalización de la caja. La Comunidad dice a quién hay que dar créditos. Veremos si ellos asumen la morosidad", ironizaba un ejecutivo. EL PAÍS. 3-8-2009

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