Música

Aceite Clásico con Aromas Gitanos y Raí­ces Armenias

Dicen los expertos los mejores aceites de oliva del mundo son los producidos en tierras de secano por su sabor fuerte e intenso. Las condiciones en las que crecen los olivos obligan a sus frutos a aprovechar cada partí­cula concentrando el sabor. Este fenómeno es el que define a Ara Malikian.

Nacido en 1968 en el seno de una familia Armenia de etnia gitana, este rodigioso violinista decidió en 1999 trasladarse a España “un país que compartía una sensibilidad más próxima a la mía, la mediterránea.”. Aunque la Guerra Civil Libanesa le obligó a estudiar incluso en refugios antiaéreos, a los 15 años ya era alumno de el “Hochschule für Musik und Theater Hannover”, uno de los más prestigiosos centros de estudios superiores de música. Ha sido premiado en numerosas ocasiones y ha participado, de la mano de los más grandes, en las mejores orquestas de los cinco continentes. Casi dos decenas de discos preceden a “No Seasons”, 3 gotas de oro verde con la suave mezcla del sabor de Piazzola, Joan Valent y Grundman. Y “PaGAGnini”, el espectáculo de humor que actualmente representa con la compañía Yllana. Un extraordinario trabajo marcado por la firme voluntad de desacralizar la música clásica. Y sin duda esto es lo mejor de Ara Malikian, la posición ante la música y la gente a la que se dirige. “La música clásica debe ser para todo el mundo, como es el flamenco o cualquier tipo de música”. La culpa no es de la “incultura” o la falta de sensibilidad, sino de qué oportunidades se ofrecen y con qué fondo; aceite de oliva virgen o aceite de motor aunque sea de primera marca. Su contacto con la música oriental, el jazz, el tango, el flamenco y el folclore, le ha permitido dotarse de una sensibilidad sorprendente para mimetizar lo que suena a su alrededor, y ofrecerlo con un ímpetu que quizás le confiera el ser uno de los seis millones de armenios que existen en el mundo. También hay que contar como ingrediente esencial de esta delicia musical, el método Suzuki. Desarrollado por un violinista japonés – Sinichi Suzuki -, se asienta en la premisa de que los métodos de enseñanza tradicionales, basan implícitamente su estructura y análisis en la existencia de capacidades innatas de los individuos. Éstas realmente no existen y han de aprenderse. Se “infraenseña”, por lo tanto, y se elitiza. Malikian bebió de él, aún sin saberlo, educando su oído a través de clásicos del folclore armenio. Admirador de Sarasate o Falla, Malikian reivindica el saber popular… y la honestidad que enseñan los niños. Actualmente capitanea un programa en TVE, “El club del PizziGato”, en el que acerca la música clásica a los niños, y aprende de ellos. Escúchenlo.

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