A rí­o revuelto los corruptos hacen caja.

De un día ara otro, el caso de las facturas falsas del Ayuntamiento de Sevilla en el distrito de macarena cambia de cariz. En un intento de suavizar el caso de corrupción, el alcalde Monteserrín declaraba ayer que el caso “se ha desinflado desde un punto de vista político y también mediático”. El caso ya tiene hoy respuesta judicial. El jurado popular considera que está probado la malversación de dinero público por parte del secretario de distrito José Marín y el contratista José Pardo. Facturas falsas por valor de algo más de 6000 euros referentes a obras no ejecutadas o a medio ejecutar emitidas en 2004 para una empresa que llevaba en cese desde 2002. Martín y Pardo se enfrentan a penas de tres a seis años de cárcel debido a que la cuantía es superior a 4000 euros, y ahora los abogados de ambos estudian retractarse a la solicitud de libre absolución para poder rebajar las penas. Por lo visto, lo que Monteserrín veía ayer desinflado política y mediáticamente ya tiene respuesta por la vía judicial. Es un intento de suavizar la evidente corrupción que recorre nuestros Ayuntamientos. Pero si estas declaraciones quedaban hayer un poco en el aire, hoy quedan completamente fuera de lugar con la resolución tomada por el jurado popular que considera probada la culpabilidad del delegado y el contratista. Agarrados como garrapatas que chupan el dinero de todos mientras las familias no llegan a final de mes, es necesario una limpieza de éste tipo de prácticas en los Consistorios. Medidas dirigidas a aislar y condenar las prácticas de corrupción que vayan a solucionar el daño hecho con multas que se dediquen a la creación de empleo productivo. Es intolerable que el Alcalde haga declaraciones como las que hizo ayer dirigidas a que estos hechos queden diluidos públicamente, nos muestra una merienda de negros en la que la clase política se tapa cuando salen a la luz delitos de corrupción. Es una falta de respeto hacia los ciudadanos y una posición clara de mantener y alentar la corrupción de políticos que roban el dinero que todos pagamos. Exigir a los políticos limpieza y transparencia en sus cuentas y mano dura con los corruptos debe ser un primer paso. En la situación de crisis las medidas deben ser urgentes, y que las penas vayan dirigidas a reponer el daño causado de manera efectiva y dirigida a la creación de trabajo productivo.