Better.com despide a cerca de mil empleados... por Zoom

A la calle en tres minutos

“Si estás en esta llamada… tu trabajo acaba aquí, con carácter inmediato”. Así, por Zoom despidió un ejecutivo de una gran empresa norteamericana a 900 empleados. Este tipo de draconianas relaciones laborales -normales en EEUU- son las que quiere imponer el gran capital norteamericano en Europa... y en España.

Menos de tres minutos necesitó el consejero delegado de Better.com, empresa norteamericana de préstamos hipotecarios, para despedir por videoconferencia a través de Zoom a más de 900 trabajadores, el 9% de la plantilla. “Si estás en esta llamada, es que estás en el grupo de desafortunados que van a ser despedidos. Tu trabajo acaba aquí, con carácter inmediato”, así sin más, sin aviso previo ni miramientos echó a la calle a casi un millar de trabajadores conectados por Zoom el pasado 1 de diciembre.

Siete días tardó el director ejecutivo y fundador de la compañía, Vishal Garg, en colgar en la página web de la empresa un escueto comunicado pidiendo disculpas por cómo había echado a los trabajadores ante el revuelo provocado en las redes sociales por la frialdad, desconsideración y su falta de empatía.

Vishal se había presentado en la reunión de Zoom lamentando las “malas noticias” que iba a darles: “Esta no es una noticia que querrás escuchar…, es la segunda vez en mi carrera que estoy haciendo esto y no quiero hacerlo. La última vez que lo hice lloré. Esta vez espero ser más fuerte”.Y a fe que cumplió su palabra despidiendo de forma fulminante a casi un millar de trabajadores. Con una sola justificación, adaptar la empresa a las necesidades del mercado y la productividad. “Debemos tener un balance general fuerte y una fuerza laboral reducida», aclaró otro de los ejecutivos de Better.com en declaraciones a la BBC.

Vishal Garg en Zoom comunicando el despido a 900 trabajadores. Es CEO de Better.com, creada en 2016 con sede en Nueva York, es una fintech, una de esas nuevas “empresas financieras tecnológicas” que utilizan las nuevas tecnologías para crear nuevos productos financieros, especializada en el mercado de los préstamos hipotecarios, valorada en 7.000 millones de dólares, respaldada por multinacionales como SoftBank o Goldman Sachs y las empresas de inversiones Novator Partners y Activant Capital.

En el comunicado Garg admite que se equivocó en la forma de hacerlo y que no mostró “la apropiada cantidad de respeto y aprecio por las personas que estaban afectadas…, la manera en que comuniqué la noticia empeoró una situación ya de por sí difícil” en vísperas de Navidad. “Lo siento profundamente” concluía. Pero los despidos se mantienen.

Su aparente arrepentimiento quedaría al descubierto poco después cuando el portal Fortune dio a conocer los mensajes que había publicado en Blind, la plataforma interna con la que se comunican los trabajadores, haciéndose pasar por un usuario anónimo justificaba los despidos acusando a los trabajadores porque eran personas “improductivas” y estaban “robando a la empresa y a los clientes”; “al menos 250 personas despedidas trabajaban una media de 2 horas diarias mientras registraban 8 horas”.

Las formas con las que Vishal se ha deshecho  de sus trabajadores no son nuevas. Hace un año, cuando la compañía se preparaba para salir a Bolsa, un reportaje de la revista Forbes recogía el siguiente correo enviado a sus trabajadores: “SON DEMASIADO LENTOS. Son un montón de DELFINES TONTOS… Y ME ESTÁN avergonzando”.

“Si estás en esta llamada… tu trabajo acaba aquí, con carácter inmediato”

Pero sobre todo tampoco resultan novedosas las verdaderas razones que mueven este tipo de medidas. Vishal no dijo nada a sus trabajadores de los 750 millones de dólares que los inversores de la compañía (SoftBank, Novator Partners, Activant Capital…) habían inyectado el día antes de los despidos. En medios norteamericanos ya se da por hecho que los despidos fulminantes tienen que ver con una condición impuesta por los inversores.

Un despido made in USA muy legal

¿Se puede despedir por Zoom a los trabajadores de una empresa como ha hecho la norteamericana Better.com en Estados Unidos?

Este tipo de despidos, masivos y por videoconferencia no sería legal en muchos otros países como España, pero sí lo es en Estados Unidos, basta con decirle a un trabajador que está despedido para que ya lo esté.

En España estos despidos serían nulos o improcedentes. El Estatuto de los Trabajadores exige que un despido individual o colectivo tiene que cumplir una serie de requisitos. Los despidos colectivos en empresas con más de 300 trabajadores se tienen que comunicar con antelación a los trabajadores y a sus representantes sindicales por escrito y justificando los motivos, abrir un periodo de consultas, convocar una comisión negociadora… Igualmente en empresas menores o en despidos individuales, el despido tiene que ser comunicado por escrito con una carta de despido para cada trabajador… y un medio de comunicación fehaciente (carta, burofax…). El Tribunal Superior de Justicia de Extremadura declaró improcedente un despido comunicado por WhatsApp. Además aquí el despido conlleva una indemnización, actualmente son 20 días de salario por año trabajado si se trata de un despido objetivo o de 33 días para el despido improcedente.

En EEUU el despido verbal es legal. El despido es absolutamente libre y se rige por la norma del Common Law de “empleo a voluntad”, típico del derecho anglosajón, no existe ninguna obligación legal que obligue al empleador a preavisar al trabajador, una relación laboral puede terminar en cualquier momento, sin motivo alguno, y sin derecho legal a ninguna indemnización, salvo que exista un contrato laboral firmado que lo establezca o en algunos casos excepcionales como accidente laboral o enfermedad… Se dice que el principio básico en EEUU es que te pueden despedir “por una buena razón, por una mala razón o sin razón alguna”.

Este tipo de despidos, masivos y por Zoom, son legales en Estados Unidos

La amenaza

Aunque el despido por Zoom se ha difundido ampliamente ahora por el caso Bitter.com, en 2020 noticias sobre despidos por Zoom pasaron casi desapercibidas.

El 20 de junio de ese año el diario Expansión publicaba un artículo de Tino Fernández en el que hablaba del «aumento de los casos de despidos por Zoom». Entre ellos, el más relevante de Uber, la multinacional tecnológica estadounidense especializada en conectar a usuarios de taxi con conductores privados, relatado así por Tino Fernández:

«‘Estamos eliminando 3.500 puestos de atención al cliente en primera línea y el suyo está afectado. Hoy será su último día de trabajo en Uber’… Este mensaje de Ruffin Chaveleau, responsable del servicio al cliente de la compañía en Estados Unidos, dejaba helados a los miles de empleados convocados a principios de mayo a una videoconferencia por Zoom en la que recibieron de esta manera la noticia de su despido”.

En el artículo se citaban otros ejemplos ocurridos desde el comienzo de la pandemia, como los de Scooters Bird en California que despidió a 406 empleados con una conexión por Zoom de dos minutos, el centenar de despedidos por Trip Actions…, incluso en España empresas “como Nissan, han optado también por este canal, mediante la aplicación de Zoom, para comunicar el despido a sus trabajadores”.

¿Estamos ante hechos aislados, puntuales, o ante noticias que ponen de manifiesto una nueva amenaza capitalista para los trabajadores?

La contrapropuesta de reforma laboral presentada por la CEOE rechaza poner un límite al número de trabajadores temporales en las plantillas, pide que se mantenga la prevalencia de los convenios de empresa sobre los sectoriales, que no se reconozca la antigüedad en los nuevos contratos de los fijos discontinuos y facilitar aún más el despido colectivo…, con la mirada puesta en el horizonte de la implantación de la “mochila austriaca” que haga aún más libre y barato el despido. Propuestas todas ella que buscan dar una nueva vuelta de tuerca a las relaciones laborales, eliminando derechos y conquistas obreras y, ¿por qué no convertir el despido a distancia en una nueva normalidad?

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