La historia de España en los últimos 60 años puede explicarse desde dos vistas de presidentes norteamericanos. La primera, la de D. Eisenhower, presidente norteamericano, en 1959, en pleno franquismo. La segunda, la de Barack Obama, hace apenas unos días. Entre las dos puede seguirse un hilo que certifica, cada vez con más fuerza, nuestra dependencia hacia Washington.
El 26 de septiembre de 1953 se firmó el Pacto de Madrid, por el cual el régimen franquista permitía la instalación de bases norteamericanas en España.
Las bases de Torrejón, Rota o Morón, que tanto relieve han adquirido en la visita de Obama provienen en realidad del franquismo. Y han sido reafirmadas por todos los gobiernos democráticos.
El 21 de diciembre de 1959, el presidente norteamericano D. Eishenhower visitaba España. Para certificar que nuestro país, independientemente del régimen dictatorial o democrático que gobernara, estaba integrado en el área de dominio norteamericano. «No puede comprenderse la historia de España sin tener en cuenta nuestra cada vez mayor dependencia hacia Washington»
El dominio militar norteamericano penetró muy rápidamente hacia los principales cuadros y estructuras del Estado y del propio régimen franquista.
Los llamados “tecnócratas”, una de las familias del franquismo enfrentadas a los falangistas más tradicionales, tenían ya en realidad una vinculación directa con los nuevos organismos internacionales creados por el hegemonismo yanqui tras la 2ª Guerra Mundial (FMI, Banco Mundial, OCDE).
Ellos fueron quienes presentaron, con el aval del embajador norteamericano en Madrid, John D. Lodge, los ejes del Plan de Estabilidad a las autoridades norteamericanas. Tras su visto bueno, el plan es aprobado por el gobierno y con él se solicita el ingreso de España, que es rápidamente aceptado, en el FMI, el Banco Mundial y la OCDE.
Provocando una apertura económica que dará lugar al “milagro económico español” durante los sesenta y los setenta. Pero que sobre todo permitirá al gran capital norteamericano apoderarse de buena parte de las riquezas nacionales.
Esa penetración yanqui llegará hasta los principales aparatos del Estado. Los acuerdos sobre la instalación de las bases incluirán un sistema de créditos y transferencia de tenología que pronto convertirán al ejército español en una “subcontrata” del norteamericano.
La construcción de los modernos servicios de inteligencia españoles correrá a cargo de EEUU. Hasta el punto de que sus primeros agentes trabajaban por la mañana para España… y por la tarde para EEUU.
Desde entonces, EEUU se ha convertido en el principal centro de poder en España, por encima de grandes bancos y monopolios españoles, de presidentes o altos cuadros del Estado…
Hasta llegar a la visita de Obama, que no ha hecho más que certificar la herencia recibida.
La realidad es que no puede comprenderse la historia de España en primer plano sin tener en cuenta nuestra cada vez mayor dependencia hacia Washington.