Algunos de los principales centros del hegemonismo y la oligarquía ya han valorado los resultados del 23-J y el escenario político que dejan, estableciendo sobre todo las líneas maestras que el próximo gobierno, sea cual sea, deberá cumplir.
Los resultados del 23-J han ocupado un lugar destacado en la portada de los principales medios norteamericanos, expresión de qué el hegemonismo sigue “de cerca” los acontecimientos en España. En las primeras horas manifestaron su sorpresa. Para The Wall Street Journal “las elecciones generales no lograron producir una mayoría clara, dejando un parlamento colgado”. Mientras The New York Times valoraba que “unas elecciones no concluyentes empujan a España a un embrollo político”. Y The Político afirmaba que “España le dice no a la extrema derecha en unas elecciones que han supuesto un shock”.
Pero lo realmente relevante es lo que los nódulos de las principales burguesías ya han empezado a plantear a través de los boletines publicados por los bancos y fondos de inversión.
Todos coinciden en tres puntos esenciales, que fijan “deberes” claros al nuevo gobierno:
-Va a continuar el atraco monopolista y el expolio financiero. El BCE acaba de publicar una encuesta donde se afirma que las cuotas de hipotecas y préstamos seguirán encareciéndose.
-El nuevo gobierno, sea del color que sea, debe cumplir con las “reformas” pendientes, necesarias para recibir los próximos plazos de los fondos europeos.
-Y deberá emprenderse a partir del próximo año el ajuste necesario para cumplir con las reglas de reducción de deuda y déficit marcadas por Bruselas.
En España el primer círculo oligárquico en pronunciarse ha sido la CEOE, en un comunicado donde apela a “la responsabilidad para alcanzar los acuerdos que garanticen el mayor nivel de estabilidad posible y la moderación necesaria”. Incluyendo un llamamiento al acuerdo entre PP y PSOE para “no depender de minorías”. Es decir el marco político para ejecutar los recortes.
Tal y como plantea un importante medio económico, los grandes bancos y fondos internacionales “han recibido con dudas y preocupación el resultado electoral pero sin histerias”.
Goldman Sachs, uno de los grandes bancos norteamericanos afirma que “la situación de bloqueo tiene implicaciones limitadas para las perspectivas económicas”. Afirmando que “a pesar de la fuerte división que separa a PP y PSOE los dos partidos que podrían formar gobierno coinciden en la importancia de la implementación de los compromisos con Bruselas”. Mientras AXA -una de las grandes aseguradoras europeas- destaca que “entre los programas económicos de PP y PSOE no hay ningún abismo”, y que aunque el gobierno de coalición ha aprobado medidas que no habría tomado el PP “no ha puesto nada revolucionario sobre la mesa”.
¿Cuáles son las “preocupaciones” de los centros hegemonistas y oligárquicos?
Moody´s -una de las mayores agencias de calificación norteamericanas- advierte de que “un estancamiento político prolongado debilitaría la capacidad para afrontar los compromisos con Bruselas”. Y Standard&Poor´s afirma que “otra campaña electoral en diciembre podría reducir los esfuerzos para afrontar algunos de los retos a largo plazo que afronta el país, incluyendo el déficit estructural de la Seguridad Social [recorte de pensiones] y la entrega a tiempo de las reformas”.
Añadiendo que “cualquier nuevo Gobierno puede tener más dificultades para aplicar políticas y reformas a largo plazo, al tener que sortear las complejidades de la política de coaliciones. Esto puede afectar a la gobernanza y a la rapidez de la toma de decisiones”.